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Caminé muchas calles abajo en busca del coche de policía, pero no había rastro de nadie. Estaba claro que una delincuente como yo no les importaba una mierda, pero bueno entendía que una vida estaba en peligro y debían ir a por ella. 

No sé porque pero mis pies y mis pensamientos me dirigieron a las puertas del lugar que la mujer me había dicho. Allí ya no había nadie, y al llegar pude notar como la puerta había estado forzada por la policía... Habían sido rápidos... Muy rápidos. Y ahora seguramente estarían camino a alguna comisaría o al hospital para atender a Lucy... 

Me senté en medio de aquella gran nave mirando a mi alrededor y pude observar aquel panorama lleno de miseria que me evocaba a los momentos que pasé yo en aquella fábrica abandonada... Por un momento tomé un gran trozo de cristal del suelo y me lo acerqué a las venas de la muñeca... Si apretase todo acabaría aquí.. Y no merecería menos... Y menos aún si a Lucy le hubiese pasado algo... Pero no.

Me levanté y salí de allí, el sol me cegaba y solo pude echarme las manos a la cara para cubrirme del sol. Parecía un símil de la alegoria de la caverna de Platón, por fin había salido de la cueva y aunque la luz del sol me cegara, era la verdad, mi verdad, y solo me había bastado las últimas palabras de aquella mujer para darme cuenta de lo que me esperaba si no encontraba mi verdad. 

Caminé, corrí, sin parar... Me destrocé las suelas de las deportivas que llevaba rotas y desgastadas ya de por si, hasta llegar al hospital. Un palpito me decía que allí debían estar, y allí las vi. 

Entré por la puerta de Urgencias siguiendo el murmullo de la gente hasta encontrar a más y más policías que me ayudaron a adivinar donde estaban. Llegué y las vi, Lucy y Lauren, las dos en una habitación, desde la ventana que daba al pasillo entre las cortinas las vi, ambas se amaban y yo solo las había hecho sufrir. Me merecía morir, y así lo sentí... Pero no.

Y entonces no recuerdo más, caí al suelo y todo se había vuelto negro. Solo escuchaba a la gente a mi alrededor hablando y yo no me podía mover. Todo era negro y cada vez la gente se escuchaba más a lo lejos. 

Podía ver a Lauren, era ella claramente y su voz melodiosa cantaba Photograph de Ed Sheeran mientras un cúmulo de recuerdos venían a mi. Todo recopilado ante mis ojos, los veranos de pequeña en Cuba, cuando fuimos hasta México, las penurias que pasé junto a mis padres, el primer día que vi a Sofi, su primera palabra "Camila", mi madre cuidándome mientras pasaba un resfriado, mi padre jugando conmigo un domingo en el jardín, el primer día en el instituto, nuestra graduación, Shawn, la mano de Lauren, su cara, sus labios, su cuerpo entero... Blanco, todo blanco, puro y e impoluto, y una sombra que me lo robaba, y me privaba de su visión... 

- Camila... Camila respira... Todo estará bien... - Me decía mi madre mientras me acariciaba la cabeza.

- Qué ha pasado?! - Le pregunté a mi madre que estaba evitando que me quitara la mascarilla de oxígeno. 

- Tú solo colapsaste pequeña... Pero ahora ya está todo bien... Todo va a estar bien... - Y me abrazaba con la respiración agitada, podía notar que estaba llorando. 

Miré al frente y vi a Lauren entrando por la puerta y no podía creerlo, ella seguía ahí a pesar de todo, no para mi, pero si por mi... Y eso me valía tanto o más que lo otro.

- Estás bien pequeña?! - Me preguntó mientras me daba un corto beso en la frente. - Temí tanto que no volvieras... - Suspiró.

- Qué pasó?! - Le pregunté esta vez a Camila mientras veía que Lucy entraba a la habitación del hospital. 

- Tú viniste al hospital a la hora o así de que Lucy y yo ya estuviéramos aquí, gracias a ti salvaron a Lucy... Viniste hasta aquí y te quedaste afuera... Las emociones vividas junto al cóctel de drogas que Amber había estado suministrando a tu cuerpo hicieron que colapsaras y caíste en una especie de sobredosis tardía que hizo que los médicos tuvieran que inducirte el coma para que pudieses pasar el mono de todo aquello sin tener un fallo en algún órgano vital, y hará un par de días que estás yendo y volviendo, pero al fin estás aquí...- Dijo esto último abrazándome fuertemente contra su pecho.

- Hemos estado muy preocupadas. - Añadió Lucy. 

- Sí hija, y tus amigas te han cuidado mucho. - Remató mi madre. - Ambas...

- Gracias... A todas... - Dije mirando hacía abajo. 

- No digas nada más Camila... Descansa... 







18 meses después...

- Corre Lucy, no vamos a llegar a tiempo... - Dijo Alexa mientras yo ya estaba en la puerta esperando a ambas. 

- Madre mía, parece que vayamos a graduarnos nosotras... Relax chicas por el amor de Dios... - Añadí. 

- Venga vamos regañona... - Dijo Lucy dándome un corto beso en los labios y una palmadita en el culo. 

Desde el incidente sufrido con Amber, y el coma de Camila, todo había cambiado. Lucy, Alexa y yo seguíamos en Nueva Orleans estudiando nuestras respectivas carreras, mientras que Camila había empezado a estudiar para entrar a formar parte del cuerpo de policía, con la esperanza de trabajar junto a la agente Herrera. Ella fue una gran ayuda para Camila tras aquellos acontecimientos y mantuvieron el contacto durante todo ese tiempo, animando a Camila a estudiar para hacerse policía.

Lucy y yo habíamos estado viajando a Miami mucho más a menudo para visitar a mi familia, y en alguna que otra ocasión nos trajimos a Alexa, que se hizo muy buena amiga de Dinah, Normani y Camila por supuesto... Es por eso que ahora mismo estábamos en casa de mis padres terminando de arreglarnos para la graduación y entrega de placa de policía de Camila.



- Buenas tardes señorita Jauregui. - Dijo la agente Herrera. 

- Buenas tardes señorita Herrera. - Añadí con una sonrisa. 

Estábamos en el lugar de la ceremonia y la agente Herrera estaba recibiendo a los familiares y amigos junto a otros agentes en la puerta. 

- Estás nerviosa Camz?! - Le pregunté mientras le daba un largo y fuerte abrazo.

- No tanto como debería pero sí... - Me respondió con una sonrisa aún entre mis brazos.

- Agente 4054, saque su cuerpo de entre esa civil, y salude. - Dijo la agente Herrera que pudo disculparse un segundo con los otros agentes para acercarse a nosotras y de paso ver a Camila.  Ah, no os lo había dicho... Camila y la agente Herrera mantienen una sana relación desde el incidente, y en breves ya harían un año juntas como pareja formal.

- Ohh vengaa!! Marg, no puedes seguir celosa por esto... - Dije sacudiéndole el pelo a Camila. Y todas las presentes reímos. 

- No, es más bien que me gusta tratarla con autoridad ahora que puedo. - Dijo en voz más baja como si así Camila no lo oyese, guiñándome un ojo.

- Basta ya, jajajaja. - Dijo Camila, dándole un corto beso en los labios no sin antes mirar hacía todos los lados para que ningún superior las viera. 









Lucy y yo vivíamos juntas en un piso que habíamos empezado a comprar. Ambas habíamos viajado muchísimo juntas y nuestra vida parecía que no había existido sin la otra. Tuvimos que visitar al psicólogo durante una temporada para atacar todos los males que nos rondaban y una vez superados ya nada nos podía parar. 

Éramos más fuertes, más valientes, más independientes, en definitiva más mujeres.

















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Comentad que os ha parecido la historia, su final, los personajes... Me gusta leeros y saber que os ha parecido todo!

Muchas gracias a todos por leerme, y en especial a aquellos q votais y comentais dándome motivos para seguir escribiendo, gracias 😊😘😍 






Ahora tú (Laucy) #NeónAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora