CAPÍTULO 6

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Foto de Sara

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Foto de Sara.

Ansioso es la palabra que describe mi estado de ánimo. Acaricio el filo de la navaja de plata, está tan filosa que un cabello podría partirse a la mitad si cayera sobre ésta.

Puedo ver como las cristalinas gotas de sudor, recorren el rostro de mis acompañantes, Pete toca la bolsita de cuero que lleva colgando en su cuello. Es un supersticioso empedernido, nunca se la quita, ya que según él, es un amuleto de buena suerte. Es de ascendencia mexicana, aunque de tercera generación. Su abuelo es una clase de brujo o chamán, le dio la bolsita para su protección, se aferra a sus tradiciones y lo admiro por eso.

Yo no creo en nada, mi credo es mi ballesta y mi propósito, usarla contra los inhumanos, como llamamos a los vampiros. Por el contrario Ding Dong está tranquilo, juega con una daga haciéndola girar hábilmente entre sus dedos, al menos alguien se entretiene.

-Estamos por llegar. -Nos advierte Gregory, momento justo para preparar las armas. Se puede percibir la tensión, es lo que amo de mi profesión, esa adrenalina que se dispara sin dar tregua a sentir miedo, tu supervivencia depende de eso.

La camioneta parquea a una cuadra del lugar. Parece ser un edificio abandonado, es una zona marginal de la ciudad, muy conveniente para pasar desapercibidos.

La estructura está llena de dibujos de grafitis, la mayoría son figuras obscenas, estos chicos de ahora solo piensan en sexo, sus mentes están más podridas que la mía. Todos toman sus armas, el único que se queda es el chofer, es nuestro vigía afuera, llevamos comunicadores de alta tecnología, en caso que alguno se separe del grupo, para poder encontrarlo.

Saqué una luz fluorescente y la puse sobre la puerta de entrada, el sello real de los vampiros apareció de inmediato, siempre que alguien de la realeza permanece en algún lugar lo dibujan. Es invisible para nuestra vista, pero no para ellos.

Sonrío sonando las vértebras de mi cuello, mi mano se posiciona sobre la perilla pero la puerta se abre sola. Miro a los míos, y hago un leve movimiento con mi cabeza, que significa que estén preparados, sé de antemano que nos están esperando.

Divido a mi equipo en dos, Pete encabeza uno, y yo el otro, Ding Dong viene conmigo, es su primer misión real, y nada más y nada menos que para atrapar a la princesa vampiro, porque nuestras órdenes son llevarla con vida, honestamente no creo que logremos tal hazaña, y aunque modestia aparte, soy bueno, no sé si pueda competir contra ella.

El silencio es interrumpido por el goteo de una fuga de agua, el edificio fue abandonado hace varios años, tras un incendio que arrasó casi con toda la cuadra.

Agudizo mi oído, es una técnica que aprendes en el entrenamiento, una de tantas, y es cuando lo percibo, muy leve, pero está ahí, murmullos. Con una señal de mi mano indico que continuemos, la suela de nuestros zapatos está diseñada para no hacer ruido al caminar, nos acercamos sigilosos.

CAZADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora