And the dead are all Living - Epílogo

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—¿Volverías a jugar duelo de Monstruos? —Yuri preguntó de la nada, cuando estaban pasando la calle principal del pueblo. El de ojos rojo, que estaba algo distraído y falto de palabras, miró al de ojos fucsias—, ya sea, ¿por diversión?

—Bueno, me gusta, a decir verdad —dijo sonriendo un poco. Sin recordar algunas cosas, sí le era muy entretenido jugar con esas cartas—, pero si volviera a intentarlo tendría que elegir otro arquetipo y, ya que no puedo jugar contra ustedes, ¿contra quién jugaría?

—Puedes usar muchos, hay bastantes de donde elegir, ¿lo sabías? —dice Yuri sonriendo. Yuya arrugó el rostro un poco, no notó ni un poco que el otro lo molestaba.

—Pero, igual, ¿contra quien pelearía? —Yuri alzó un poco sus hombros.

—No eres el único en el mundo que le justa jugar —le dijo—, hay anuncios de torneos. Los he visto y creí que quizá te podría ir bien. A ti y al bebe.

—¿En serio? —el de ojos fucsias asintió suavemente—Quizá pueda entrar a uno, ¡uno con Yugo! —Yuri alzó una ceja—Sin Yugo.

—Estaría bien, a ambos le ha marcado ese juego después de todo. No tienen porqué dejarlo atrás —dijo sonriendo—. Aunque tendré que enseñarle al bebe como usar fusión, no creo que pase desapercibido jugando Syncro.

—¡Sí! ¡Yo le enseño también! —sonrió—No es mi especialidad, pero algo bueno pude hacer con él —Yuri miraba hacia el camino que les seguía, ya casi habían terminado el recorrido. El paseo había sido bastante tranquilo y pacífico. Como todo lo que les había acontecido durante las últimas semanas. Quizá demasiado, pacífico—. ¿Habría algún problema con que... compráramos algunos paquetes ahora?

—No, podemos ir —Yuri accedió con facilidad—, solo no te esperes tanta variedad como en la ciudad.

—Nah, con algo sencillo estaré bien —dijo mientras paraba su andar y esperaba a que Yuri lo guiara. Este, al verse en esa situación, tomó la mano de Yuya y lo hizo mirar hacia la calle de nuevo.

—Vamos a la única tienda de juegos, si no recuerdo mal, tenía un nombre... —arrugó un poco la cara—Poco original.

—¿En serio? —estaba curioso—¿Cuál es?

—"Game" —dijo mientras recordaba un poco—, ese era el nombre, una casa con tejado verde y paredes amarillas.

—Ja, al menos sabe como identificarse —el de ojos fucsias miró la sonrisa del otro, por un momento deseó, aunque fuera solo por un momento, besarla.

—Sí, algo así.

El recorrido no fue demasiado largo, el pueblo era pequeño después de todo, así que por ciencia infusa apenas se demoraron en llegar. Entraron a mirar, era una tienda de puerta cerrada y usaban vitrinas para exponer sus juegos. Había muchas cosas allí, dados, tableros hechos a mano, piezas para esos tableros, cubos, rompecabezas de madera, y otras cosas más que Yuya no alcanzó a identificar. Yuri llegó al mostrador donde le atendió un chico cualquiera. El procedimiento en realidad fue mucho más rápido, Yuya escogió su propio paquete dentro de varios que había allí, incluso agarró un par más de la misma línea para formar todo desde cero.

—Gracias —dijo Yuya amablemente tomando sus cartas.

—Ustedes dos se parecen mucho, ¿de casualidad son hermanos? —preguntó el chico de la tienda.

—Oh, no, no, somos... amigos —Yuya sonrió de manera nerviosa. Yuri le levantó una ceja—, nos dicen eso bastante seguido, jaja.

—Disculpen, es solo que me causó curiosidad —Yuri alzó ambas cejas. El vendedor pareció con ganas de contar algo más, pero calló mejor y se puso a mirar de nuevo a su cuaderno, agarró de nuevo el lápiz y garabateó algo. Justo como estaba haciendo al entrar, justo como seguiría haciendo el resto de la tarde.

OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora