Al abrir los ojos un nauseabundo olor inundó mis fosas nasales, desorientado enfoqué mi entorno, el sonido de agua corriendo y ratas chillando me advirtieron que no nos encontrábamos en la guarida de los vampiros.
Sostuve mi cabeza, otra vez daba vueltas, un pronunciado vacío en el estómago me obligó a inclinarme y vomitar una sustancia ácida que quemó mi garganta, de seguro bilis.
-Ya despertó el bello durmiente. -La voz de Will me hizo voltear, Darien yacía sentado, recostado a la pared, sosteniendo su abdomen, Ofelia junto a él con ojos llorosos y llenos de preocupación, me di cuenta que el lugar en el cual estábamos es una alcantarilla.
-¿Qué sucedió? -Me enderezo, traqueado las vértebras de mi espalda, estiro mis brazos pues los siento adormecidos.
-Ha sido un baño de sangre, cuando el que ustedes llaman Dyon comenzó a disparar desde la azotea, se inició un tiroteo, esa chica loca que acompañaba a Pete lanzó lo que parecían ser granadas, eliminó de tiro a tres de los nuestros. Y el tipo de nombre Mandrake, sacó dos machetes, y comenzó a atacarnos, quiso acometer en contra de Ofelia pero Darien la protegió, sin embargo, cortó su abdomen, es una herida muy profunda, no está sanando y ha perdido mucha sangre. _Me explica Will.
-¿Y los míos? -Consulto al notar que solo estamos nosotros cuatro.
-No lo sé Julián, apenas pudimos escapar.
-¿Por qué no le han dado de su sangre?
-La hoja de los navajas era de plata, nuestra sangre no tiene el mismo efecto que la humana.
-Julián por favor. -Ofelia me mira de manera suplicante.
-No. -Me niego al instante.
-Está muy débil, puede morir. -Su voz se quiebra, sus labios tiemblan, puedo ver palpable el dolor en cada una de sus facciones.
-Ofelia, no lo alimentaré, de verdad lo siento.
Pega su cabeza en el hombro del príncipe y llora desconsolada, puede obligarme a hacerlo, pero sé que no lo hará.
-Lía. -Darien mantiene los ojos entreabiertos.
-Aquí estoy. -Sujeta su mano y la besa.
-Está bien. -Le sonríe con dificultad.
-No digas eso. -Acerca su frente con la de él.
Me encuentro contra la espalda y la pared, no soporto verla sufrir, pero salvar la mísera existencia de un vampiro no es ético, menos sabiendo de quién se trata.
-Puedes irte. -Me indica ella sin mirarme. -A doscientos metros hay una escotilla, sube las gradas, encontraras la salida.
-Ofelia compréndeme.
Sus celestes ojos me visualizan, cristalinas lágrimas lo recorren sin tregua, a pesar de la oscuridad del lugar, su angelical rostro resplandece.
-¡Demonios! -Sostengo mi cabeza. -Lo haré, lo haré. -Repito.
-Gracias. -Ella me sonríe y se hace a un lado.
-No beberé su sangre. -Expresa Darien con las últimas fuerzas que le quedan.
-Sabes que morirás, deja el maldito orgullo me escuchas, me niego a perderte. _Le ruega ella.
Sus miradas se encuentran, el levanta la mano y acaricia su mejilla, manchándola de carmín.
-Darien, es la única opción.
Él asiente con la cabeza, sé que la idea le disgusta más que a mí. Le ofrezco mi brazo, lo pongo a escasos centímetro de su boca, duele como un carajo cuando al fin me muerde, no tiene delicadeza, al menos hubiera agradecido eso. Poco a poco puedo notar como se recupera, lo palpo en su necesidad de beber más, comienzo a marearme.
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CAZADOR
VampireÉl, el mejor cazador que ha existido en su época. Los seres de la noche tiemblan al escuchar su nombre. Ella, la princesa de un largo linaje de vampiros, sanguinaria, implacable cuando se trata de matar cazadores. Un encuentro casual, una atracción...