CAPITULO 31 UNA MAÑANA DE AMOR Y DE ENCUENTROS

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Los rayos del sol entraban por la ventana de la habitación, Ulquiorra abre sus ojos al sentir los cálidos rayos del sol posándose en su rostro. Sus ojos esmeraldas no tardaron en posarse en la joven de cabello naranja que dormía a su lado. La mirada de Ulquiorra era llena de amor y no tardo en mostrar una dulce sonrisa

- Parece un sueño que te encuentres aquí a mi lado, nunca pensé volver a tenerte conmigo – pensaba. Coloco unos mechones de pelo de la joven detrás de la oreja y le acaricio la mejilla

El roce de los dedos del joven en las mejillas de la joven hizo que ella se despertara de su sueño. Al abrir sus ojos se encontró con el rostro sonriente de Ulquiorra

- Buenos días

- Buenos días ulqui ¿Qué hora son?

- Son un poco más de las 10 ¿Cómo te sientes? – pregunto con algo de preocupación

- Me encuentro muy bien ¿y tú cómo te sientes?

- Perfectamente – le sonríe

Ulquiorra no pudo evitar besar los labios de orihime, las caricias sucedían sin control por sus cuerpos. Ya no podían parar, volvían a necesitarse una vez más los gemidos de los amantes volvían oírse por todos los rincones. El ritmo desenfrenado y la pasión se hicieron presentes. Las envestidas de Ulquiorra eran más fuertes y orihime podía sentir que dentro de ella estaba a punto de estallar y en un instante algo estallo dentro de ellos volviéndolos a llevar al cielo.

Ulquiorra cayó sobre ella agotado, respirando agitadamente y oyendo la respiración acelerada de Orihime.

Minutos después Ulquiorra besa los labios de la joven

- ¿quieres desayunar?

- Si, por favor, ¿sabes cocinar?

Ulquiorra tomo del suelo su pantalón y mira a la joven

- Sí, no soy el mejor porque todo lo aprendí de...

- ¿de quién? – pregunto la joven con curiosidad

Ulquiorra guarda silencio y en sus labios se formó una sonrisa, se acercó y beso la frente de la joven

- De alguien que nunca imagine volver a tener entre mis brazos – pensó – Eres muy curiosa mujer, pero eso también me encanta de ti

Salió de la habitación dejando a la joven con una sonrisa en sus labios y el corazón acelerado.

(...)

- Hola Grimmjow – saludo la mujer con una sonrisa en sus labios

El joven levanto una ceja - ¿tú quién eres?

- Nos conocimos anoche, me llamo Shiba amiga de Yoruichi y de sui-feng

- Eres la mujer ruidosa de anoche ¿Qué quieres? – pregunto. Dejando de la lado una botella de agua

Shiba soltó una sonrisa y se acercó un poco más al joven – solo quería verte, Renji me comento que todas las mañana vienes hacer ejercicio a este parque, como yo también amo hacer deporte – lo mira coqueta-mente – por eso decidí venir, espero no te moleste que te haga compañía no es bueno mejor hacer ejercitarse solo.

Grimmjow soltó un suspiro – no me interesa tener compañía y mucho menos la de alguien como tu

La mujer frunció el ceño – eres lento para no entender lo que quiero decirte, eres gay o simplemente me tienes miedo

Grimmjow se acerca a la joven y le susurra al oído – no soy gay, ni lento y mucho menos te tengo miedo, si quieres alguien que te haga el favor te equivocaste de persona, porque simplemente no me interesa las mujeres desesperadas por atención

Grimmjow se separa y empieza a caminar, Shiba aprietas los puños a los lados y voltea a mirarlo - ¡tú no sabes con quien te has metido Grimmjow te juro que pagaras esta humillación te lo juro!

El joven escucho el grito pero continuo caminando – maldita loca – pensó

(...)

- ¡Espera Nell, no camines tan rápido! – gritaba un hombre de cabellera negra

Frunciendo el ceño la mujer de cabellera verde camino más rápido

Soltando un suspiro el azabache corrió para alcanzar a la mujer – esta mujer es terca, no me deja otra opción – pensó.

Deteniéndose la joven al ver que el hombre la alcanzo y se puso frente a ella. Soltó un gruñido - ¡qué quieres maldita sea Nnoitra, ya déjame en paz!

El joven Respirando profundamente para recuperar el aliento – eso nunca, gatica solo quiero hablar contigo nada más

- No me interesa, nuestra última conversación fue la de anoche así que déjame tranquila

Nnoitra sonrió de lado – tan malo fue que le contara a tus amigas algo que paso en nuestra infancia.

Nell soltó una maldición entre diente y apunto con el dedo índice al joven - cómo se te ocurre contarle la pena más grande que me has hecho pasar, no solo te reíste esa ocasión de mi si no que lo vuelves hacer...¡maldito cretino! – grito las últimas palabras con más fuerza borrando la sonrisa de los labios del azabache

Baja la mirada – de verdad lo siento, por eso regrese para que me perdonaras...hubo una razón para siempre molestarte para buscarte pelea y hacerte enojar

La joven se cruzó de brazo - ¿Cuál es? Déjame adivinar te divertía o te divierte humillar a los demás

El joven la miro fijamente – ¡No! Lo hice porque siempre me has gustado y esa era la única forma que tenía para captar tu atención.

Nell abrió los ojos con asombro ante las palabras del joven

- No digas nada, soy un idiota lo acepto siempre lo he sido pero este idiota siempre ha estado enamorado de ti

- Nnoitra...yo – hablo con dificultad

- Ya te dije que no dijeras nada, solo quiero que sepas que voy a luchar para que me perdones y algún día me puedas aceptar

El joven se alejó del lugar dejando a la joven con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Idiota – susurro con una pequeña sonrisa en sus labios, para continuar su camino

(...)

La puerta de la habitación se abrió y una sonrisa se propago en los labios al observar a la persona que acababa de entrar.

- Las cosas están saliendo mejor de lo que pensé – espeto el hombre sentando unas fotos sobre el escrito

El hombre se dejó caer en una de las sillas frente al escritorio y tomo las fotos – cuanto empezaremos con la siguiente fase del plan

Riendo el hombre se cruzó de brazo y se acomodó mejor en su silla – no es típico de ti querer atacar de una vez, que te pasa no me digas que la mujer que te dejo y la que deseabas en tu cama te hicieron perder la paciencia y aumentar tu sed de venganza contra el hombre responsable.

El hombre le lanzo una mirada helada – eso no te incumbe, ninguna de esas dos mujeres significan nada, ya se dio el tiempo suficiente para que empiece la diversión.

El hombre en su silla sonrió de lado – entonces hay que comenzar.

El hombre que aun sostenía la foto la dejo caer sobre el escrito, asintiendo se puso de pie y se encamino a la salida – dalo por hecho

El hombre quedando sola en aquella habitación miro la foto una vez más, cerró los ojos y rió – pronto Ulquiorra, muy pronto te tendré en mis manos.

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