CAPITULO 11

4.4K 452 116
                                    

Al abrir los ojos un nauseabundo olor inundó mis fosas nasales, desorientado enfoqué mi entorno, el sonido de agua corriendo y ratas chillando me advirtieron que no nos encontrábamos en la guarida de los vampiros.

Sostuve mi cabeza, otra vez daba vueltas, un pronunciado vacío en el estómago me obligó a inclinarme y vomitar una sustancia ácida que quemó mi garganta, de seguro bilis.

-Ya despertó el bello durmiente. -La voz de Will me hizo voltear, Darien yacía sentado, recostado a la pared, sosteniendo su abdomen, Ofelia junto a él con ojos llorosos y llenos de preocupación, me di cuenta que el lugar en el cual estábamos es una alcantarilla.

-¿Qué sucedió? -Me enderezo, traqueado las vértebras de mi espalda, estiro mis brazos pues los siento adormecidos.

-Ha sido un baño de sangre, cuando el que ustedes llaman Dyon comenzó a disparar desde la azotea, se inició un tiroteo, esa chica loca que acompañaba a Pete lanzó lo que parecían ser granadas, eliminó de tiro a tres de los nuestros. Y el tipo de nombre Mandrake, sacó dos machetes, y comenzó a atacarnos, quiso acometer en contra de Ofelia pero Darien la protegió, sin embargo, cortó su abdomen, es una herida muy profunda, no está sanando y ha perdido mucha sangre. _Me explica Will.

-¿Y los míos? -Consulto al notar que solo estamos nosotros cuatro.

-No lo sé Julián, apenas pudimos escapar.

-¿Por qué no le han dado de su sangre?

-La hoja de los navajas era de plata, nuestra sangre no tiene el mismo efecto que la humana.

-Julián por favor. -Ofelia me mira de manera suplicante.

-No. -Me niego al instante.

-Está muy débil, puede morir. -Su voz se quiebra, sus labios tiemblan, puedo ver palpable el dolor en cada una de sus facciones.

-Ofelia, no lo alimentaré, de verdad lo siento.

Pega su cabeza en el hombro del príncipe y llora desconsolada, puede obligarme a hacerlo, pero sé que no lo hará.

-Lía. -Darien mantiene los ojos entreabiertos.

-Aquí estoy. -Sujeta su mano y la besa.

-Está bien. -Le sonríe con dificultad.

-No digas eso. -Acerca su frente con la de él.

Me encuentro contra la espalda y la pared, no soporto verla sufrir, pero salvar la mísera existencia de un vampiro no es ético, menos sabiendo de quién se trata.

-Puedes irte. -Me indica ella sin mirarme. -A doscientos metros hay una escotilla, sube las gradas, encontraras la salida.

-Ofelia compréndeme.

Sus celestes ojos me visualizan, cristalinas lágrimas lo recorren sin tregua, a pesar de la oscuridad del lugar, su angelical rostro resplandece.

-¡Demonios! -Sostengo mi cabeza. -Lo haré, lo haré. -Repito.

-Gracias. -Ella me sonríe y se hace a un lado.

-No beberé su sangre. -Expresa Darien con las últimas fuerzas que le quedan.

-Sabes que morirás, deja el maldito orgullo me escuchas, me niego a perderte. _Le ruega ella.

Sus miradas se encuentran, el levanta la mano y acaricia su mejilla, manchándola de carmín.

-Darien, es la única opción.

Él asiente con la cabeza, sé que la idea le disgusta más que a mí. Le ofrezco mi brazo, lo pongo a escasos centímetro de su boca, duele como un carajo cuando al fin me muerde, no tiene delicadeza, al menos hubiera agradecido eso. Poco a poco puedo notar como se recupera, lo palpo en su necesidad de beber más, comienzo a marearme.

CAZADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora