Fractura

Accidente Parte II

Recomendación Musical: "Reunion" – Peter Roe

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Fue increíble como más de treinta personas entraron en la habitación al mismo tiempo, siendo aquello culpa de que Naiheki, Guteiteki y Hitsuyō llegasen a visitar a la Emperatriz al mismo tiempo. Los tres equipos, al igual que los primeros en visitar, expresaron su odio por Akuma, su esperanza porque se recuperase pronto y sus despedidas de las chicas de tercero. El mismo caso pasó con Kazan, Yōkoso y Hayabusa, sólo que estas chicas también le hicieron pequeñas burlas a la as de Tensai por tener a un lindo chico sentado a su lado.

El equipo Josei, tanto varonil como femenil, se presentaron con todos los titulares. Los varones confirmaron la victoria de Seirin y la espera por su recuperación, antes de que Kawase, Tsubuku, Sakuma y Tōmaya se despidieran. Las féminas la felicitaron por la victoria de su equipo, insultaron al no presente Akuma, le agradecieron e Ichiyōna, siendo la única de tercero, se despidió; pero, antes de salir de la habitación, ambos capitanes le mostraron una sudadera que todos los presentes le compraron: completamente de color negro y un balón de baloncesto en la parte trasera.

Rūkī continuó con las visitas, teniendo a Kokūn con un balón en manos. Después de las despedidas y agradecimientos, le entregaron el regalo: un balón con la firma de cada uno de los integrantes. Al salir con Chigai Raku como la nueva capitana, otros tres equipos entraron: Jitaku, Kussaku y Chitan. Jitaku, siendo la quinta Reina y teniendo a la quinta Emperatriz, explicaron el momento en que Jiko Hiyori sufrió su ruptura de pierna: en la segunda mitad, durante un rebote, Jiko perdió el equilibrio y, sorprendentemente, Hosoku también, cayendo con el codo sobre la pierna, rompiendo el hueso en el proceso..., tal y como Midorima le había dicho.

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―Pero era un hecho que se gustaban ―la oji-naranja objetó seria―, hasta lo confirmaron en el último capítulo.

―¿Cuál? ―el varón la miró dudoso―. ¿En la graduación? No lo confirmaron...

―¡Claro que sí! ¡Estaban los seis sentados en la fogata y lo mencionaron...!

―Más no lo aceptaron.

―Llevan hablando de ese anime por más de media hora ―Alexandra se levantó de la silla de un solo movimiento y estiró un poco sus brazos―. Uno creería que, estando ambos en la misma cama, los dos ya habrían hecho algo de..., "ejercicio" ―al mirar de reojo las expresiones totalmente ruborizadas de los jóvenes, sonrió victoriosa de lado, pero se giró hacia ellos con una expresión culpable―. Perdón, perdón. No he comido ni bebido nada en todo el día..., ya me empieza a hacer efecto. Kat, ¿te molesta si salgo una hora por alimentos?

La apodada, quien tenía la mirada desviada a un costado para oculta su rubor, chasqueó la lengua ligeramente. ―Por supuesto, Alex.

―Gracias, hermanita. Vuelvo. No vayan a despertar a Kōzō.

Tanto Katomi como Nijimura permanecieron con la vista a cada costado; al escuchar el cerrar de la puerta, soltaron un suspiro en unísono. Comenzaron a controlar el color de sus mejillas y se prepararon para volver a verse al rostro, cuando escucharon la puerta rechinar otra vez. Creyendo que se trataba nuevamente de Alexandra, fruncieron confundidos el ceño al ver un enorme oso de peluche saludando desde la puerta.

―Buenos días, Kat-chan.

―Ah ―la paciente relajó su semblante al reconocer esa risueña voz―. Kazu-chan.

En eso, diez hombres aparecieron detrás del peluche: nueve titulares de Shūtoku y su entrenador. El azabache era quien llevaba consigo el presente, lo cual hizo que se tropezara al entrar en la habitación; mientras se reincorporaba, el resto del equipo rodeó la cama, la cual sólo estaba ocupada por la chica (puesto que Nijimura, en el instante en que Katomi apodó a uno de los ases del equipo, dio una vuelta y cayó al suelo, para luego sentarse en la silla que Alexandra estaba ocupando).