15º Gale

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15º Gale

 

Močan daba vueltas por la cubierta de navegación, estaba nervioso, llevaba tanto tiempo planeando el ataque al Capitolio y en unas semanas todo se estaba desmoronando. Cuando la rebelión ganó la batalla y el Capitolio fue eliminado pensó que era su momento, pensó que podría hacerse con el poder sin ningún percance, después de una guerra el país debía estar indefenso. Justo lo que él necesitaba para vengarse.

Pero no tuvo algo en cuenta, el efecto que provocaba Katniss en las personas, ya lo había hecho durante sus primero juegos sin tan siquiera proponérselo, durante la guerra por obligación, y también lo había hecho con él. Todos habían caído rendidos ante sus encantos, su fuerza, su coraje y su pasión.

 

Se odiaba a sí mismo por permitir que creciera en él ese sentimiento que le impedía bombardear todo el lugar, aplastarlo todo bajo un manto de llamas, no era la primera vez que lo había hecho, pero se sentía incapaz de hacer eso sin saber si Katniss saldría herida.

En su cabeza veía una y mil veces las imágenes de su madre siendo torturada por Snow, de su padre asesinado a sangre fría por sus hombres, y de él, escondido en un rincón mientras su hermana era violada y asesinada.

Su madre era una capitolina que se había casado con uno de los vencedores a escondidas de todo, su padre había conseguido mantenerla oculta durante bastante tiempo, habían formado una hermosa familia. Pero cuando él tenía ocho años y su hermana diez, por un exceso de confianza de su padre, uno de los agentes de la paz los vio caminar juntos, y no pasaron más que unas pocas horas hasta que el presidente mandó a sus hombres.

Su padre había conseguido ocultarlo para que no lo encontraran, pero no había podido evitar que viera toda aquella atrocidad. Se quedó bloqueado al ver aquello, tardó varias horas en conseguir salir de aquel estado, y cuando lo hizo, tuvo que correr lejos de allí, lejos de su hogar, para ponerse a salvo.

Nadie sabía de su existencia en el distrito, nadie podría denunciar su huída, su padre se había asegurado de que nunca fueran al pueblo, de que nadie los viera jamás, exceptuando aquella mañana.

Corrió por los bosques hasta que no tuvo fuerzas para seguir haciéndolo, cuando hubo descansado siguió corriendo, no quería mirar atrás, temía que alguien lo descubriera, siguió corriendo hasta que llegó a una playa, allí vio una pequeña embarcación muy vieja y deteriorada, por cosas que había leído en los libros de su padre, sabía que aquella embarcación había pertenecido al ejército que participó en la gran guerra antes de los años oscuros, y sin pensarlo dos veces, se hizo a la mar con aquella embarcación hacia lo desconocido, jurándose que lograría vengarse de Snow y de todo Panem por haber permitido que cosas como aquella sucedieran, agachando la cabeza sin hacer nada.

Al otro lado del mar encontró un mundo nuevo, más simple en cuestiones tecnológicas pero lleno de posibilidades, aquel mundo era mucho más pacífico, y por ello, no le costó conseguir armamento suficiente  como para invadir varias ciudades. Reclutó hombres y poco a poco fue conquistando el mundo entero, dejando para el final su odiado Panem.

Jamás pensó que algo tan primitivo como el amor pudiera truncar sus planes, y menos a manos de una chica que hubiera vivido en Panem, pero luego lo pensó otra vez cambiando de idea, ¿quién mejor para compartir su vida que la única mujer que le hizo frente a su enemigo sin tan siquiera proponérselo?

EL RENACER DEL SINSAJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora