Capítulo 1 "Obtener tu libertad"

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Cárcel de Tocuyito. Valencia, Venezuela.

Narra ____

Otro día más, otro maldito día más en esta maldita celda. Este año ha sido horrible y, por Dios, no tengo ni por qué quejarme ahora que ya nunca saldré de aquí. "Cadena perpetua, cadena perpetua, cadena perpetua" esas palabras no dejan de sonar en mi cabeza desde que me dictaron sentencia. No sé cuánto me arrepiento de haber confiado en aquel tipo que lo que hizo fue traicionarme de la peor manera, pues, gracias a él estoy en esta celda.

*****

Luego de almorzar nos enviaron al patio, esto acá parece el patio de una escuela cualquiera. Están las tipas que gobiernan la cárcel, casi como las populares, ellas consiguen cualquier cosa que esté fuera de estos muros. Están las que de verdad son las matonas de por acá, exactamente iguales a los matones de la escuela solo que peor. Nunca pero nunca busques problemas con ellas si no quieres desaparecer o terminar muerta. 

Yo no les tenía miedo a las matonas cuando llegue, hasta que una de ellas acabó con mi anterior compañera de celda. Todavía me siento culpable por eso. 

Yo me busqué un gran problema con esa perra, Betha. La tipa casi me mata a golpes y Lola, mi compañera, se metió. Betha la golpeó hasta cansarse. En un momento Betha empujó a Lola, ella cayó y se golpeó la cabeza con una piedra, murió por el impacto. A Betha la deportaron a su país de orígen, México, ya que solo estaba aquí porque aquí fue donde la arrestaron y estaban esperando la orden de deportación. Apenas unos días y ya mató a alguien, creo que eso apresuró su salida del país. La trasladaron a una cárcel de Máxima seguridad en México, o eso fue lo que oí. Primera cosa que la "justicia" hace bien. No quiero volver a ver a esa tipa nunca más en mi vida.

 Volviendo a las clasificaciones, también están las que se las dan de buenas para conseguir salir antes por buena conducta, casi como los nerds siempre portándose bien. Y finalmente las marginadas, que es donde estoy yo, siempre estoy sola. Yo simplemente no me he podido adaptar a este lugar, sinceramente sé que no pertenezco aquí.

La única persona con la que hablo de vez en cuando es con Dina, mi actual compañera de celda, y es cuando estamos en la celda y ella no puede con el aburrimiento. Pero de resto, solo me quedo sola, caminando por el patio y sentándome a comer en una mesa en total silencio.

En el patio, en una esquina como siempre, me levanté y empecé a caminar por ahí. Cada vez que nos envían al patio lo que hago yo es caminar y pensar en el día de mi arresto. La verdad hasta me causa gracia, ¿cómo pude ser tan tonta como para no darme cuenta de con quien estaba? En momentos como estos solo desearía hacerle caso a mi madre. Ella siempre decía "No te vayas a vivir con tu papá, te traerá problemas y conocerás personas que no te convienen". 

Vaya que tenía razón.

—¡____! —llamó uno de los guardias de la entrada, interrumpiendo mis pensamientos.

Fui hasta allá y el guardia me vio con cara de pocos amigos.

—Tienes visita.

¿Visita? No había tenido una visita desde hace 6 meses. 

Mi madre me visitaba casi todos los días. El día de su última visita me dijo que tenia cáncer en una etapa terminal. Dos meses después me avisaron que había fallecido. Mi madre era la única que me visitaba, pues era todo lo que tenía. No tengo ni idea de que pasó con el tipo que me engendró. Luego de que me arrestaran no vi más al que se hace llamar mi padre, creo que me odia luego de haber arruinado su red de narcotráfico con mi arresto.

Sí, tengo la desgracia de tener un padre que es uno de los narcotraficantes más grandes de México. Y el resto de mi familia no se extiende a alguien más que no fuera mi mamá. Y como si no fuera obvio, no tengo amigos. Aprendí que en esta vida los amigos de verdad llegan para irse. Duro, lo sé, pero no puedo pensar más nada. Los amigos que tenía antes de entrar aquí me abandonaron o yo los alejé. Tenía una amigo llamado Sebastián, era un subordinado de mi papa. No pregunten cómo terminé siendo su amiga. A él lo mató la policía en un tiroteo. Y la única amiga que tenía aquí murió por mi causa. Como dije, los amigos llegan para irse cuando menos lo esperas.

En resumen, no espero ninguna visita.

El guardia me guió, no hasta la sala de visitas, sino hasta un cuarto que parecía de interrogatorios. En el cuarto, había una mesa y una silla a cada lado de esta.

Sentado en unas de las sillas se encontraba un hombre que tenía alrededor de unos treinta años, usando una ropa semi formal. Si lo estuviera conociendo en cualquier otro lugar, y en diferentes circunstancias, me parecería lindo. Cabello castaño, linda cara, sonrisa bonita, ojos color café y se nota que va al gimnasio. Fácilmente podría ser portada de revista.

—Hola, ____. Creo que será mejor que te sientes—dijo con voz tranquila, pero su mirada mostraba otra cosa. Impaciencia y diversión a la vez. Este tipo es raro. 

Obedecí y me senté.

—¿Cómo has estado, _____? —dijo, aparentando ser casual.

—¿Podría llegar al punto? No lo conozco, usted no me conoce. Si está aquí debería ser por algo importante y no por una conversación mediocre, ¿no cree?—dije de la manera más monótona posible. Quiero acabar con esto. Aunque no tenga visitas y quisiera una alguna vez, no quiero que sea de tipos extraños.

—______, entonces los que me hablaron de ti están en lo correcto —dijo con una sonrisa.

—¿Cómo? ¿Qué, y más importante, quién le habló de mí? —¿Le hablaron de mí? ¿Quién es este tipo?—. ¿Quién es usted? 

—No es necesario que lo sepas todavía, querida —dijo, restándole importancia

—¿Entonces? Hable de una vez o me voy, no tengo todo el día —dije irritada—. ¿Por qué alguien como usted vendría a hablar con una presa?

—Ok, te lo diré de una vez. Escúchame bien —Toda simpatía y diversión abandonó su rostro en el momento en el que empezó a hablar—. ¿Estás dispuesta a salir de esta pocilga y obtener tu libertad?

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Bueeeno, aquí está el primer capítulo de mi humilde novela. ¿Podrían comentar qué tal, por favor? Soy nueva en esto :s

Condenados (Louis y tú) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora