6º Conociendo a Močan
Abrió los ojos con dificultad, le dolía la cabeza, y estaba bastante adolorida físicamente. Al abrirlos, se topó con una habitación totalmente blanca, vacía y muy iluminada, apenas se diferenciaba la puerta del resto de la pared, no había ventanas ni nada que permitiera ver el exterior.
Estaba un poco desorientada, no recordaba como había llegado hasta allí ni donde estaba, le dolía mucho la cabeza, intentó levantar la mano para tocarse la frente y fue entonces cuando se percató de que estaba atada a una silla.
Fue en ese momento cuando le vinieron a la mente las imágenes del ataque al tren, de los hombres que la protegían muriendo, y el rostro de sufrimiento de Haymitch al no poder hacer nada cuando se la llevaban.
Unas lágrimas de miedo comenzaron a brotar de sus ojos, estaba asustada, no sabía que esperar de los que la tenían retenida, no sabía nada de ellos, y sobretodo, estaba asustada por el porvenir de su hijo.
Un sonido a su espalda hizo que se pusiera en alerta, giró levemente la cabeza y vio a alguien acercarse lentamente hacia ella, se colocó ante ella y se arrodilló para quedar a su altura.
-Mi nombre es Ainhara, el gran Močan, amo del mundo, quiere que te lleve ante él, tengo que vestirte y arreglarte antes de ir ante su señoría.
La muchacha se levantó y soltó las manos de Katniss, ayudándola a ponerse en pie, después se acercó a una pared y apretó un botón que Katniss no era capaz de ver. De inmediato, en la habitación aparecieron estanterías llenas de ropa y accesorios.
La chica se acercó a una de las estanterías y eligió un vestido, después fue a otra y cogió unos zapatos, se dirigió a una tercera y cogió ropa interior. Una vez tuvo todo lo que buscaba, apretó otro botón y las estanterías volvieron a desaparecer, dando paso a una bañera con agua caliente. La chica le hizo una señal a Katniss para que se acercara a la bañera.
-No pienso arreglarme para ver a nadie.
-Son órdenes del amo Močan, debes estar bien vestida y arreglada para aparecer ante él- Dijo la chica sin inmutarse.
-Me da igual quien haya dado la orden, no pienso obedecer.
-Informaré al amo- Así sin más salió de la habitación, cerrando la puerta tras de si y dejando a Katniss allí sola.
El estar sola y desatada la puso más nerviosa, no sabía que podía esperar, no era muy normal que le pidieran que se arreglara para ver a la persona que la había secuestrado, al contrario, teniendo en cuenta quienes eran ellos, lo normal hubiera sido que quisieran intimidarla y utilizarla contra el "El nuevo Núcleo".
Poco después, la puerta volvió a abrirse y por ella entró de nuevo la muchacha de antes, pero no iba sola, estaba acompañada por un hombre que casi hace que Katniss se caiga al suelo. Aquel hombre era muy parecido a Peeta, el mismo tono de pelo, la misma altura, las mismas facciones, tan solo cambiaban sus ojos, que en lugar de azules eran de un verde extraño.
El hombre se acercó a ella y le tomó la mano, viendo que estaba apunto de caer redonda al suelo de la impresión. La acompañó hasta la silla en la que estaba sentada antes y se arrodilló para quedar a su altura y poder mirarla a los ojos.
-Tranquilízate, nadie te hará daño.
-¿Como puedo creerle? Me han traído a la fuerza, además están atacando a mi gente y han matado a los hombres que viajaban conmigo- Protestó intentando apartarse del hombre pero sin desviar la mirada- No son más que una panda de asesinos.
-Entiendo que pienses así- Sonrió alargando la mano para acariciar su mejilla- Pero te aseguro que estás muy equivocada sobre nosotros- Colocó un mechón de pelo tras su oreja, despejándole la cara- Solo buscamos la unión completa y la paz pero, a veces, para hallar la paz es necesaria la guerra.