Nuevo Futuro

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Recomendación Musical: "Memories of Thargith" – Imagine Music

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Una suave luz pasó por la ventana, golpeando con ligereza sus párpados. Ella ya estaba despierta, pero no quería levantarse..., no debía levantarse si realmente no deseaba ir allí. Frunció el ceño y escondió su cabeza debajo de la única sábana que la protegía de la brisa de verano por un par de segundos, hasta que volvió a liberarse. Observó el techo color crema al mismo tiempo que se daba cuenta de lo rápido que pasó el tiempo: en un abrir y cerrar de ojos, se encontraban en junio y a punto de comenzar con la Inter-Escolar femenil, cuando todavía recordaba la Copa de Invierno del año anterior. Su serio semblante no cambió aun tras recordar la victoria de su equipo, la de Seirin y, lo más importante, haber recuperado a sus amigos de la secundaria. Cubrió nuevamente su cabeza al escuchar unos pasos acercándose a su puerta.

―¡Buenos días! ―la puerta se abrió de golpe y dio paso a la dueña de la risueña voz, siendo una queja lo único que obtuvo como respuesta y un gemido de parte del can que dormía al pie de la cama. Refunfuñó y murmuró algo entre dientes, antes de cerrar la puerta detrás y caminar a grandes zancadas hacia la cama. ―Vamos, bella durmiente...

―¡No..., vuelvas a decirme de esa forma!

A pesar del tono tóxico con el que ella soltó esa queja, conservó la compostura y se giró hacia la única ventana de esa habitación. Caminó hacia ella y recorrió ambas cortinas, haciendo que el cuarto se llenase por completo de luz y ella colocara la almohada sobre su rostro. Prosiguió con abrir la ventana y dejar que la fragancia matutina, el cantar de las aves, la brisa de verano y el silbido de las hojas entrase. Soltó un suspiro lleno de alegría y cansancio.

―¿No te parece hermosa esta mañana? Está completamente despejado el cielo y la brisa fresca se mezcla con perfección junto con el Sol...

―Aún con tu mala poesía matutina, no me voy a levantar.

―Sí lo harás ―se giró de un solo movimiento y recargó sus dos brazos sobre el borde del colchón―. Shintarō vendrá a desayunar hoy con nosotras ―comenzó a agitar el colchón, retirar las sábanas y sacudir las almohadas―, y luego irá a su juego. Recuerdas que hoy son los Cuartos de Final varoniles, ¿no?

―Al igual que la primera ronda del Torneo de Kantō femenil ―con un último rechinar de dientes, dejó de forcejar la última almohada que le quedaba, dejándosela a la mayor, quien se la lanzó al rostro, para luego ser arrojada a un costado―. Muy bien, Alex, tú ganas.

La rubia sonrió satisfecha, pero, al ver como ella se reincorporaba y retiraba las sábanas, se acercó preocupada. ―¿N-necesitas ayuda...?

―Para nada ―se preparó para sostenerse―, yo puedo so... ¡ah!

―¡Kat!

Con la mejilla derecha contra la alfombra, el brazo derecho siendo aplastado por su abdomen y el izquierdo aferrándose a las sábanas, la peli-naranja murmuró uno que otro insulto en su idioma natal y se levantó con sus brazos. Su espalda terminó recargada contra la cama, ella maldiciéndose a sí misma. Masajeó su sien de manera frustrada, cuando su hermana se las entregó, las cuales ella arrebató de forma agresiva.

―Gracias.

―Ven, te ayudo.

Sin querer volver a tropezar y caer de una forma tan ridícula, aceptó la ayuda de la oji-esmeralda. Al reincorporarse, recibió una sonrisa forzada de la mayor, para que después saliera de la habitación, siendo seguida por Trauern. Katomi soltó un pesado suspiro y siguió despacio a su hermana. Al cruzar el pasillo, se percató de una cabellera verde sentada en el comedor. Se acercó y observó momentáneamente al perro, agitando feliz la cola y viendo al oji-verde de la misma forma. Golpeó amistosamente su hombro al pasar justo a su lado, atrayendo la atención del dueño.

FracturaWhere stories live. Discover now