CAPITULO 22

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Por más que quise sonsacarle información al chico, se rehusó a contarme como sanó su ojo tan rápido. Desistí pero jamás rendirme, intentaré en otro momento.

Cerca de las tres de la mañana, me balanceaba de un lado hacia el otro en la cama sin que el preciado sueño osara posarse sobre mí, mientras Dyon respiraba pausado, típica seña que a diferencia de mí, él sí había logrado el objetivo de descansar.

Me levanté hastiado asomándome por la ventana, me sorprendí al ver una silueta consumirse en la piscina. Me puse la camiseta, y solo con el bóxer y mi arma automática en caso de haber problemas, decidí echar un vistazo al que, al igual yo, por lo visto no podía dormir. Al abrir la puerta de vidrio que daba al porche advertí su aroma.

_Linda noche para nadar. _ Tomé asiento en una de las bancas playeras.

Ella emergió dejando su cabeza y parte del dorso fuera del agua, me di cuenta que no llevaba bañador.

_ Dirás madrugada _Nada hasta la orilla, colocando los codos sobre la orilla de la piscina. _ ¿Cuál es tu historia? _ Sabía que se refería a qué demonios hacía levantado a esa hora.

_Tengo demasiado en qué pensar, siento que la cabeza me explotará. _Me sincero.

_Somos dos. _Se empuja hacia atrás quedando en el centro. _Ven, acompáñame, el agua está deliciosa, puede incluso que te relajes.

La observé largo y tendido, la figura de su desnudez traslucía por debajo de las transparentes aguas. Sin pena, me quité la camiseta, luego el bóxer, permití que me detallara unos segundos antes de saltar.

_Wow, buen clavado. _Me alaga.

_ No te burles. _Salgo a su encuentro, quedando uno en frente del otro.

_ No eres tan intimidante como imaginé. _Añadió mirándome fijo.

_ ¿Y cómo se supone debería verme?

_ No lo sé, lleno de tatuajes, piercings, y cicatrices.

_ Lo primero y segundo no se me da, las cicatrices sí, te las puedo mostrar si lo deseas. _Agrego con tono morboso.

_No me apetece, pero gracias.

_ La oferta continuará en pie, por tiempo limitado. _Sonrío. Es raro sostener una conversación tan normal con ella, la que alguna vez perseguí como mi trofeo, ahora es mi aliada.

_ Lo tomaré en cuenta. _Nada hasta la escalerilla, permitiéndome admirar su escultural cuerpo mientras subía, envolviéndose de inmediato en una toalla.

Se aleja con dirección a la residencia, me mantengo nadando como media hora más, hasta que mis músculos se entumieron, decidí salir, vistiéndome para regresar a la recámara. Caí tendido como una roca, Sara tenía razón, me quedé dormido sin darme cuenta, hasta que Dyon me despierta lo cual es contradictorio, porque yo siempre lo despierto a él.

_ ¿Qué sucede? _ Me volteo tratando de recuperar el hilo del sueño

_ Algo pasa afuera, hay mucho movimiento. _Corre la cortina de la ventana.

Su comentario cumple el cometido, me espabila, enderezándome.

_Cargan armas, al parecer Carusso es hombre de palabra. _Contesto.

_ No me fío de él. _ Me hace saber.

_ Yo tampoco pero es nuestro anfitrión. _Voy al baño, lavándome la cara, mojo mi cabello, visualizando mi reflejo en el espejo, unas profundas ojeras contornan mis ojos.

_Muero de hambre. _Se queja Dyon.

_Yo también veremos si nos prepararon desayuno.

Ambos nos cambiamos, abandonando la calidez de la recámara, al arribar al comedor la mesa rebosaba de suculentos platos, y humeantes tazas de café.

CAZADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora