CAPITULO 27

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La fetidez de las alcantarillas cumplió su cometido, no percibía más que el olor a rata muerta mezclada con otros no tan agradables. El sonido de pasos me alertó, salté, sosteniéndome de las angostas paredes, esperando. Pronto un vampiro apareció, lo cual me extrañó, ¿Solo uno? ¿Y los demás? Espere lo que considere prudencial por si llegaban refuerzos pero nada sucedió.

Adler que es el nombre del sujeto, perteneciente al Clan de los Cuervos, escudriñó los alrededores, a punto de devolverse, caí sobre él, lo desarmé, sujetándolo del cuello, elevándolo a unos cuantos centímetros del suelo. Oprimí su garganta y no me detuve hasta escuchar como crujían sus vértebras.

_¿Dónde está Ned? _Interrogue.

Como pudo dejó escapar una sonrisa de medio lado, se mofaba de mí el muy desgraciado. Apreté con más fuerza, haciendo que un hilo de sangre manara de su boca. Afloje un poco para que pudiera hablar.

_Tonta, vamos un paso adelante de ti. _Pronuncio con dificultad.

Analice con cuidado sus palabras, ¡Maldita sea! No me lo esperaba, no de él, me aferré tanto a la idea de no perderlo, que omití la manipulación que la reina ejerce sobre cada uno de nosotros.

Lo miré con rabia, lo arrojé contra la pared, quedando inconsciente. A toda prisa emprendí carrera, en segundos me encontraba afuera. Robe una motocicleta Kawasaki Ninja, amaba este modelo por su extrema velocidad. Apenas oí los gritos del dueño, lo último que vi es que marcaba de su celular, de seguro a la policía.

Esquive desde transeúntes hasta automóviles, al arribar a una avenida el tránsito se ralentizó, bufé hastiada al ver un accidente, me subí a la acera para continuar con mi marcha, solo esperaba que no fuera tarde.

Para mí mala suerte un oficial de tránsito se me puso al corte, aceleré, metiéndome en una callejuela, aunque angosta logré atravesarla, perdiendo a mi perseguidor. Para mi alivio vislumbré la fábrica, algo no estaba bien, el olor a sangre me abofeteó con rudeza.

Me detuve unos metros antes, aliste mi armamento y corrí en dirección de los estruendos de disparos. Mis hombres se debatían con los de Ned, y por lo visto, íbamos perdiendo. Me uní a la contienda, apenas me vieron se ensañaron conmigo, como si yo fuera su objetivo.

_Sabanna. _Grité, avisándole de un adversario a sus espaldas. Logró eliminarlo antes de que éste pudiera actuar.

Julián se debatía con dos vampiros, se movía con agilidad y ligereza, pronto los dominó, escudándose detrás de un pilar de concreto. Dispare a diestra y siniestra atinando con cada impacto.

Darien, giraba instrucciones al bando opuesto, un dolor se clavó en mi pecho, la traición de mi hermano me abrumaba. ¿En qué momento sucedió? ¿Acaso su amor por Ofelia lo cegó aventurándose en una absurda venganza?

El dolor fue sustituido por ira, una corriente eléctrica me recorrió, amacice mi pierna tomando impulso, me abalancé sobre él, sin que los suyos pudieran intervenir. Rodamos por el polvoriento piso, ambos nos enderezamos de inmediato, quedando frente a frente.

_Confíe en ti. _Vocalice despacio.

_No intervengas, me llevaré al cazador, madre tiene planes para él.

Sus palabras me confundieron, ella lo quería muerto ¿cierto? Él era el único capaz de vencerla.

_Me tomas por una tonta. _Apreté los dientes, lanzando una patada que lo golpeó a la altura de la quijada, cayendo de espaldas.

Se puso de pie tocando la parte afectada, otra vez sus ojos se tornaban púrpura, sacó los colmillos amenazante, inclinándose levemente para luego, girar y tumbarme al enredar mis piernas en una acertada maniobra.

CAZADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora