CAPITULO 7

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Narra Sara:

_ ¿Por qué lo dejaste vivir? -Me reclamaba mi madre furiosa, sus ojos escarlata parecían encenderse aún más.

-Solo lo hice para que meditara con quién se enfrentaba, la próxima vez no tendré piedad.

-Es de Julián Evanson de quién hablamos, sabes a cuántos de tus hermanos vampiros ha eliminado, lo tuviste en tus manos y desechaste tal oportunidad.

-Madre permíteme explicarte. -Intente tomarla del brazo pero lo alejó de mí con brusquedad.

-Es la primera vez que me decepcionas Sara.

-No volverá a ocurrir. -Me inclino ante ella.

-Eso espero, puedes retirarte.

Ofuscada y enojada conmigo misma me retiro como el perro arrepentido con el rabo entre las patas. ¿Por qué no lo maté? Ni yo misma puedo contestar tal interrogante. Había escuchado tanto sobre él, deseaba conocerlo, practiqué día y noche esperando el encuentro entre ambos, me imaginaba destrozándole la garganta y bebiendo de él hasta la última gota, traer su cuerpo inerte como trofeo ante mi madre, pero lo tengo justo en mis manos, y qué hago, me dejo embrujar por su varonil figura y profundos y azulados ojos. Siendo honesta, no pensé que fuera tan atractivo.

-¿Qué pasó princesita? Te regaño mami.

Volteo despacio para ver a Ned recostado en la pared del pasillo contiguo.

-No tengo tiempo para ti Graves.

-No es bueno decepcionar a mamá.

Ned Graves es lo que se podría decir una fruta podrida, espera que yo me resbale y cometa el mínimo error para ganarse la gracia de mi madre. Es un lame botas y lo desprecio, para mi desventura madre lo ve con buenos ojos, ya que es el hijo del líder del clan de los Cuervos, nuestros aliados.

La sociedad vampírica se encuentra dividida en cuatro clanes, Los Valkar; Los Cuervos; Los Oscuros y Los Legados al cual pertenezco, el nuestro es el más importante entre todos los clanes, habiendo por razones obvias rivalidad y riñas por el poder. Y como si no tuviéramos problemas e intrigas con nuestra propia gente, los cazadores nos asechan y matan como conejillos.

Me encierro en mis aposentos, arrojo al suelo un jarrón, seguido por varios libros, intentando liberar mi frustración.

-Nada ganas con esos berrinches.

Me sobresalto, Darien me observa sentado en una silla, con la pierna cruzada y sonrisa torcida.

-Y bajaste la guardia hermanita, ¿Acaso no sentiste mi presencia?

Darien es mi hermano de sangre, es menor que yo, y el único al cual le confiaría mi vida. Madre lo favorece por ser hombre, pero no me afecta, lo amo, aunque a veces me saca de quicio.

-Ya te enteraste. -Me cruzo de brazos.

-Sí, lo que me obliga a preguntar ¿Qué demonios te ocurrió? Te conozco, disfrutas asesinando cazadores, además si mal no recuerdo, te preparaste para este día ¿O no?

Dejo ir un pronunciado suspiro, tiene razón, ¿qué se supone debo decirle? cuando ni yo misma tengo respuesta.

-Dicen que el cazador es muy apuesto, acaso llamó tu atención. No pudiste eliminar a tan agraciado espécimen.

-Cierra la boca que solo salen estupideces.

-¿Ah sí? Niégalo.

-Darien no tengo tiempo para tus jueguitos.

CAZADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora