Capítulo 47: Por fin

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Narra Alex:
Había intentado superar lo que Erick había hecho con Issa. Sabia que no eran competencias o algo por el estilo, pero queria que lo que tuvieramos Kath y yo fuera único y grande.
Le había preparado una caja con donas, muchas donas. En el tiempo que llevabamos conociendo aprendi que las amaba con todo su corazón, recuerdo que un dia menciono algo que si se tuviera que casar con alguien lo haria con Vee Sky, porque era su alma gemela por las donas, si, ella estaba loca. Pero asi la queria.

Habia aplazado mucho este dia, por los problemas de la mama de Issa, por salidas y sobre todo porque tenia miedo. Miedo de que ella no me quisiera tanto como yo lo hacia, pero me resulto imposible no enamorarme de ella. Con su sonrisa divertida que siempre tenia, con su forma de proteger a los que quiere, con sus gritos locos y su amor por series y libros, era simplemente perfecta con lo bella que era.

Me acomode la chaqueta negra y toque la puerta de la casa de Kath, sus padres no estaban ya que ella menciono que llegaban demasiado tarde por sus trabajos; unos segundos despues escuche el sonido de pasos acercarse y después como la puerta se abrió.
Quede deslumbrado. Se veia simplemente hermosa.
Mi cara pareció un poema ya que ella comenzo a reirse dejandome un pequeño beso en la mejilla.
-¿Nos vamos?- preguntó
-Nos vamos.-

Narra Kath
Estaba nerviosa, mas que eso. No sabía que esperar de esta cita, habiamos tenido un par, claro que Issa no lo sabia porque... porque no habia tenido el tiempo de contarselo, pero esta vez si le dijo y me ayudo a vestirme, pero nunca pense que fuera tan dificil hacer algo como esto.
Mientras estaba sentada arreglandome mi cabello castaño rojizo, Issa tiraba y tiraba ropa de mi armario, mi habitación era un caos. Después de probarme mil vestidos, mio faldas y mil atuendos volvimos al que elegimos al principio. Era un vestido color vino que a la cintura tenia un cinturón negro , lo acompañe con calcetas negras hasta la rodilla y mis adorados botines negros, use mi collar negro y mis aretes favoritos, unos pequeños diamantes. Yo me maquillaba mas que Issa, eso era seguro, pero la que se pasaba todo el dia viendo tutoriales era ella, aunque nunca le diria que lo sabia.  Asi que del maquillaje se encargo ella.

Varias horas despues ya estaba lista y Issa se veia mas feliz que nunca.
-Si te rompe el corazon, le hare mucho mucho daño. Ahora si, ire con mi lindo novio a ver peliculas con mi madre.- dijo mi adorada mejor amiga dejando un pequeño beso en mi frente ayudandome a sacarme los nervios.

Solo pasaron unos minutos antes de que tocaran a la puerta, baje corriendo las escaleras creyendo que era Issa que habia olvidado algo pero no, era Alex y su cara al verme no hizo mas que alabar miles de veces a Issa mentalmente.
-¿Nos vamos?- le pregunté
-Nos vamos.- fue lo que contesto y me guio hacia su motocicleta.

En ese preciso momento entendi el porque Iss no queria subirse a la moto de Erick, porque si, era una tarea demasiado dificil para una chica con vestido.
Después de muchas carcajadas por parte de mi querido Alex, el por fin me ayudo, cargandome y dejandome al final de la moto. Supongo que asi era mas sencillo.
Una vez que el se monto, y hizo que lo abrazara excesivamente arranco tan de golpe que me hizo pegarme aún mas a el.
-Eso es trampa.- le grité  para que pudiera escucharme.
Solo senti como su cuerpo se movia por las vibraciones de su risa.

-Hemos llegado.- dijo cuando estuvimos estacionados en un pequeño restaurante.
Baje primero yo y fue mas sencillo el bajar que subir; luego lo hizo él y tomando mi mano nos adentramos al lugar.
Mientras mas avanzabamos, mas emocionaba estaba. No habia mas gente, solo él y yo. Todo estaba decorado con luces, luces por todos lados y creo que recordo que yo amaba las luces blancas de navidad. Y luego, en el centro de todo, habia una pequeña mesa con unas flores azules, mi color favorito.
Yo estaba sin habla, todo lo que intentaba decir se quedaba trabado en mi garganta. Solo me sentia sonreir, y como nunca lo habia hecho.
Nos sentamos y de inmediato llego un chico que nos dejo la cena que si, era lasaña mi comida favorita. Y... si, Dr. Pepper, mi refresco favorito.

Durante la cena hablamos de todo, su familia, la mia, sus hermanos pequeños, de como se habia tatuado por primera vez, cosas por el estilo. Las horas pasaron volando al igual que la lasaña pasaba volando por mi garganta, ¿Que querian? La amo.
Después cuando el y yo habiamos terminado el mismo chico aparecio, ahora con una caja negra entre sus manos, retiro los platos y dejo la caja en las manos de Alex.
-Bueno yo.. puede que me haya tardado mucho para hacer esto, pero realmente te quiero, Kath. Y se que si me dices que si, te hare la persona mas feliz del mundo y prometo que estarépara ti en las buenas en las malas pero mejor me dejo de palabrería... Katherine Brown... ¿Aceptas ser mi novia?- Mientras hablaba, se acercaba a mi provocando que el zoo dentro de mi estomago hiciera fiesta, mis manos se movían nerviosas sobre mis piernas y cuando llego por fin a mi dejo la caja negra sobre la mesa y la abrió.
Solte una fuerte carcajada en cuanto lo vi, eran donas formando la pregunta que acababa de hacer.
-Pues... Primero tendría que probar una de estas donas para ver si puedo darte una respuesta afirmativa. - conteste con una gran sonrisa para después acercar mi rostro al de el. -Sabes que diría que si, tontito.
El bajo la mirada dolido, luego la volvio a subir y comenzo a reir.
-¿Me acabas de decir que si? Espera espera, ¿Ya eres mi novia?- reia con fuerza como si no lo creyera, despues acerco sus labios a los mios y me dejo un suave beso, que era muy contradictorio a su actitud de hacia solo algunos segundos.

-Te quiero, idiota.- murmuré una vez que nos separamos.

-Y yo te quiero a ti.- Ambos sonreimos y volvimos a besarnos.

Mi único problema... eres tú (Editándose)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora