Ella, la manzana de la discordia - the originals

Dieciocho años

Han pasado meses, estoy completamente seguro y no me sentía tan fuerte y listo desde hace mucho tiempo, es momento de obtener respuestas he empezado a escribir las memorias de mi encierro y me siento preparado para ver de nuevo a mi familia. La joven entra en la
habitación con gran seriedad, sosteniendo una pequeña caja en sus manos.

—¿Klaus, estás listo? Vengo a contarte todo lo que necesitas saber, vas a escucharme y cuando termine yo te escucharé a ti.

La miré detenidamente, era muy bella y de repente sentí la necesidad de probar su sangre, me pregunté cual sería su sabor, cómo se sentiría su pulso acelerado bajo mis colmillos.

—Han pasado 18 años desde que Marcel te apuñaló con ésta daga y desde que todos los originales se olvidaron de ti.

Sus palabras se sintieron como un helado cuchillo atravesando mi pecho de nuevo al ver la maldita daga pero decidí seguir escuchando.

—Todo ha cambiado desde que tu desapareciste, y casi todo es cómo antes de que tu llegaras a la ciudad los vampiros mandan y las brujas y los lobos fueron desterrados del barrio francés muchos fueron asesinados y Marcel controla la ciudad junto con Elijah y mantienen a raya a las brujas y lobos con la bruja Freya y la traidora Hailey, hace años volvieron y...

Ella recito un hechizo y sentí las palabras salir cómo una corriente furiosa por mi boca.

—¿Dieciocho años le tomó a Hayley hallar la cura para mis hermanos? ¿Ellos te enviaron?

—Nunca dije eso.

—Explícame entonces, mientras sentía que todo daba vueltas.

—Nadie me envío yo decidí buscarte y sacarte de allí, me tomó un buen tiempo pero lo logré. Tu familia volvió hace casi once años y todo se derrumbó, mi vida, mi familia, mi ciudad. ¡Tu ciudad!

Su mirada se tornó oscura, hablaba con odio.

—Ellos te traicionaron y yo...

—¿Porque?

—Crecí escuchando historias del despiadado Niklaus Mikaelson, de cómo desangrabas tu camino hacía el poder de cómo un lobo era vampiro y subyugó a todos a sus pies, y cómo una niña dejó ver más que al monstruo al que todos temían, y te admiré profundamente, deseé conocerte y cuando supe lo que te hicieron supe que debía sacarte de allí y así lo hice.