4º La esperanza de Panem

3.5K 77 2
                                    

4º La esperanza de Panem

 

“Me dirijo a toda la nación de Panem, soy Katniss Mellark Everdeen. Se que estos últimos meses han sido difíciles para todos, ataques, explosiones, pérdidas… Todos habéis sufrido por la aparición de nuestros atacantes, “Los externos”, y yo me dirijo a vosotros para recordaros que no estáis solos.

Yo misma he sufrido por estos ataques, durante cinco meses había pensado que mi marido, la persona que más quiero en el mundo, había muerto, me hundí, y hasta que no lo he recuperado no me he dado cuenta de que no tenía que haber perdido la esperanza de recuperarlo.

Se que es difícil, que muchos estaréis asustados, hambrientos y heridos, pero os aseguro que no estáis solos, se de primera mano que el gobierno está trabajando en mandar ayuda a todos los distritos, y que está reclutando voluntarios para enfrentar a nuestros invasores, así que no perdáis la esperanza.

Yo puedo hacer poco, pero quiero que sepáis que, en la medida de mis posibilidades, haré lo que pueda por vosotros y por todo Panem, recordad que nunca hay que perder la esperanza, y que siempre habrá algo por lo que valga la pena seguir adelante.

Sed valientes y resistid, todos y cada uno de vosotros sois importantes”.

El cámara hizo una señal indicando que se había cortado la comunicación, Katniss bajó del púlpito en el que la habían subido para hablarle a la nación, caminó lentamente hasta el balcón  que había y salió a que le diera el aire. Llevaba sin ver a Peeta casi una semana, el mismo día que se habían reencontrado, y todo por su estúpida manía de protestar por las decisiones que tomaban en su nombre.

Aun tenía en su mente todo lo ocurrido como si hubiera pasado hacía tan solo unos minutos, le recorrió un escalofrío solo de pensar en aquel momento y en su estupidez.

<<Haymitch la llevaba con rapidez tomada del brazo camino a su habitación seguidos por Peeta unos pasos por detrás. Acababan de salir del despacho de Paylor y ella aun no había abierto la boca con respecto a las condiciones de Peeta.

 

Al entrar, ella fue hasta los sillones y se sentó sin decir una sola palabra, miró el suelo con fijación como si fuera la cosa más interesante del mundo, notó como se sentaban a su alrededor los dos hombres más importantes de su vida, pero eso no hizo que cambiara su postura o dijera algo.

 

-Preciosa, di lo que quieras decir, no te lo guardes.

 

-No tiene importancia, ya da igual- Dijo sin ganas y sin levantar la mirada.

 

-Kat, quiero saber tu opinión- Dijo Peeta arrodillándose ante ella y tomando sus manos- Es importante para mi saber lo que piensas.

 

-¿Ahora que ya has dicho tus condiciones sin consultarlo conmigo siquiera?- Se le escapó sin que ella pudiera impedirlo- Soy mayorcita para saber manejar yo misma la situación.

 

-Lo se, no lo he hecho porque pensara lo contrario, pero no habías dicho nada y no quería que quedara ningún cabo por atar.

EL RENACER DEL SINSAJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora