Capítulo 13 "Sonríe de vez en cuando"

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Narra ______

Por primera vez desde que estoy aquí, de verdad sentí miedo. 

Luego de los acontecimientos, llegó Liam. Dijo que las luchas de hoy estaban suspendidas por lo ocurrido, que nos dedicáramos a entrenar, ya que él estará ocupado por la muerte de Carlos.

 —Entonces..., ¿vamos a entrenar? —preguntó Alessia, con una voz entre animada y cansada.

—¿Sabes qué? Hemos entrenado duro los últimos días y Liam no estará vigilando porque está ocupado con lo que pasó con Carlos... —dije, pensando en voz alta—, así que si no quieres entrenar hoy, no hay problema. Es más, yo no quiero hacerlo. Este será como mi día de descanso —terminé por decir y fui al fondo a sentarme. Alessia me siguió.

—Entonces yo también descansaré —se sentó a mi lado—. No te afectó la muerte de Carlos, ¿verdad? —preguntó Alessia.

—No, para nada. ¿Por qué me tendría que afectar? Ni lo conocía —dije, restándole importancia a mi reciente temor—. ¿Y a ti?

—La verdad, sé que no se deben decir estas cosas, pero estoy feliz de que haya muerto ese tipo. Tanto, que hasta podría bailar en su tumba —dijo, bajando la mirada y apretando los labios.

Fruncí el ceño. Esto me extraña, Alessia no es el tipo de persona que bailaría en la tumba de alguien. —¿Por qué?

—Recuerdas que yo era prostituta, ¿cierto? —me preguntó, mostrándose totalmente seria.

—Sí, lo recuerdo. Pero no entiendo que tiene eso que ver con... —de pronto, dejé de ser tan tonta y entendí—, espera. No me digas que él fue uno de los que...

Asintió. —Sí, él fue uno de los que me desgració la vida —dijo Alessia—. Él, junto con otras personas, lograron sacarme de Francia para llevarme a México y prostituirme. Después de todo, una prostituta francesa ganaría bastante dinero en otro país, ¿no crees? —terminó con sus ojos llenos de agua

Normalmente, me hubiera incomodado e ido, pero no pude. Se parece tanto a mí, así soy. O bueno, así era yo.  Los días que he pasado con Alessia entrenando, me han servido para saber que ella se parece mucho a la que era yo antes de ir a la cárcel.

Me acerqué a ella y la abracé. Cuando yo tenía momentos sentimentales, no tenía a nadie que me diera un abrazo. Por esa y otras razones, dejé de demostrar tristeza ante cualquiera, incluso a mí misma. Me obligo a no llorar y no sé cómo, pero lo he logrado. No he botado una lágrima en mucho tiempo.

—¿Todavía tienes la duda de por qué fui a disculparme contigo? —dije, para tratar de tranquilizarla un poco.

—La verdad, sí —dijo ella, calmándose un poco.

—Cuando estaba en la cárcel, yo tenía una amiga llamada Lola, era mi compañera de celda. En ese lugar también se encontraba una mujer llamada Betha, con quien tuve un problema y casi me mata a golpes. Pero Lola se metió. Betha la golpeó tanto que la mató. Su último golpe, el mortal, fue exactamente como el que te propiné a ti . Ambas cayeron al suelo. Cuando te vi tirada, la imagen se reprodució en mi mente —suspiré—. Lola era una buena persona. La condenaron a dos meses por un mal entendido y llegó esa perra a matarla. Todo por mi culpa —bajé la cabeza. Mi dolor se reflejaba claramente en mi voz.

—Ya entiendo por qué te disculpaste. Pero pienses que es tu culpa, porque no lo es. Ella se metió en la palea para que la tal Betha no te matara. No la conocí, pero pienso que a ella no le gustaría saber que peleó por ti para que vivas triste y te sintieras culpable por eso. No pienses en cómo murió, piensa en las veces en las que la viste feliz —dijo para consolarme, dedicándome una de sus cálidas sonrisas.

—No necesito que me consuelen —reaccioné bruscamente, a lo que Alessia bajó la mirada—. Lo siento, dejé de acostumbrarme a esto hace mucho. Gracias —dije y sonreí.

Alessia subió la mirada y tomó mi hombro. —Puede que no sea fácil, luego de pasar un tiempo en la cárcel, pero no estés a la defensiva con todos. Por lo menos, sonríe de vez en cuando —dijo y me regaló otra cálida sonrisa—. Pasé por algo horrible también y aún puedo sonreír. 

No pude decir más que un "gracias". Creo que lo pensaré.

Luego, tuvimos unas horas de charla en las que Alessia y yo tomamos confianza. Esto de tomar confianza con personas que no conozco hace mucho, como Alessia y Zayn, es raro. Pero no es mala idea tener aliados aquí. 

Zayn llegó a preguntar por qué no estábamos entrenando y le respondimos que era nuestro día de descanso. El moreno se unió a nosotras por un tiempo, pero no resistió mucho y regresó al entrenamiento, llevándose a la rubia consigo.

Ojalá tuviera el valor para llamarlos amigos y tener fe en que no se irán, pero eso no pasará.

Una escurridiza lágrima corrió por mi rostro y la borré rápidamente.

Condenados (Louis y tú) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora