Hermandad

176 16 1
                                    

Recomendación Musical: "Kingdom Of Three Seas" – Gothic Storm

| ~ | ~ | ~ | ~ | ~ |

Con la quinta rama que le golpeaba en la frente, lanzó un ligero puñetazo al cráneo del varón. El azabache, quien caminaba a su lado, se giró hacia ellos y sonrió nostálgico al ver la expresión culpable del menor. Este último, después de soltar una queja al ser vapuleado, levantó su mirada hacia la chica que yacía sobre su espalda y entrelazó los dedos de sus manos debajo de sus muslos, acomodándola por estarse resbalando un poco.

―Eh, Tai-chan ―ella habló con una voz burlona, dando golpecitos a su sien con ayuda de uno de sus dedos―, tu espalda es muy resbalosa.

―¡C-cállate!

―Y, ¿cuántas veces vas golpeándome? ―regresó sus brazos hacia el pecho del Ala-Pívot, abrazándolo para no seguir deslizándose― Prefiero cambiar con Tatsu-chan.

―No, gracias ―el apodado respondió sin ser dirigida alguna pregunta, alejándose un paso, de broma―; a mí me terminarías asesinando si te llego a golpear por accidente.

El trío rio por unos cuantos segundos, continuando su caminata por el 'Parque del Lago Rojo' en donde decidieron salir a caminar.

Dado a ser un día despejado y una hora tranquila, varias personas acompañaban aquel ambiente natural, dirigiendo un par de miradas a tres adolescentes: cierto azabache sujetando un par de muletas plateadas y caminando a lado de un oji-carmín, quien tenía cargada a cierta peli-naranja en su espalda. Mientras más se percataban de las risas del trío, más intercambiaban miradas curiosas por la relación de tales amigos.

Esa mañana, un poco menos de una hora antes de comenzar con su caminata, Himuro había llamado a Kagami para decirle sobre su falta de salir junto con Katomi, por lo que se reunieron y se encaminaron al departamento de las hermanas García. Después de encontrar a una soñolienta rubia y explicarle su plan, ella aceptó sin resignación (producto de no estar completamente en sus cinco sentidos). La oji-naranja, por su parte, aceptó encantada la invitación de sus hermanos y salió con su par de bastones, jamás imaginando que ellos optarían por llevarla en su espalda..., o en la del as de Seirin.

―¿Segura que vas bien, Katomi-san? ―el oji-carmín cuestionó preocupado, ignorando un amistoso golpeteo que le proporcionó la mayor en su cráneo.

―Claro, Tai-chan ―una expresión de duda cubrió su cara en un solo segundo, antes de acercar su rostro al del japonés―. Oi, dime ―formó una línea horizontal con sus labios cuando el varón la miró de reojo, nunca deteniendo su andar―, ¿alguna vez llegaste a llamarme 'Kat'?

Kagami abrió sus párpados, sorprendido por tal pregunta; no se la esperaba. Intentó relajar su semblante y regresó su atención hacia el camino de tierra frente a ellos. Miró de reojo a su hermano, pidiéndole ayuda con la mirada, pero el mayor se encogió de hombros y decidió seguir observando los arbustos, árboles y, claro, el famoso lago.

―N-no lo sé ―Kagami contestó por fin, evitando la mirada de su hermana―. Ha pasado mucho tiempo; no lo recuerdo.

―A veces, los recuerdos de la niñez son los que perduran ―Himuro habló, al parecer, para sí mismo, logrando una expresión sarcástica en el rostro del menor.

―Eso es ―la oji-naranja exclamó―, de niños, cuando nos conocimos, solías llamarme por mi apodo; f-fuiste el primero de los dos en hacerlo. ¿Cuándo te detuviste?

―Creo ―el peli-carmín suspiró, mss mantuvo su mirada enfrente de él―, fue después de ir al entrenamiento del equipo nacional con tu padre.

FracturaWhere stories live. Discover now