CAPÍTULO 5

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Pasaron cinco días hasta que al fin vi la luz del día, se sentía bien estar afuera de esas cuatro paredes. Llegué a mi habitación donde Eva me esperaba.

-Hola. -Me sonrió, sostenía un sobre tamaño carta.

-¿Me tienes alguna misión? -Me cruzo de brazos.

-Sí, unos vampiros están dando problemas.

-¿Y por qué yo?

-¿Y por qué no? -Agrega con cierto tono de aburrimiento volteando los ojos.

-Quiero la verdad Eva, conozco esa mirada, a mí no me puedes ocultar nada. De lo contrario sabes donde está la puerta.

-¡A veces eres tan irritante! _Alega entregándome el sobre. Lo tomo y veo el contenido, son fotografías. Puedo reconocer a varios cazadores muertos, sus cuerpos mutilados.

-¿Quién hizo esto? -Frunzo el ceño.

-Todo indica que ella.

- Sarah ¿Cómo están seguros? -Consulto.

-Es su modo operandis.

-No hemos sabido nada de sus andanzas en mucho tiempo. _Añado pensativo.

-Sabes la ventaja que lograríamos si la capturamos.

-Por favor Eva, no seas ingenua. ¿Cuántos equipos han enviado?

-Dos. -Responde sin ganas.

¿Cuantos hombres?

-Seis en cada grupo.

-Es decir que tenemos doce muertos.

-Así es, pero tú eres nuestra mejor arma, serás el líder del próximo equipo.

-Eso no sucederá.

-¿Qué? -Puedo apreciar su asombro.

-¿Por qué no me comentaron desde el principio? ¿Por qué ahora?

-Papá no te quería involucrar.

-¿Por qué no me sorprende? -Un remedo de sonrisa se forma en mi boca.

-He sido yo la que lo ha convencido, aunque le cueste admitirlo, tú eres el adecuado para este trabajo.

-Si acepto, y no he dicho que lo haré, elegiré a mis acompañantes.

Puedo ver una mueca de disgusto en su cara.

-Y sin reproches. -Añado cruzándome de brazos de nuevo.

-Es una orden directa de tu superior. -Espeta molesta.

-No me intimidas con eso.

-Te lo pido por favor. -Casi me ruega.

-Yo elijo a los míos, punto.

-Está bien. -Accede exasperada.

-Así me gustas. -Me acerco a ella y la tomo por la cintura, su boca se encuentra a escasos centímetros de los míos, puedo ver temblar sus labios, añoran ser besados. ¿Por qué me involucré con la hija del hombre que más odio? A veces yo mismo me lo cuestiono, es solo que a final de cuentas no es bueno estar solo, no del todo.

Reclamo su boca con necesidad, mis manos bajan a sus glúteos y los sostienen, no se opone, cruza sus delgados brazos alrededor de mi nuca, su lengua roza la mía, deseo hacerle el amor pero será en otro momento, tengo una princesa vampiro que cazar. Me separo notando la decepción en su rostro.

-Dile a tu padre sobre los términos, espero su respuesta.

-Te veré luego. -Sale de mi habitación contorneando sus caderas.

CAZADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora