Una sonrisa débil salió de su boca. Se sentía más conectado a ellos que nunca. Sentía que con ellos a su lado sería capaz de hacer lo que sea. La fuerza vital de todos unidos era algo muy fuerte. Casi sentía que podía destruir el vidrio de un sólo puñetazo y eso desease. No lo hizo. En aquel momento toda su visión estaba centrada en Yusho, pensando en cuando se diera cuenta de su presencia. Quizás le defendería y le sacaría de allí, junto a sus homólogos. Quizás primero derrotaría a Leo para después salvarle. O Quizás no. Quizás el solamente derrotaría a Leo y ya está. Sólo arruinaría el plan porque eso era lo importante. Detener el Revival Zero. Quizás ero era lo más importante en ese momento.Porque de otra manera no se explicaba cómo lo estaba ignorando.
Una incertidumbre empezaba a afectar su corazón. Se mordió el labio y empezó a sentir ansiedad. Estaba carcomiéndolo aquella duda. Ese simple pensamiento de que podría llegar a ser ignorado por una de las personas más importantes de su vida le dolía demasiado. No estaba soportándolo. Era como si algo que jamás quisiera que pasara estuviese sucediendo en ese mismo instante. Cuando más sensible y pensativo estaba. Cuando más dudas tenía sobre él. Cuando más débil estaba. No entendía porque a decir verdad. Siempre le defendió a capa y escudo sin importar que todo estuviese en su contra y la verdad estuviera justo en frente. Él siempre la había negado. Él siempre había dicho que su padre era bueno. ¿Y ahora dudaba de todo aquello? Esa conversación con Yuto había hecho un total giro de tuerca en su manera de pensar.
La atención de la mayoría estaba sobre él. Los tres homólogos estaban muy expectantes y demasiado nerviosos, ¿de verdad ese hombre que se hacía llamar su padre lo estaba haciendo sentir así? Una pequeña ira se sintió en sus corazones. Alguien se estaba atreviendo a dañarlo, a dañar a un ser cómo Yuya. Un ser que les había quitado pesos de encima, que les había hecho sentir mejor dentro de toda aquella oscuridad que abundaba en sus corazones. Nadie más lo había hecho. Nadie más se había atrevido a hablar con Yuri y decirle que no iba a abandonarle y que no estaría sólo. Nadie nunca se puso al frente de Yugo para defenderlo y decirle que no estaba por su cuenta después de todo. Nadie nunca se había tomado el tiempo de simplemente ignorar sus problemas internos para tratar de mejorar los de Yuto, sin importar que eso no le hacía sentir mejor, sin importarle nada más aparte de él. ¿Alguien más se había sacrificado tratando de entenderlo y de quitarles un peso de encima que creían que sería su eterna carga? ¿Realmente alguien lo había hecho alguna vez?
Los hermanos Akaba se habían dado cuenta de algo, sobre todo Reira. Algo no estaba bien en aquella celda. Algo estaba terriblemente mal. Tres corazones empezaban a tener rabia y uno de ellos estaba dudando. Los sentimientos negativos abundaban en aquel lugar encerrado y borroso. Incluso Yuri se había apartado de Yuya sólo para mirar con desprecio al exterior. Y aunque la discusión de los mayores era importante, algo les decía que era mejor mantener sus ojos en aquellos chicos. Nada iba bien con ellos. Esta situación se les hacía familiar. En el Battle Royal, en el Miami Championship, y para Reira, que empezaba a sentir cómo la oscuridad de ellos los consumía de a poco, le recordaba a aquella desesperada situación junto a Serena y Tsukikage en City. El menor de todos sabía que las cosas no tardarían en ponerse tensas si no hacían algo.
¿Pero qué hacer? ¿Qué era lo que los estaba alterando tanto
—¿Por qué... me ignora?—pregunta con la voz casi rota lleno de desesperación. Los tres estaban demasiados enojados cómo para responder algo que no fuera agresivo sino más bien compasivo con él. Yuto fue el único que logró calmarse un poco.
—No te preocupes...—incluso dudó sobre que excusa darle, después de todo, él había sido el primero en meterle a la cabeza que su padre no era tan bueno como él pensaba—de seguro el vidrio es opaco por fuera—Fue mala excusa, pero había sido lo único que se le había ocurrido. Yuya pareció aliviarse un poco, pero no paraba de ver a su padre. Yugo estaba echando humo por las orejas y Yuri parecía hundir cada vez más profundo en la palma de su mano. Y si sus miradas mataran, Yusho ya estaría 3 metros bajo tierra.
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Oscuridad
FanfictionTras una serie de eventos, Yuya tendrá que enfrentarse a los subconscientes de sus homólogos.