SOTUS la serie: Capítulo 3.1

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ARTHIT POV

Esto era sumamente impresionante, en verdad seguía anonadado por las palabras del Junior. ¿Qué le hacía pensar que en realidad estaba interesado en él? Un chico que solamente me había traído problemas desde el primer día. Él tenía el ego muy alto o la autoestima por las nubes, nunca me fijaría en alguien como él y menos en un chico. Aún seguía enamorado de Namtarn, y sabía que nunca iba a superar mi romance hacia ella, y ahora me sale Kongpope con esto ¿estar enamorado de él? Debió haber estado ebrio cuando pensó en eso.

¡Qué tontería! Puras palabrerías lo que el muchacho decía. Únicamente yo podía pensar que él lo hacía para molestarme, pero una parte en mí me decía que era real, más no quería creer en eso, no podía ser cierto.

Al fin, el fin de semana había llegado con mucha anhelación, quería salir y poder relajarme un poco. Aunque, no hice mucho. Fui al centro comercial solo, ahí aproveché y vi una película, tenía algo de tiempo que no iba al cine. No soy buen crítico con las películas, siempre me daba igual ver la que fuese, no era un chico de estar actualizado o leyendo en los periódicos la cartelera de películas, pero no me quejaba, la película que había visto fue suficientemente buena. Por lo menos, valió la pena haber gastado el dinero.

El día domingo no hice mucho. Solamente, estuve en el apartamento acomodándolo y limpiándolo. ¿Les había dicho que soy algo flojo? Bueno, sí, lo soy y me fascina levantarme tarde. El dicho o refrán "Quien madruga Dios lo ayuda" no iba conmigo, no se acopla a mi estilo de vida.

El día lunes llegó con muchos nervios, hoy sería el día que los profesores hablarían conmigo, pero no sabía a qué hora debía estar en la facultad. Por lo tanto, dejé el celular encendido durante toda la noche por si me llamaban notificando la hora.

Yo seguía acostado en mi cama cuando empecé a sentir algunos rayos del sol colarse por las aberturas de las cortinas. Me di la vuelta para poder seguir durmiendo augustamente, pero mi teléfono móvil fue quien me sacó del país de los sueños. Con cara soñolienta, me senté al borde de la cama y caminé hasta la cómoda que tenía al frente mío. Lo agarré y vi que era Knott, no dudé mucho en contestar la llamada mientras caminaba hacia el balcón para tomar mi toalla. No estaba prestando mucha atención lo que mi amigo decía, mi cerebro seguía dormido y los rayos del sol me pegaban directamente en mi rostro. En muchas ocasiones, tuve que parpadear varias veces para que mis ojos se acostumbrasen a la visión del día. No solía madrugar pero mi reloj marcaba las 6:35.

"¿Tengo que ir ahorita?" – Dije con voz perezosa.

Solamente había entendido que el consejo de profesores se daría en una hora. Colgué y traté de despabilarme un poco agitando mi cabeza. No funcionó porque cuando caminaba hacia adentro, me pegué con el marco de la puerta. ¡Ouch! Eso dolió mucho. Tomé mi ducha como solía hacerlo y luego me dirigí a un puesto de comida para desayunar. Sentía mi estómago contraerse al pensar en la reunión con los profesores, solo esperaba que todo saliese bien. Comí con mucha paciencia, no quería tener el estómago vacío cuando recibiese cualquiera de las dos noticias, tanto buena o mala.

Terminé de comer y empecé a dirigirme a la Facultad con calma, aunque no sirvió de nada porque llegué a los cinco minutos. Había obviado la parte que vivía cerca de la universidad.

Entré al decanato y vi que la mayoría de los profesores estaban reunidos, parecía que esperaban por mí porque mis amigos estaban sentados a un lado. Me acerqué a la mesa y me senté en la única silla que estaba vacía. De acá en adelanté, me encomendé a todos los santos que existen y aquellos que existirán en un futuro. Había estado tan nervioso que mi menté no se preocupó en pensar en la persona quien solía hacer en... Kongpope.

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