Yuto, después de alejarse de una distancia prudente de los otros dos, señaló al elefante de la habitación.
—¿Qué pasó con Dennis, Yuri? —preguntó directo. El aludido, un par de centímetros caminando a su lado, lo miró por unos instantes antes de suspirar—. Ha pasado un tiempo y no has dicho nada.
—Ya decía yo que era demasiado irreal que quisieras recolectar fresas conmigo —dijo algo decepcionado, miró un poco el empaque de plástico que tenía.
—Yuri... —le presionó un poco Yuto.
—No me arruines mi paseo, ¿quieres? Ya que no tienes interés en recolectar al menos eso puedes hacer, ¿no? —Yuri suspiró suavemente, con delicadeza, con detenimiento. De un gesto algo brusco también le entregó el recipiente de plástico a Yuto—También lleva esto, yo soy en qué recolecta después de todo.
—Bien —dijo apenas y lo sostuvo en sus manos. No reclamó por el comportamiento de su compañero. Sabía que se lo merecía por hacerlo hablar de cosas que en definitiva no quería—, recolectemos fresas para tu mermelada.
Yuri no respondió.
Se adentraron un poco en el bosque, por caminos que Yuri guiaba. Parecía saber perfectamente donde estaba, como si su mente fuera una parte de ese lugar. Yuto solo podía adivinarlo por lo distraído que parecía. Yuto sabía que había tocado un tema de cuidado, uno que nadie había querido tocar en un tiempo. Las semanas habían pasado, las cosas se habían dejado atrás, sí, pero Yuri no parecía estar del todo con ellos. Dennis le había hecho algo que parecía afectarlo a ratos. Era muy extraño verlo así, porque normalmente tenía una actitud máscara, que lo ocultaba de todo. Yugo no lo había notado, Yuya había intentado algo, pero sin resultado alguno. Solo quedaba él, quién parecía seguir teniendo ciertos problemas con los sonidos fuertes y repentinos, y que no podía comer demasiado porque sentiría que no estaría ahorrando comida. Era el candidato perfecto para esas cuestiones.
Por fin, unos varios metros más adentro, Yuri habló.
—¿Alguna vez pensaste en algo en especial para tu primer beso? —Yuto casi se detiene en seco, en cambió arrugó la cara para recordar. Quizá le serviría de algo si no había preguntas y solo lo dejaba ser.
—En realidad —soltó después de unos momentos de búsqueda en su mente—, todo eso pasó a segundo plano con la invasión de Academia a Heartland. No me acuerdo realmente de que solía pensar al respecto.
—Yo también soy idiota, ¿sabes? —dijo sin mirar al otro—Le reclamo a Yugo eso todo el tiempo, pero la verdad es que yo también tengo algo de esa estupidez —se tomó una pausa—. Así que terminé creyendo, cuando era niño, que el tema de las parejitas era algo especial —se aclaró un poco la garganta—. Que el primer beso que diera sería... especial, también.
Yuto estaba más pendiente del camino que el otro.
—Eso no tiene porque que ser malo —negó Yuto—, no es algo que le haga daño a nadie.
—¿Cómo ser bueno en los duelos no le hizo daño a nadie más que a mi mismo? —Yuri sonrió con algo de amargura—Y a Azuka, nunca deberíamos olvidar a Asuka o a... el amigo de Yuya, ese azulito fastidioso —bufó suavemente. Yuto alzó un poco una de sus cejas.
—¿Sora? —preguntó Yuto.
—Ese mismo —suspiró—, esa sabandija hasta en la propia Academia era un pesado. Siempre pidiendo que le dieran misiones importantes, tratado de compararse conmigo, ¡incluso creó un maldito Deck que no era permitido! Sólo porque quiso —Yuri se cruzó de brazos—, que bueno que no lo conocía más que de pasillo. Creo que no lo hubiera soportado, no lo soporto aún —Yuri miró al otro que lo escuchaba pacientemente. Tomó aire—. En fin. Pensar en algo así, como los temas de parejitas, no es normal para mí, un torcido de miércoles —tomó una pausa pequeña—, o para los chicos de Academia. Creo que poco o nada importaba el amor allí. Por eso no había parejitas ni nada, todos eran como si se les hubieran quemado las hormonas de un día para otro.
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Oscuridad
FanficTras una serie de eventos, Yuya tendrá que enfrentarse a los subconscientes de sus homólogos.