You Make Me Strong - (Louis Tomlinson & Tú)

Capitulo 7 ~Adiós Londres, Hola New York~

¿sabeis esas veces en la que no podeis evitar algo solo porque el destino es caprichoso y os lo quita? Primero, pone a alguien en vuestro camino, para un tiempo después, quitaroslo, y no hablo de objetos materiales ni nada de eso. No, hablo de personas, personas que les das toda tu confianza y de una manera u otra, acaban separandote de alguien que es muy especial para tí. Con la distancia es duro llevar una relación, sobretodo si no sabes si volverás a ver a esa persona, ni si volverás a tocarla, besarla, abrazarla, sentir sus palabras en tu oído... "Nada es para siempre", y la gente se conforma, se aguanta con eso, con mantener separada a el amor de su vida por culpa de algo llamado destino. si tanto la aman... ¿por qué no luchan por ella? ¿por qué no hacen lo imposible por intentar formar algo con esa persona? Hay personas que no merecen la pena, pero otras... otras merecen el mundo entero y más, otras merecen todo lo que el Karma no les devolvió, otras merecen ser felices, porque esas personas se mantienen fuertes, y se mantienen fuertes, porque su persona especial, las hace ser fuertes.

Cerré el libro que tenía en mis manos, sin parar de pensar en Louis, ni en lo que pasó, pensando en como estará él. Estaba sentada en la derecha de una ventanilla. Miré a través de ella, dejando ver unas nubes totalmente blancas y perfectamente formadas, pero sin forma concreta. Parecía algodón, un algodón extremadamente blanco y suave. Faltaba poco para llegar a Nueva York, para conocer el que será mi nuevo hogar, mi vida nueva, amigos nuevos... todo nuevo. Cuando mi padre me trajo en el coche hasta el aeropuerto no me dirigió ni una palabra, solo se aseguró de que me subiera y me sentara donde tenía que sentarme. Había dormido, escuchado música y leído parte de un libro. Estaba metida en mis pensamientos hasta que noté que alguien se sentó a mi lado. Miré para ver quien era, lo miré dos segundos y enseguida, volví mi cara a la ventanilla

-¿Que quieres papá?

-¿Como se te ocurre ir a Londres con Louis una noche antes de irnos y encima con Louis? te prohibimos que lo volvieras a ver por ese tipo de cosas, casi perdemos el vuelo por eso. ¿no pensarías que te dejaríamos con el capullo ese no?

-Louis no es ningún capullo- dije alzando algo el tono de voz

- a mi no me hables en ese tono ¿entendido? Louis es un capullo que solo te quiere para desahogarse contigo una noche, y ayer estubiste estuviste a punto de darle lo que quería

-Louis no es de ese tipo de chicos, los dos nos queremos te guste o no

-¿No te das cuenta de que solo te dice eso para enamorate como una tonta y poder tener sexo? Él no va a ser excepción

-entonces ¿tú utilizaste a mamá?- dije mirandole por fin a la cara

-Yo no soy como todos hija, tú madre me enamoró y luché por ella, pero Louis no es el mismo caso

-Claro que lo es ¿por qué no iba a ser lo mismo? ¿acaso tú eres el único hombre que hizo eso por una mujer?

-No soy el único hija, pero mira la madre de Louis, cada año tiene un hombre diferente y Louis se fija en eso y puede... -le interrumpí

-¿hacer lo mismo conmigo? Papá, no conoces a Louis tanto como yo, se que él no me haría daño nunca

-Claro que puede hija, deberías agradecerme que te sacara de allí

-No tengo nada que agradecerte porque me has sacado del sitio que más me gustaba para llevarme a un lugar que no se ni como es...

-pronto lo verás, y te olvidarás de todo lo anterior, y de Louis...

-No me voy a olvidar de él

Mi padre se levantó y sin decir nada más se volvió a su asiento. Alguna gente nos miraba pero me daba igual, lo que hizo mi padre no fue justo, me quitó todo lo que quería y todo lo que amaba. Una azafata pasó por mi lado, avisandome de que ya ibamos a aterrizar y de que me pusiera el cinturón. Me lo abroché y el avión aterrizó. Cuando ya bajamos del avión y recogimos el equipaje, cogimos un taxi hasta llegar a nuestra nueva casa. Tenía un jardín grande y la casa parecía nueva, aunque por lo que nos explicó el dueño anterior ya pasaron 2 familias antes, habían hecho reformas y todos los muebles eran nuevos, mis padres decidieron cuales poner. Nos entregaron las llaves y entramos. Poco a poco fuimos viendo la casa y era genial, grande, bonita y acogedora. Después de verla, me encerré en la habitación y marqué el número de Louis. Un toque...dos toques...tres toques...cuatro toques... nada, no lo coje. Enseguida me acordé de la diferecia horaria y allí ahora mismo deberían estar dormidos. Resignada dejé el móvil en la mesita que había al lado de la cama, cogí ropa de mi maleta y me metí en la ducha. Cuando salí de allí, me envolví una toalla en mi cuerpo y salí hasta mi habitación. Me puse la ropa interior y sonó el móvil haciendo que me sobresaltara y corriera a cogerlo