Capítulo 2 "¿Volver a la agencia?"

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Washington D.C. Estados Unidos.

Narra Louis 

Ahora no tengo más que descargarme con el saco de Boxeo por tanto pensar. Después de todo lo que he hecho por esa agencia, me despiden. Esa agencia era mi vida. Ya llevo un año inactivo, sin casos, ni nada por el estilo. Es una tortura. Esa agencia hacía de mi vida interesante, pero ahora todo se acabó. Me sacaron de la agencia por mi jodida culpa y la de la chica que se atravesó en mi camino el día que mi profesión se fue al caño y maté a mi compañero de misión. Sino fuera por que esa chica se metió donde no debía, yo no habría fallado el tiro, Josh no habría muerto, no me habrían despedido de la agencia y mi vida no se habría vuelto una mierda.

Luego de entrenar un poco y descargarme con el saco de Boxeo, decidí ir a darme una relajante ducha. Luego, cenaría, iría a dormir y me levantaría para ir a mi flamante trabajo de vigilante en la residencia en donde vivo. Así era mi vida, una aburrida rutina cada día. 

Después de cenar, me quedé mirando las cosas ridículas que hace la gente por estar en la televisión. Sinceramente, estos programas son estúpidos. 

Luego de un rato, el teléfono de mi apartamento sonó.

—¿Diga? —respondí al teléfono.

—Louis Tomlinson, ¿cierto? —preguntó la voz detrás del auricular.

—Sí, ¿con quién hablo?

—Sé de tu trabajo anterior y de la razón de tu retiro. Fue una lastima. ¿Cómo se llamaba tu compañero? ¿Josh Devine, cierto? ¿Quisieras hablar de eso? —¿Quién se supone que era ese tipo?, ¿cómo sabía sobre Josh? Se supone que nadie debe enterarse de los archivos secretos que guarda el FBI, como lo es mi causa de despido. Claro, a menos que formes parte del FBI. ¿Será que este tipo...?

—¿Quién eres?, ¿acaso formas parte del FBI? —pregunté. Era la única explicación lógica que le encuentro a lo que él sabe.

—¿Quieres saberlo? Pues para eso necesitamos vernos inmediatamente —Hizo una pausa—. Sé que estarás interesado, Louis. Ven a verme en el café de la esquina. Estoy esperándote.

Colgó.

Me dejó con la palabra en la boca. Definitivamente esto no se queda así. Tengo que averiguar quién es ese tipo y eso lo haré ahora mismo.

Agarré una chaqueta, las llaves del apartamento y salí al café donde supuestamente estaría el tipo de la llamada. Al llegar al café, lo primero que noté fue que el lugar estaba totalmente vacío, a excepción del que atiende el local y un tipo que no había visto nunca en mi vida. Este levantó y su rostro me hizo una seña para que me acercara. Supongo que es el de la llamada.

Antes de que pudiera hablar, me adelanté. — ¿Qué es lo que sabes de mí? —dije fríamente—. Si querías hablar conmigo, no era necesario meter a Josh. Si tienes algo que hablar conmigo, ¡dímelo ya! No me gustan los rodeos.

—Tranquilo, Tomlinson. Siéntate y pide un café —dijo, restándole importancia al asunto.

No estoy para juegos.

Solté una pequeña risa— ¿Es en serio? ¿Me hiciste venir aquí para tomar un café? Habla rápido, amigo, sino me iré. No tengo ganas de aguantarme a alguien que quiere hacerse el interesante conmigo.

—Bueno, Louis. Antes que nada, te haré una sencilla pregunta. ¿Te gusta tu vida aquí o quisieras volver a la agencia? —¿Volver a la agencia? ¿Puede eso ser posible?

—¿Pertences al FBI? Dime quién eres y explícame como harías para reintegrarme —pregunté desconfiado. ¿Cómo me podría reintegrar?

Tomé asiento en la silla que estaba al frente de él.

—No. No pertenezco a la agencia, pero tengo el poder suficiente para reintegrarte —En cuanto lo dijo, emoción y desconfianza fue lo que sentí. Quiero volver, pero hay algo en este tipo que me trae desconfianza—. Pero todo tiene una condición. Esta vez, la condición es que participes en un juego.

—¿Un juego? Estás bromeando, ¿cierto?

—No. Es un juego, una competencia, o como le quieras llamar —Ok, esto es extraño—. Nada comparado a lo que te has enfrentado antes. En este juego, solo tendrás que demostrar que la agencia perdió bastante al expulsar a alguien como tú.

—Así que tú quieres que esté en un juego a cambio de volver a la agencia. Pero dime, ¿de qué clase de juego estamos hablando?

—De uno de supervivencia. Si ganas el juego, podrás ser reintegrado en la agencia y ya no tendrás que vivir esta vida rutinaria que, supongo, debes odiar —¿Juego de supervivencia? ¿Acaso este tipo no sabe lo ridículo que suena eso? 

Buena broma, señor desconocido, buena broma.

—¿Por qué crees que aceptaré? La última vez que miré en el espejo yo no tenía una cara de iluso o crédulo reflejada en él.

—Porque sé sobre ti, Louis. Sé que odias esta vida y que deseas más que nada, y a cualquier costo, estar de nuevo en la agencia —dijo el hombre muy seguro de sí. No aceptaré esto, es arriesgado. No sé ni siquiera quién es este tipo, ni de qué trata su juego. Esto es ridículo—. Sé que puedes pensar que es una locura y que te estoy mintiendo. Pero, ¿dejarás que todo tu trabajo se vaya al pasado? ¿De verdad te gusta tu vida rutinaria? Solo me falta un jugador. Si quieres, te puedo dar unos días para que lo pienses mejor y luego...

—Acepto —interrumpí.

Ahí está, lo dije. Acabo de meterme en el juego de un tipo que ni conozco. Lo más probable es que sea una estafa y que me pida dinero para luego salir huyendo. Pero el que no arriesga no gana, ¿no? Es mi oportunidad de salir del hoyo.

—Empaca tus cosas. Mañana mis hombres te buscarán para ir al sitio donde se reunirán los demás competidores —¿Tan pronto? Este tipo estaba seguro de que aceptaría—. No le hables de esto a nadie, pues, nadie debe enterarse del juego —dijo y se fue, dejándome confundido y alarmado.

Puede que esto no haya sido una gran idea.

Condenados (Louis y tú) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora