Capitulo 15

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   Siendo temprano y tras haber tomado una ducha, Felipe se veía frente a un espejo

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   Siendo temprano y tras haber tomado una ducha, Felipe se veía frente a un espejo. Estaba sobre una butaca y un par de muchachas de la servidumbre le ayudaban a acomodar su traje para que éste quedara a la perfección. El azabache presumía un traje azul marino con botones plateados y su cabello estaba peinado hacia atrás.

   Sin embargo, mientras se miraba en el espejo, Felipe no pudo evitar sentirse ansioso, quizá con un mal presentimiento, algo que golpeaba su pecho en forma de alerta y que de a segundos le arrebataba la respiración. Tras aquel mal pensamiento, la imagen de Maximiliano se presentó en su mente y su corazón se aceleró de sobremanera.

   Cuando por fin se vio solo en la habitación, Felipe se sentó en la cama con tranquilidad, aflojando un poco su corbata en busca de calmar su ansiedad. Se sentía raro, angustiado, inquieto, y todas esas emociones le guiaban a Maximiliano, le llevaban al doncel en busca de saber cómo estaba.


—Felipe, ya falta poco...— Zacarías abrió la puerta de repente, algo preocupado e irritado al parecer, pero al ver al susodicho, suavizó su mirada gracias a la curiosidad—. ¿Qué ocurre? Nunca te había visto tan... ¿Nervioso?— el castaño analizó a su amigo.

—Creo que hoy será un día muy largo—comentó el azabache con seriedad, mirando algún punto de la pared—. Siento que algo va a pasar, Zacarías. En parte estoy emocionado pero al mismo tiempo, no sé...— Felipe mantuvo el silencio por un momento, bufando—, es como si algo fuese a salir mal.

—¿Corazonada? O ¿Realidad?— El castaño miró rápidamente su reloj de bolsillo y luego de ver que aún quedaba tiempo, se recostó en la pared, preparado para lo que Felipe le diría.

—Es Maximiliano— se limitó a responder, como si eso fuese una extensa explicación—. Siento que está mal, que me necesita ahora. Y siento que cuando venga, todo va a salir mucho peor, que él estará peor.

—Felipe— bufó Zacarías, acomodando con sutileza su cabello antes de hablar. Era raro para él ver a Felipe en aquel estado, sin mencionar que era la primera vez—. Necesito, en primer lugar, que te calmes— el muchacho volvió a su recta postura—. No puedes presentarte ante Maximiliano con esa expresión en tu rostro, y menos ante la Reina— entonces Felipe vaciló y se puso en pie, queriendo evitar el sermón de su mejor amigo—. Eres el futuro Rey de Erini, tienes que controlar ese impulso que intenta dominarte.

—Zacarías...— Felipe quiso contraatacar, pero el castaño lo evitó.

—Cumple con lo que crees que es correcto— exigió con el ceño neutral y las manos en la espalda—. Si cumples con ello, todo saldrá bien, incluso si las cosas se ven mal. Así que prepara tu mejor diálogo para enfrentar a la Reina, porque será tu única oportunidad— Zacarías pensaba con mente fría—. Y si lo haces bien, podrás estar con Maximiliano así ella no quiera.


   Entonces, finalizando con su regaño, Zacarías mantuvo su mirada fija a la de Felipe, queriendo borrar de él toda esa angustia que le atormentaba. Felipe bufó luego, desvió la mirada y se posicionó frente a la ventana, mirando a cualquier lugar del jardín de hermosas flores del castillo.

No Eres Un Simple DoncelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora