Capítulo 29

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-Tienes visita-Le dijo el guardia al joven ingeniero, quien jugaba a las cartas con otros reclusos.

-¿Yo?-preguntó.

-Sí. Vamos.-Le ordenó el guardia.

-Están de suerte, hoy no les pateare el trasero-Le dijo a los otros internos, dejando sus cartas  y siguiendo al uniformado.

En el camino se preguntaba quién podría ir a visitarlo. Cuando llegó a la sala de visitas, vio las pequeñas mesas acompañadas, generalmente, por dos sillas, una a cada extremo.

Su asombro vino acompañado de un retorcijon en el estómago y un pequeño calor en sus mejillas.

-No esperaba verle aquí, Leonard-dijo tomando asiento frente al malhumorado doctor.

-Yo tampoco, siendote sincero-Admitió el mayor.

-¿Y a qué se debe esta grata sorpresa?-Joey dejó escapar una sonrisa.

-Tengo en mente algo, pero primero debo cerciorarme de que es lo correcto.

-¿Cómo es eso?

-Joey-Dijo Leonard, inseguro de como proseguir-¿Por qué estás aquí?

-Ya le dije. Fue por sustancias ilícitas-Joey no lograba entender la pregunta.

-Bueno, a lo que me refería era a qué sustancias.-Corrigió.

-Oh. Bueno, eso está mas claro. Me dedicaba a vender marihuana.-Le soltó encogiéndose de hombros-Pero no para fumarla, era en formato líquido. Usted sabe, leche. Les advertía que debían usarla solo en su tiempo libre, o estarían en problemas. Hasta que un día a alguien se le ocurrió ingerir en medio de su turno. Todos notaron el comportamiento extraño. Iniciaron una investigación, hasta que dieron conmigo.

-¿Solo eso?

-Sí. Maldito bastardo, si no fuese por él, estaría libre.

-Esperaba algo mas grave.-Dijo Leonard frunciendo el entrecejo.

-Tengo una condena baja, lamento derribar la imagen de chico malo que tenía sobre mi.

-Aún eres un transgresor de la ley. Pero no es eso a lo que vine. Ahora que se que no eres un criminal en potencia, necesito preguntarte otra cosa.

-Diga.

-Si te ayudo a salir, ¿Prometes no meterte mas en problemas?

-¿Cómo hará eso?

-Yo pregunté primero.

-No es como que me queden ganas.

Leonard le sonrió, provocando cierta inquietud en el otro. ¿A qué venía todo esto?

-Respondiendo a tu pregunta...

-No.

-¿No?

-La quiero cambiar. ¿Por qué haría eso?, ¿Por qué tomarse la molestia de ayudarme si todo este tiempo solo le fastidie?-Preguntó el ingeniero confundido.

-Porque me caes bien y no se, no creo que merezcas esto-admitió el doctor-Además ayudaste a mi mejor amigo, arriesgando tu propia integridad.

-¿En serio?

-Cometiste un error que, dentro de tu desesperación, pensaste era necesario. Y según me cuentas, nadie salió herido. Debes estar afuera haciendo tu vida, junto a tu familia. No aquí, rodeado de posibles psicópatas sin escrúpulos.

-Leonard yo...

-A tu amigo Brendon también quiero ayudarlo, pero que se comprometa a ir a rehabilitación y todo eso. Tengo una vieja amiga que conoce a una excelente abogada, una de las mejores, y son muy amigas. Le pedí que la contactara y le preguntara si podía representarlos. Esta mañana obtuve una respuesta favorable.

-¿Aceptó?

-Por supuesto.

Los ojos de Joey brillaron y por un momento Leonard se alegró, hasta que vio lágrimas salir de los ojos del otro, fue cuando se conmovió.



Jim y Spock fueron recibidos por una sonriente pelirroja, quien les daba la bienvenida a su casa junto a un rubio alto y fornido.

-Pasen, pasen-Les invitava a entrar.-Estamos muy contentos de que todo haya salido bien. Este es mi novio, Chris.

-Un gusto-les sonrió.

Ya en el interior se sentaron sobre uno de los cómodos sillones de esa espaciosa casa, la cual tenía un ambiente muy hogareño.

-Tenemos preparado un cuarto en el segundo piso para ustedes-Dijo Camila mientras les servía unas galletas de avena sobre una bandeja, la que dejó en la mesita de centro.

-Tiene dos camas-Agregó Chris entregándoles a cada uno una taza con una infusión de hierbas-Lamento que los tengamos tan apretados, pero la otra pieza está reservada por Leonard.

-No será problema para nosotros-Comentó Jim, sonriendo. Por supuesto que no le desagradaba la idea de estar apretado con Spock.

-Son muy cordiales al recibirnos-Agradeció Spock.

-No es nada, siempre es agradable conocer gente nueva-Dijo Camila-Y ustedes ya probaron ser merecedores de confianza.

-Gracias-Dijo el rubio-A todo esto, ¿Bones no les dijo cuando llegaría?

-Nop.

-¿Y sabes por qué se quedó?

-No muy claramente, solo me preguntó si lo podía contactar con una amiga, que es abogada, para pedirle si podía ayudarle a sacar de prisión a unos amigos.

-¿Amigos?-El capitán miró a su primer oficial, quien solo asintió. Jim abrió los ojos en sorpresa.-Maldito bastardo, se nos adelantó.

-¿Cómo?-Preguntó la de ojos verde.

-Oh, nada. Desvaríos debido al cansancio. ¿Podemos ir a desempacar?

-Claro, suban por la escalera. La puerta de la derecha es la pieza suya, la del fondo es la que ocupará Leo, y la de la izquierda es el baño.

Jim y Spock subieron y entraron donde se les indicó estaban sus dormitorios.

El rubio, sin hacer mucho reparo en la habitación, se tiró sobre una de las camas, agotado por el viaje, ya que no pudo recuperar las horas de sueño. 

Spock presto mas atención, analizando cada detalle. Las paredes eran de un tono verde muy suave, mientras a sus pies era piso flotante y las cortinas de la única ventana eran azules. Entre las dos camas de una plaza, se encontraba un pequeño velador con una lampara.

-Spock, ven.-Le llamó Jim desde la cama, abriendo los brazos.

El pelinegro le hizo caso, recostandose junto a él.

-¿Crees que a Bones le guste Joey? Porque debe haber alguna razón para querer sacarlo-Preguntó Jim.

-Si, es una hipótesis válida, pero cabe la posibilidad de que quizás Joey conmovió al doctor con su historia-Respondió Spock-Al igual que Brendon, ya que Camila dijo amigos.

-Puede ser-dijo Jim apegandose mas a Spock.-¿Si juntamos las camas se darán cuenta?

-¿Para qué quieres tanto espacio?-Preguntó Spock acariciando el pelo del rubio.

-Tienes razón, mientras mas cerca mejor.-Jim rió y beso una de las mejillas del vulcano. Spock sonrió levemente.

-Por supuesto.

Eran las cinco de la tarde, le dirían a la joven pareja que iban a tomar una siesta para descansar. La excusa perfecta para pasar la tarde juntos. Quizá dormirían realmente o quizás todo sería amor y suspiros. O ambas. 








Disculpen por tardaaar tanto, he estado muy ocupada D: y no se cuando pueda actualizar de nuevo, intentaré que sea pronto les loveo beibis ♡ :D

Fuera de ley / SpirkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora