Capítulo 11 "Retos"

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C A P Í T U L O 1 1
"Retos"

Claro que se podía poner peor, pensé.

Luego de la escena que Ryder había creado, tomamos los shots y le hice un reto a Ginger. Lo hizo sin problemas y ella y Daniel tomaron su shot. Ginger me había mencionado que esta noche se quedaría a dormir en casa de Briana, así que ahora era libre para tomar alcohol, sin correr el riesgo de que sus padres la atraparan en el acto.

Pasaron varios retos más, hasta que casi todas las parejas tenían acumulado un punto, aunque aún ninguna tenía dos. Y no sabía si tenía miedo de saber cómo era la segunda base o simplemente quería hacerlo de una vez para que más tequila entre en mi sistema. Al menos yo ya estaba bastante mareada y eso con un solo shot y lo que sea que hubiera tomado al azar en ese vaso de camino, pero los demás parecían ni siquiera estar empezando. Además, Ryder parecía estar disfrutando mi incomodidad encima suyo. No podía pensar con claridad, entre su cercanía y el alcohol era bastante difícil poder concentrarme y comportarme con prudencia.

—Elizabeth— dijo un chico al cual no conocía, obviamente escogiendo hacerme el reto a mí, frente a todas las demás personas. Pretendí no estar sorprendida y ocultar mis nervios mientras analizaba sus siguientes palabras—. Nunca te había visto beber nada más que tequila.

Y yo nunca te había visto en mi vida, espeté en mi mente. Ya estamos a mano, idiota.

Aunque por fuera solo esperaba a que fuera al grano para que pudiera beber mi shot.

—Así que— continuó el chico, pasando su brazo al rededor de los hombros de la chica que tampoco conocía que era su pareja—, no creo que puedas beber cuatro shots de Vodka en menos de cinco segundos. A menos que puedas demostrar que me equivoco, claro.

Mordí el interior de mi mejilla mientras todos comenzaron a reír y a alentarme. Sabía que si lo hacía y luego tomaba el shot, quedaría borracha. Mezclar tragos era lo que menos quería y ahora no podía hacer nada.

—Vamos, Liz— dijo Ryder con una sonrisa burlona mientras me daba un pequeño apretón en la cintura, animándome—. Son solo cuatro shots.

Tragué saliva y me acerqué a la mesa, donde el chico que me había retado había servido los cuatro shots de tequila. Sin pensarlo mucho, tomé uno y lo llevé a mis labios, dejando que el contenido se derramara en mi boca. Ignoré el ardor que el Vodka dejaba en mi garganta y seguí a por el siguiente. Todos contaban para atrás y animaban, incluyendo a Briana, lo cual me sorprendió.

Cuando terminé con el cuarto, a penas tuve tiempo de asimilar el ardor que sentía o al menos, dejó de importarme. Porque estaba ocupada uniéndome a la risa y aplausos de los demás.

—Bien hecho, Liz— sonrió Ryder, mostrando sorpresa que no me esperaba en absoluto.

—Cállate y bebamos los shots— declaré y me incliné para tomar los shots de tequila, las rodajas de limón y la sal de la mesa.

Estaba apunto de lamer la sal del dorso de mi mano, cuando Ryder me detuvo. Alcé una ceja. Veía algo borroso, pero podía distinguir un atisbo de picardía en sus ojos color avellana.

¿Qué rayos esperaba?

Tomó mi mano y la acercó a su boca, sin desprender sus ojos de los míos. Sentí su cálida lengua contra mi piel en el área donde había puesto la sal e hice todo mi esfuerzo en no dar un grito ahogado. No me esperaba que hiciera eso. ¿En qué rayos estaba pensando?

Rápidamente me ofreció su mano, indicándome que hiciera lo mismo. Lo hice sin titubear. Quería hacerlo. O al menos, el alcohol en mis venas me obligaba a hacerlo. La sensación era increíble, la sal había perdido su sabor, porque en lo único que podía pensar era en Ryder.

Peligrosa ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora