CAPITULO 16

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Me dejé caer en la cama entrando en depresión; esto me había sobrepasado hace tanto tiempo; y si aún estaba de pie la única razón era Roma.

Verlo entrar en puños con Sergei fue devastador. No quería que lo lastimara, no quería que sangrara y sé que fue mi culpa que Sergei le diera el primer golpe.

¡Estúpida! Me gritó Yuri la arpía. Roma estaba tan molesto conmigo. Cada vez que me hablaba era como una bofetada en el rostro. No había sido tan frio conmigo desde que trabajaba para Dimitri. Suspiré y un cólico fuerte me aruño las entrañas. Ahora no. Escupí molesta.

Me giré sobre la cama y traté de no llorar ante los acontecimientos recientes; finalmente terminé dejando que las gotas salieran otra vez. No podía odiarme por llorar, simplemente pienso que es como un jabón para el alma. Un jabón que mucha gente se niega a utilizar.

La noche cayó. Seguí en mi cama sin moverme, sin pensar. El estómago me crujió en protesta. No importaba que tan deprimida estuviera, él seguía existiendo.

Gruñí molesta conmigo misma y me levanté. Aparte de esto, mi plan se había ido al traste, Roma había echado a Sergei y yo en un ataque de ira, había tenido la intención de golpearlo. Nada bueno si mi plan era hacerle creer que me gustaba.

Tima estaba en la cocina y me sonrió al verme. Le devolví el gesto sin ganas.

-¿Dónde esta Roma?

-Él salió. No tardará mucho, pero tenía que revisar algunas cosas.

-No me malinterpretes; le agradezco al cielo que llegaran en ese momento; pero creí que se demorarían más en volver...

-Er, sí... al final no pudimos viajar...

-Umm.- pues gracias a Dios que no pudieron; porque no habría podido manejar la situación sola.

-¿Tienes hambre?- preguntó, sacándome de mi ensimismamiento.

-Sí. Venía a buscar algo de comida, si no te incomoda...

-Para nada; sigue.

Tome un sándwich; a saber dónde llegaría si seguía alimentándome así. Decidí que lo quería caliente; así que me dedique a prepararlo lentamente.

-¿Te gusta Sergei?- Tima soltó la frase rápidamente. Me giré sorprendida.

-¿Eso te dijo Roma?

-No. Él no me lo dice; pero yo sé qué piensa que es así. Por eso está tan molesto.

Lo miré. Tima parecía un chico muy serio; tal vez demasiado serio para su apariencia

-¿Qué edad tienes?- mi pregunta lo tomo por sorpresa; ya que levantó las cejas y me miró sin respuesta.

-Contestaré tu pregunta si tú respondes la mía.

-Bien. Tengo veintidós. -respondí. Él sonrió- ¿y tú?

-Veinticinco. - abrí mis ojitos.

- ¿Y Roma?

-Veintiséis

-Vaya...

-Aún no has contestado mi pregunta.

-Ya te dije que tengo veintidós.

-No me refería a esa pregunta.

-Ah... No. No me gusta Sergei.

-¿Entonces? ¿Por qué iban tomados de la mano, hoy?

-Él...- me pregunté si era una persona de confianza. Por más que tuviera una duda, no tenía con quien contar; así qué me decidí a contarle la verdad; terminaría con mi plan a como diese lugar y para eso, necesitaba ayuda; mucha ayuda.-Okey... qué tanto sabes del porqué estamos aquí?

ENTRE RUSIA Y ROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora