CAPITULO 30

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*NARRA ___*


Desperté gracias a mi odiosa alarma, traté de apagarla extendiendo mi brazo pero no la pude alcanzar así que como sea tuve que levantarme. Fui al baño y tardé como media hora en lavar mi cabello y asearme, salí de la ducha y me envolví en dos toallas, una para el cuerpo y otra para la cabeza.

Busqué y busqué en mi armario hasta que me decidí por unos jeans grises entubados, una blusa rosa pastel, un abrigo gris y mis timberlands del mismo color de la blusa. Mi cabello lo dejé suelto. 

Miré a mi lado y noté que Ann no estaba en su cama, de hecho, ésta estaba muy arreglada y también noté que faltaba su mochila. No le di mucha importancia pues pensé que ella ya había bajado a desayunar con los demás, así que me dispuse a ir con ellos también. Tomé mi mochila y bajé las escaleras.

 *Buen día* Dije al llegar a la cocina.

Recibí la respuesta de mamá quien me indicó que tomara algo de fruta o cereal. Preferí tomar una manzana y un par de uvas, pues ya me hacía tarde para llegar al colegio.

*___, ¿Antonella sigue en su habitación?* Preguntó papá.

*No la vi cuando desperté, pensé que estaba aquí desayunando con ustedes. Incluso te iba a preguntar por ella* Dije.

Todos nos miramos un poco preocupados y empezamos a buscar en cada rincón de nuestro gran hogar. Salí al patio para buscarla por ahí y efectivamente la encontré sentada a la orilla de la pequeña laguna. Me acerqué a ella y escuché que sollozaba, entonces me preocupe más.

*¿Qué te pasa? ¿Porqué lloras?* Interrogué mientras me sentaba a su lado.

Antes de responder a mi pregunta, se lanzó a mi pecho y empezó a desahogarse conmigo. Lo único que podía hacer era abrazarla y tratar de consolarla aunque no sabía bien porqué estaba así.

*¿Si te cuento me prometes no decirle a nadie?* Dijo cuando se calmó, pero la voz de papá nos interrumpió.

*Niñas,¿qué hacen ahí? si no se apresuran vamos a llegar tarde*

*Después me cuentas* Le dije al oído cuando caminábamos a la camioneta.

Ella solo asintió. enserio no sé que le pasa, pero no es algo que debería ignorar. Llegamos a la escuela y tuvimos que correr para no recibir una tarjeta roja. Después de las primeras asignaturas del día nos dieron permiso para ir a recreo.

Quise aprovechar el tiempo libre para hablar con ella sobre lo de esta mañana. elegimos un banco del patio y nos sentamos para platicar un poco.

*En serio debes prometerme que no se lo dirás a nadie, ni siquiera a nuestra familia, ni a Tim...* 

*Lo prometo* Asentí y ella tragó en seco antes de continuar.

*Ano- anoche yo... sé que suena ridículo pero...* Hizo una pausa.

*¿Qué pasó? Sabes que puedes contarme lo que sea*

*Mi papá... el verdadero, trató de... asesinarme* Jugaba con sus dedos nerviosamente y sus ojos miraban al suelo.

*¿QUÉ?!¿De qué hablas? Eso es imposible* Me alarmé.

*Lo sé, él está a miles de kilómetros de mí, pero aún así lo siento muy cerca de mí. Y no es la tierna sensación que uno siente cuando extraña a un ser querido, es como si sintiera que me hará lo mismo que a mamá y a Angelo*

*¿Desde cuando sientes eso?* Levanté su barbilla y vi que grandes gotas saladas recorrían su rostro.

*Desde que me enteré de eso* Confesó. *No he podido dormir desde entonces* Añadió.

-.Bailando Al Ritmo De La Vida.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora