Capítulo 6 "Miedo a las inyecciones"

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Narra ____.

Luego de que el idiota de Tomlinson se fuera boté lo que quedaba de mi comída. Con la presencia de Tomlinson, lo único que logré fue perder mi apetito por su actitud tan bipolar. 

Vaya, la que estuvo en la cárcel todo un año fui yo y él es quien necesita ir al psicólogo.

Fui a mi habitación y me quedé allí pensando, como siempre lo hacía, tanto en la semana que llevo aquí, como en la cárcel. Ver de nuevo a Louis me hizo pensar en varias cosas, como por ejemplo:

Primero: Louis era agente del FBI. ¿Qué hace aquí?

Segundo: ¿Por qué se acercó a hablar conmigo? Lo último que recuerdo de la última vez que nos vimos es que nuestras miradas se encontraron en el momento en que a mí me metían a una patrulla y él se iba a no se cual lugar. Lo único que reflejaban era tristeza y rabia.

Tercero: Y apartando a un lado a Louis, la supuesta inyección me trae un muy mal presentimiento. 

Ok, puede que gran parte de mi mal presentimiento venga de que le tengo miedo a las inyecciones, claro. Pero hay algo más. Simplemente no confío en el líquido que pueden ingresar en mi cuerpo y viene de este lugar.

Abrieron la puerta. Y como si las hubiera invocado con el pensamiento, entraron dos enfermeras a ponerme la inyección. Una de ellas se encargaba de extraer la vacuna del frasco en donde se encontraba con la jeringa. La otra enfermera, se encargaba de suministrarme la vacuna con la inyección. ¿De verdad necesitaban dos enfermeras para eso? Una sola de ellas puede hacer eso. Esto es ridículo.

Cuando la enfermera encargada de inyectarme estaba clavando la jeringa en mi brazo y solo faltaba ingresarme el líquido, se escucharon gritos y golpes de una de las habitaciones. Al parecer, yo no era la única que no se quería inyectar esta cosa. Las enfermeras salieron corriendo a ver qué pasaba. Y allí fue cuando se me ocurrió una idea.

Recogí la jeringa del piso que la enfermara tiró al haber salido corriendo y vacié su contenido. La coloqué cerca del estuche que trajeron consigo las enfermeras y me senté en la cama como estaba hace un momento. La enfermera que extraía la vacuna hacia la jeringa estaba tan distraída viendo hacia afuera de mi puerta cuando su compañera estaba a punto de inyectarme, que no le dirá que no lo hizo. Y si tengo suerte, su compañera estará tan despistada, que no se acordará si me suministró la vacuna o no.

****

Estaba durmiendo plácidamente cuando sonó una tonta alarma, al parecer, por todo el edificio. Debían ser como las seis de la mañana cuando los guardias pasaron tocando por cada puerta, avisando que debíamos estar en el gimnasio en menos de 20 minutos. Recordé que hoy empieza el estúpido entrenamiento que el idiota de Liam inventó para nosotros.

Me levanté y me fui a dar una ducha corta, para luego salir y vestirme con la ropa que me suministraron aquí.

Unos pantalones al estilo militar, holgados y cortos; una franelilla color negro y botas militares. No sabía que había ingresado al ejercito. Cuando acepté entrar a este juego, estaba en la cárcel, por lo que la ropa no era mi fuerte. Le dije a Liam que me tendría que dar un guardarropa de mi talla si tanto quería que yo estuviera en su juego y me dijo que eso ya estaba arreglado. Resultó que era un uniforme para todas las mujeres de aquí. Lo único diferente es si quieres escoger entre, usar mangas o no, y si quieres escoger entre usar shorts o el pantalón que llevo puesto. En fin, no es algo malo. Creo que esto, la habitación con baño y la comida, son las únicas cosas buenas que salen del juego.

Salí de mi habitación hacia el gimnasio con un guardia atrás de mi, como siempre. Al llegar, vi que era enorme. Tenía todo lo necesario para entrenar cualquier cosa. Tenía rings de boxeo, máquinas, y había una escalera que llevaba, según el cartel, hacia algo como una montaña artificial para escalar y áreas verdes para practicar la supervivencia. También, había áreas para practicar tiro con arco, cuchillos y tiro con armas de fuego, entre muchas otras cosas más.

Todo eso me dejó sorprendida. Esas cosas son increíbles, pero a la vez todo esto me da escalofríos, pues todo es para un solo propósito: Matar a las personas con las que entrenas ahora.

Liam estaba parado al frente de una gran pantalla y todos estaban alrededor de él. Yo traté de acercarme un poco más entre las personas, pero mi torpeza me ganó y terminé tropezando con un chico.

Condenados (Louis y tú) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora