ROMANOV.
Yuri me explicó todo lo que pasó desde el incidente en la discoteca; hasta la golpiza odiosa que le dio Vitus. Mierda. No quería creer que Vitus y Dimitri estuvieran de cabeza en este lío, sin embargo algo así me sospechaba desde que eran los únicos nombres que Yuri me había dado en este tiempo. Explicó cada detalle con tanta fascinación y recelo que casi parecía una historia de horror, drama y acción.
El techo del apartamento arrendado seguía siendo tan plano como el de mi propio apartamento; la pequeña ventana situada al lado derecho paralela a la puerta; dejaba entrar una luz espectral; mientras la nieve caía fuera.
Luego fui yo quien le dijo todo lo que hay... bueno, casi todo. Tengo secretos; como cualquiera y sé que soy un maldito abusivo por no dejar que Yuri tenga los suyos; en mi defensa, necesito la información completa para encontrar la solución.
Me levanté de la cama sin poder resistir más el pensamiento ausente de las pasadas horas; seré un bastardo apático la mayoría del tiempo; pero he descubierto algo en Yuri que... contengo un suspiro y echo la cabeza hacia atrás.
Tengo que preocuparme de tantas cosas que a veces siento que mi cabeza hará ¡boom!. Tomé malas decisiones la semana pasada. Y ahora de una manera u otra tengo que vivir con ellas. Camino por el pasillo vacío; y me detengo en la cocina; tomando una botella de vodka de la nevera y llenando un vaso.
Invitar a Sergei a vivir con nosotros no fue una jugada inteligente; es bueno con la seguridad; ha sido el guardaespaldas de altos miembros del gobierno. Incluyendo a Vitus. Sus movimientos son certeros y su mente es rápida. Tan rápidos y certeros que ya sostuvo a Yuri bajo su cuerpo. Aparté el molesto pensamiento de golpe; él es listo, de eso no hay duda; creí que sería bueno para cuidar de la escurridiza Yuri... pero Yuri no es como un gato salvaje que se puede enjaular; ella simplemente es una fiera indomesticable.
Divagué nuevamente preguntándome por qué actuaba de una manera diferente con Sergei; con él era más dócil, más tranquila. ¿Por qué no puede ser así conmigo también? Estar con ella simplemente es una tormenta emocional. Es frustrante, divertido, arriesgado y frustrante de nuevo.
El último trago de licor se desliza por mi garganta. Y la incomodidad de las malas decisiones se instala nuevamente en mi cabeza. Ahora; aceptando por fin el hecho de que Yuri simplemente no puede acatar mis órdenes. Tengo que convivir con Sergei bajo el mismo techo.
No puedo alejarlo del caso porque sí. Simplemente él está dentro y lo estará hasta que el caso finalice. Pero no es solo eso; hay algo que me dice fielmente en mi cabeza que debo mantener un ojo sobre él. Y siguiendo mi instinto cazador, lo haré.
Tima por otro lado es como mi hermano. Crecimos juntos en el orfanato, es completamente de mi confianza y no ha intentado ligar con Yuri. Relleno otro vaso ante ese pensamiento. Definitivamente, el flirteo entre Sergei y Yuri me mantiene tenso. Vigilante. No confió en él. No desde que Tima lo escuchó susurrando por el celular desde el baño. Y más aún desde que Yuri me contó la descripción de la persona que la salvó de morir con el celular y la llamada.
Primero, Su descripción casa perfectamente con la de Sergei y segundo, mi número celular no es de dominio público. Por lo que la persona que estaba con ellos ese día, me conocía y actuó sola; o toda la cosa del escape fue planeada con anticipación. En mi cabeza las opciones estaban en un cincuenta - cincuenta.
Me pregunto como es que Yuri aún no ata cabos. Es una mujer inteligente, la molesto con eso de que es distraída; porque en serio lo es; pero es tan divertido ver cómo va por el mundo sin saber mucho más de lo que el presente le dice; y luego sale con respuestas o actitudes completamente lógicas. Eso es raro. Pero así es ella.
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ENTRE RUSIA Y ROMA
Novela JuvenilUna chica sin suerte; Un malhumorado agente, Una serie de eventos locos y un complot. Encierra todo eso en Rusia y tendras una avalancha sentimetal; emocion, pasion, risa y tal vez angustia, encierran esta historia. Primera entrega de la saga: Entre...