Capítulo 12 "¿Con que quieres jugar sucio, eh?"

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Una semana después.

Narra _____

Hoy de nuevo es lunes, otro día de lucha.

El viernes de la semana pasada solo gané 25 puntos por empate. Luché contra Tabita Kengne, una mujer africana de treinta y tres años, quien antes de venir aquí cumplía ocho de treinta y cinco años de prisión, a los que la había condenada por matar a más de una persona en una pelea callejera. Ninguna ganó la pelea porque en el ring de boxeo duramos mucho tiempo y ninguna cayó, cosa que parece haberle aburrido a Liam, quien decidió declarar el empate.

Con respecto al entrenamiento de Alessia y cómo peleó el viernes, pues, solo llevaba tres días de entrenamiento. No mejoró mucho, aunque lo hizo mejor que la vez que peleó conmigo. Pero igual perdió. Para la pelea de hoy Alessia está un poco más preparada.

Hoy la primera en pelear es justamente ella, con una mujer australiana llamada Alexis Jhonson, quien terminó en la cárcel con cadena perpetua. Esa mujer explotó el edificio en donde vivía su novio, matándolo a él y a las personas que estaban en ese mismo edificio. Todo porque el tipo la engañó. 

Creo que Alessia tendrá oportunidad. La pequeña rubia mide 1.60 y es delgada, en cambio Alexis mide unos 1.85 y es maciza. En definitiva,la fuerza no es el fuerte de Alessia, pero es rápida y con ese atributo puede vencer a Alexis, tanto cansándola como dando golpes rápidos.


Narra Alessia.

Alexis y yo subimos al ring. Espero que el corto pero fuerte entrenamiento que me ha estado dando _____ dé resultado. Faltan dos semanas para que empiece el juego y no tengo ningún punto. A este paso me matarán el primer día. 

Sonó la campana. Alexis hizo un movimiento para dar el primer golpe pero logré esquivarlo. Si no puedo propinarle golpes fuertes, puedo limitarme a cansarla.

Ella repartía golpes tanto por la izquierda como por la derecha, pero lograba esquivarlos todos. En más de una ocasión estampé mi puño contra su cara, pero no la aturdía ni un poco. Por lo menos pude notar que se estaba cansando. Giré mi rostro hacia _____ para determinar mi desempeño al descifrar la expresión de su rostro, pero no me veía a mí. Apenas pude voltearme hacia Alexis, cuando ya tenía su puño en mi rostro. El impacto fue tan fuerte, que caí al suelo. 

Mi mirada se volvió nublosa, pero lo que pude ver fue algo confuso. Al parecer, Alexis planeaba aplastarme con todo su peso. Estaba delante de mí, con los brazos extendidos a sus costados. Mi vista volvió a la normalidad y confirmé mis sospechas, Alexis había comenzado a descender hacia mí. Todo pasó en cámara lenta. Mi corazón latía rápidamente y el sudor me empapaba. Giré justo en la fracción de segundo que le tomó a la australiana caer.

Dicen que mientras más grande eres más dura es la caída. Pues es verdad, Alexis quedó inconsciente por la caída. Gané esta ronda.


Narra _____ 

En cuanto Alessia terminó de pelear vino hasta mí.

—¡Gané, _____, gané! —dijo ella, saltando de felicidad.

—Lo noté, te felicito —dije con una sonrisa, la cual borré de inmediato—. Aunque no hubieras recibido un golpe en la cara si no hubieras volteado a verme, no vuelvas a hacer eso —la reprendí.

—Lo sé, _____. Pero relájate, igual gané —dijo, restándole importancia—. A la próxima no lo haré

—Más te vale.

—Y..., ¿quiénes son los siguientes?

—Carlos Gonzales, de México, contra Bruce Jones, de Estados Unidos —dije, mirando el ring.

La conversación acabó cuando Carlos y Bruce subieron al ring.

Carlos tiene 37 años y es un traficante de mujeres en México, la policía lo arrestó y antes de meterlo a la cárcel lo trajeron aquí. Bruce tiene 50 años y es un ex-soldado estadounidense. Lo expulsaron del ejercito porque mató a tres personas al pensar que eran terroristas, razón por la cual también fue ingresado a un hospital psiquiátrico. Dijeron que estaba loco legalmente y era un peligro para la sociedad.

Sonó la campana y Bruce corrió hasta Carlos para propinarle golpes en el estómago y tirarlo en el suelo. Cuando el gringo iba a lanzarse a sí mismo sobre el mexicano, este le propinó una patada en su entrepierna para ganar tiempo y pararse. Bruce quedó de rodillas con la cabeza baja y su contrincante se acercó un poco.

—¡¿Con que quieres jugar sucio, eh?! —gritó de repente.

Sacó un cuchillo de su ropa y se abalanzó hacia Carlos, apuñalándolo una y otra vez, en el estómago, en la garganta, en la cara..., en todas partes. Eso no era más que un baño de sangre.

Los guardias se acercaron y separaron a los luchadores. Los enfermeros llegaron, pero ya era demasiado tarde. Carlos estaba muerto.

Condenados (Louis y tú) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora