Momentos Preciados

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Recomendación Musical: "The Illume of Life" – Muzronic Trailer Music

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―Veo que has decidido regresar ―recalcó con notoria burla, haciendo que una sonrisa apareciese en el rostro de la persona enfrente, a pesar de que ésta tuviese su mirada en la escena urbana fuera de la ventana―. ¿Otra vez te obligó tu hermana?

―No ―atrajo su atención hacia la mujer, sorprendiéndola al encontrar sus ojos con un brillo que no estaba presente la última vez―, esta vez yo le pedí traerme.

―Eso es un buen progreso, ¿no crees? ―sonrió ligeramente y expresó ligera victoria, antes de girarse hacia su libreta, abrirla en cierta página, tomar un bolígrafo con su mano derecha y colocarse en una pose dispuesta a escribir― ¿Qué te parece si iniciamos con la sesión de hoy? ―preguntó con un tono más sutil que el utilizado días atrás, lo que centró la vista de la menor hacia ella― ¿Qué ha pasado en los días que no pusiste un pie en este lugar? A parte de hacer que Alexandra corriera desde su casa hasta acá antes del mediodía..., claro está.

―Ah. S-se enteró...

―Sería un poco inusual que una extranjera rubia entrase corriendo con una expresión de asesina sin que nadie se percatara, ¿eh?

Ambas rieron divertidas por la forma en que la castaña expresó los hechos de la mañana en que las dos hermanas se reconciliaron tras una filosa pelea. Mientras controlaban su respiración, la mayor notó la dulzura con que la americana soltó tales risillas, lo que le hizo "garabatear" algo más en la hoja del cuadernillo que tenía sobre sus piernas. Apretó con fuerza éste y esperó por la respuesta a su pregunta, el par de acciones con ligera curiosidad.

―Lo normal ―empezó sonriente―, respiré, comí, hablé...

―Muy graciosa, Katomi.

La oji-naranja rio divertida por el tono que la japonesa utilizó, cuando observó cómo escribía algo más dentro de su libreta, aunque no logró leerlo. Relajó su semblante y dibujó su rostro en una expresión amigable, emocionada y llena de curiosidad..., características que la habían distinguido desde la edad de tres años.

―Comenzó con la victoria de Raku...

Sus párpados se abrieron en terror, sus pupilas se contrajeron asustadas, sus labios empezaron a temblar y un ligero tartamudeo se colocó en el lugar de su respuesta; tragó saliva para intentar ahogar su farfullo, pero sólo logró que se tranquilizara en volumen. Un evidente sudor resbaló de su frente hacia sus clavículas menos sobresalientes por su piel, alertando a la oji-marrón.

―Katomi, ¿te encuentras bien?

Imágenes, momentos, acciones, voces, personas y palabras llenaron su cabeza de los días que se vivieron en las últimas dos semanas. Intentó responderle a la mayor su pregunta que escuchó sólo como un murmullo lejano. Su respiración se agitó al percatarse de lo que estaba sucediendo: recordó todo lo que había pasado y una inigualable culpa llegó para reprimir su pecho. Pese a haberse disculpado con los involucrados, sentía..., sabía que no era suficiente. Tanta sensación obligó a un par de lágrimas salirse de sus orbes enrojecidas por el esfuerzo, pero tenía entendido lo que debía de hacer para esfumar todo.

―¡Katomi! ―gritó asustada y levantándose del sofá de un solo golpe, atrayendo la atención de la chica por segunda vez, liberándola de sus memorias― ¿Te encuentras...?

―Perdón, Sawa-sensei ―habló con total tranquilidad, siendo responsable de una expresión confusa pero más tranquila en el rostro de Nentō―. Estoy bien, no se preocupe ―sonrió con calma mientras la mujer volvía a sentarse, y tomaba su libreta y bolígrafo en posesión, por lo que se aclaró la garganta, limpió las lágrimas en sus ojos y decidió iniciar―: Comenzó con la victoria de Rakuzan: los prodigios decidieron tener una reunión de celebración en la casa de Ryō-chan, pero, antes de que Shin-chan me recogiese, me encontré con Shō-chan y me invitó un cigarrillo, lo que inició una disputa en la fiesta que arreglé más tarde con la ayuda de Shū-chan. Tenía pensado en aplicar mi renuncia directamente con mi principal, Iwao-sensei, cuando Ma-chan repitió todo lo que usted había dicho acerca del cambio en Tensai y logró hacer que olvidase mi renuncia; desde el día siguiente, prometí acompañarla en los entrenamientos nocturnos. Luego ―su voz se cortó por segunda vez, haciéndole creer a la mujer que sucedería lo mismo, pero se mantuvo en su lugar al verla bajar la mirada, como si le incomodase recordar lo que venía a continuación―: Alex me invitó a un Parque de Diversiones; todo iba con normalidad: nos divertíamos. Después de unos encuentros con Shō-chan y Togimasu, creí más a fondo sus palabras, Sawa-sensei, creí ser una carga para todos: mis hermanos, los prodigios, mi equipo..., pero, con la ayuda de Shin-chan, me di cuenta de yo misma me estoy haciendo una carga. Arreglé las cosas con Alex, recibí unos cuantos golpes de Ma-chan y unos sermones por parte de Shū-chan.

FracturaWhere stories live. Discover now