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Recomendación Musical: "Heart" – Blue Stahli

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Con un pitido, regresó su mirada hacia el entrenamiento enfrente. Recién terminaba el minuto de descanso, por lo que los jugadores volvieron a alinearse en medio de la cancha. Su mirada se centró sobre los cuerpos de aquellos varones con quienes ya llevaba una estrecha relación, más segura que los recién ingresados. Cada uno, sin importar su grado, tenía varias gotas de sudor sobre su frente, mejillas, sienes y cuello, producto de la intensa práctica a la que se estaban viendo involucrados por los desafortunados resultados en la Inter-Escolar.

Una mueca se dibujó sobre sus labios al tener en mente la mayor competencia a nivel medio superior y su próxima final femenil que se apreciaría al día siguiente. Las semanas habían pasado, al igual que la última liga, y por fin se habían anunciado los dos equipos finalistas: la Preparatoria Tensai y el Instituto Fukushū. Mientras observaba cómo la entrenadora terminaba con las instrucciones y se volvía hacia ella, su cabeza divagó por toda información que obtuvo por la Base más fuerte de todo Japón; Yūgana había relatado el ascenso de las mejores Reinas ante la victoria del Instituto Kussaku, las del Instituto Jitaku sobre la Academia Rūkī, las Reinas de Hokkaido (el Instituto Fukushū), ante las Reinas de Shiga (Escuela Media Superior Shutsu), y, extraña y sorprendentemente, la Escuela Media Superior Nozomu le había arrebatado el título a las viejas Reinas de Akuma.

Katomi, cuando leyó la noticia en un mensaje que la menor le había mandado, no pudo evitar pensar aquello no era más que una broma..., pero, al ver la alineación de las Semifinales, tuvo que cambiar su opinión hacia algo más misterioso y extraño: las sádicas integrantes de las viejas Reinas de Yamanashi habían entregado el título sin dar tan siquiera pelea o mostrar sus sucias tácticas..., y nadie conocía la razón. Siguiendo los otros dos juegos, Tensai ganó con ochenta y siete puntos el marcador de setenta y nueve de Nozomu, mientras Fukushū obtenía cincuenta y tres sobre cuarenta y ocho de Jitaku.

Estaban a tan sólo un día, un poco más de veinticuatro horas, de presenciar la final de la Inter-Escolar femenil entre la Preparatoria Tensai y el Instituto Fukushū, así como descubrir el tercer lugar entre Nozomu y Jitaku. Pero el mayor punto de atracción de aquel verano se veía opacado por diversas especulaciones ante el fracaso de Akuma: no eran tan fuertes como se creía, no recibieron mucho entrenamiento, sólo tuvieron suerte en la Copa de Invierno anterior..., pero ella, la vieja Emperatriz de Tensai, conocía perfectamente la razón detrás...

La Academia Akuma iba solamente por el trofeo de la Copa de Invierno y por una nueva venganza sobre las mejores Reinas.

―¿Qué es lo que te tiene tan distraída, eh? ―una voz femenina preguntó a un costado suyo.

Al girarse, la americana se encontró con los orbes marrones de la joven entrenadora de los recientes segundos lugares en la Inter-Escolar varonil: la Preparatoria Seirin. Miró de reojo cómo los chicos de Aida Riko se mantenían corriendo, driblando, esquivando, saltando o trotando; Kagami y Kuroko jadeaban en la línea de los 'suicidios', Hyūga e Izuki driblaban con velocidad unos balones junto con Tsuchida, Koganei y Mitobe; Furihata, Kawahara y Fukuda practicaban su defensa entre ellos, y el resto de miembros recién ingresados se juntaban en donde sabían que estaban más débiles sus habilidades. A pesar del retiro de la vieja estrella de Seirin y uno de los Reyes sin Coronar ('Tesshin', Kiyoshi Teppei), el número de nuevos novatos sobrepasó por decenas al del año anterior.

―P-perdona, Riko-chan ―la americana exclamó, negando con la cabeza y despejando su mente de molestas noticias―. ¿Dijiste algo?

―No exactamente ―Aida contestó, antes de mirar de reojo a sus jugadores―. Muchos de los chicos están emocionados por la final femenil, ¿sabes? La mayoría es de los mocosos de primero; dicen querer volver a ver a cierta peli-naranja rompiendo el acrílico del tablero y soltando un monumental grito que llene todo el gimnasio, así como las televisiones del país ―rio en baja intensidad y contagio un poco a su amiga, pero relajó su semblante al cabo de unos segundos más―. Estamos pensando en ir..., y-ya sabes..., como este año se celebra aquí, en Tokio, Kagami-kun y Kuroko-kun me insistieron en presenciar el partido. Y tú ―obligó a la menor a verla a los ojos, encontrándolos con una expresión culpable―, ¿estarás presente?

FracturaWhere stories live. Discover now