Katniss despertó cuando sintió lo rayos del sol sobre su rostro, al levantar la mirada vio la cara de Peeta dormido plácidamente con una sonrisa en sus labios. Acarició el rostro de Peeta con delicadeza, recordando cada momento de la noche anterior desde el momento en que lo encontró ante la puerta de la casa vestido de manera muy elegante para contarle lo de la boda, hasta que se habían unido de forma definitiva como marido y mujer.
Queriendo sorprender ella a Peeta, se levantó con cuidado para no despertarlo, se puso un batín y bajó a la cocina, ella no era la mejor cocinera, sabía lo justo para poder comer decentemente, pero esa mañana estaba dispuesta a superarse, así que se puso a preparar el desayuno con esmero.
Una vez tuvo listo el desayuno, lo colocó en una bandeja, salió al jardín, cogió una hermosa flor blanca y la colocó en un vaso con agua, y con la bandeja en la mano subió con cuidado las escaleras y volvió a entrar en la habitación. Dejó el desayuno en la mesita que había junto a la cama y se volvió a tumbar junto a Peeta, acercó su rostro al de él y lo besó.
-Que manera más hermosa de despertar- Dijo él cuando Katniss separó sus labios, enroscando sus brazos alrededor de la cintura de su hermosa esposa- Y lo mejor es saber que siempre voy a poder despertar con un beso tuyo, esposa mía.
-Siempre tendrás un beso al despertar- Le sonrió volviendo a besarlo, Peeta intensificó el beso, pero Katniss se separó un poco- ¿No tienes hambre?
-Muchísima, tengo hambre de ti- Se lanzó a su cuello ansioso.
-¿Entonces no probarás el desayuno que te he preparado?
-¿Eh?- Desvió su mirada hacia la bandeja que había sobre la mesita de noche y sonrió sinceramente- ¿Te has levantado antes para prepararme el desayuno?-Katniss asintió ruborizada- Muchas gracias mi amor- La besó levemente antes de sentarse en la cama y colocarse la bandeja sobre las piernas- Tiene muy buena pinta.
-Espero que sepa tan bien como parece, se que no soy tan buena como tú en la cocina pero me he esforzado mucho.
-Estará perfecto- Cogió uno de los bollos y se lo llevó a la boca sin dudarlo. Era cierto que no era uno de los mejores bollos que había comido, pero a él le pareció el más delicioso del mundo- Está delicioso.
-¿Lo dices en serio?
-Desde luego- Sonrió dándole otro bocado- Es imposible que algo que hagas tú esté mal hecho.
Katniss sonrió satisfecha cuando vio como Peeta devoraba todo lo que había en la bandeja, para después coger la flor del vaso y colocársela aella delicadamente en el pelo.
-¿Ha que hora te vas a ir hoy a la panadería?
-No voy a ir a la panadería- Besó sus cabellos- Esta semana se harán cargo mis empleados, yo tengo una semana libre para disfrutar de la compañía de mi hermosa esposa.
-¿En serio? ¿Vas a estar una semana en casa conmigo?
-Si- Sonrió- Ya que no viajaremos a ningún lugar, al menos quiero pasar a tu lado toda esta semana.
Durante esa semana los dos estuvieron paseando juntos por las calles, saliendo a cazar, cocinando juntos en casa, sin importarles las miradas de los habitantes del distrito cuchicheando sobre ellos cada vez que los veían, solo existían ellos dos.
Una vez pasada esa semana, Peeta volvió a su negocio sonriente, se sentía el hombre más feliz de la tierra, sobre todo al ver la sonrisa que reinaba en el rostro de Katniss cada día, parecía diferente, e incluso las pesadillas habían desaparecido desde el día de la boda.
Por desgracia para él, la noticia de su boda se extendió rápidamente por todo el distrito y fue pasando por todos y cada uno de los distritos tan rápido, que en unos días, el 12 se llenó de cámaras dirigidas por Plutarc.