SOTUS la serie: Capítulo 3.2

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ARTHIT POV

Mi día terminó siendo un gran desastre. No entendía porque estaba triste, una parte de mí deseaba no seguir con ésta responsabilidad, ahora que el consejo de profesores me removió de mi cargo, puedo respirar al fin, entonces ¿por qué siento un gran peso en mis hombros? Yo no quería continuar con esto. Yo creo que si hubiese sido por otros motivos, me hubiese sentido mucho mejor conmigo mismo, pero no era la situación. Sabía que no había dado lo mejor de mí y por más que sea, había decepcionado a mis propios superiores y a mis amigos.

Una vez que el consejo de profesores había deliberado la decisión, dejaron a mi amigo Knot a cargo, pero él tampoco estuvo de acuerdo con la decisión de ellos. Una vez que la sesión había terminado, Prem, Knot, Oat y Bright estuvieron insistiendo en el consejo que podrían considerar su decisión en cuanto a mi relevo del puesto como líder del grupo de novatadas pero no obtuvieron éxito. Conocía muy bien a los muchachos, y no se quedarían tranquilos hasta conseguir que ellos cambien de decisión, por mi parte, me sentía fatal ante ésta situación, aunque mis anhelos hubiesen sido otros.

No sé por qué lo hice, solamente sentí la necesidad de ir a ver como Knot lideraba al grupo, y podía acotar que no lo hacía mal, pero todo estaba bien hasta que Kongpope fijó su mirada en el marco de la puerta de entrada en donde yo me encontraba recostado. Pude verlo por el rabillo de mis ojos fingiendo que no lo observaba. Noté una aturdida mirada en sus ojos, tratando de buscar una explicación a lo que estaba sucediendo, y eso, me hizo sentir un poco incómodo.

Tanto para mí como para todos, nos llegó de sorpresa que sucediese algo como esto, nadie esperaba que todo cambiase de un momento a otro, pero tenía que aceptar la realidad hoy en día, así de simple.

No pude aguantar más la mirada del chico por lo cual había decidido a retirarme, alejándome de todas las voces que me eran familiares y creo que a la misma vez, mi mente se mentalizó a dejar una única voz que solía escuchar siempre, y era su voz.

Decidí dejar todo atrás, hacerme la idea que hice lo mejor que pude, di lo mejor de mí y por nada, creo que eso era lo único que podía hacer, tenerme consolación conmigo mismo, y reprocharme una y otra vez por no haberlo hecho de otra forma, por nadie haberme enseñado de una mejor manera, así no estuviese en éste estado de culpa.

Había llegado a mi cuarto y vi la cesta de ropa sucia un poco llena, mi ropa se había empezado aglomerarse por no haber lavado últimamente. Hice todo lo posible para que mi cabeza aterrizase en el mundo real y hacer mis deberes, si quería tener ropa para mañana. No tardé mucho lavando, en cuanto menos lo esperaba estaba en mi habitación, yendo al balcón para que se secase. Había aprendido mi lección de no esperar que mi ropa se secara en la misma lavandería, no quería tener un dolor de espalda y de glúteos otra vez.

Lo único que recuerdo de todo el día anterior fue el momento en que me acosté, no pude evitar soltar un enorme suspiro, pero no era de tranquilidad, sino de preocupación hacia mí mismo. Una parte de mí quería seguir siendo el líder del grupo, mientras que otra parte de mí, no quería. Pero eran más las ganas de querer seguir escuchando su voz y cuestionándome que estar fuera del grupo. Creo que era un buen momento en comenzar desde cero conmigo mismo, empezando por dejar todo lo que una vez pensé que era bueno o me hacía bien, atrás en el pasado donde siempre debían estar los recuerdos y desilusiones. A partir de hoy, un Arthit debía ser renovado y era momento en madurar, ver las circunstancias de la vida de otra manera. Debía parar en estar pensando negativo. A veces, deseaba tener el mismo sentimiento optimista de Kongpope.

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KONGPOPE POV

Había abandonado el auditorio dejando a mis amigos atrás, no tenía ganas de estar con ellos, quería estar solo y tratar de descifrar la mirada de P'Arthit hacía minutos anteriores. El único problema era que yo llevaba el dolor del superior en mis hombros, podía sentir su confusión en carne viva, como si me hubiese vinculado con él, formando una sola persona conmigo.

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