2. Medianoche

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No soy psíquico. La vida está llena de pequeñas coincidencias. Sólo seguiré diciéndome eso hasta que me lo crea'Sweep: Libro de las sombras'', Cate Tiernan, 2001.



El tiempo se le acababa mientras estaba ahí, parado frente a él, con la pesada mirada de ambos sacerdotes pinchándole la espalda, empujando las palabras que no quería decir. Era una acusación seria, demasiado. Le habían sentenciado a una hoguera sin necesidad de solicitar pruebas para tal castigo. Harry le devolvía la mirada, detrás de la bruma de miedo y pánico que nublaba los ojos verdes del muchacho, Louis casi creía detectar una pizca de traición ¿Harry le habría reconocido? ¿Había guardado su rostro como recuerdo durante todo ese tempo como él mismo había hecho con el suyo? La pequeña posibilidad de que esto fuera así hizo que Louis comenzara a sentir como la vergüenza le anudaba la lengua.

—Muchacho, tu veredicto —Le apresuró El sacerdote Jonathan, mientras cruzaba los brazos con impaciencia, claramente aún irritado por el resto de las decisiones tomadas por el joven.

Louis se humedeció los labios y recordó recobrar la compostura, su impresión por poco le ponía en evidencia a ambos. Debía dejar de actuar como si la presencia de aquel castaño frente a ellos le hubiese descolocado de la forma en la que lo había hecho. Hizo lo imposible por apartar las dudas y pensamientos inservibles de su mente por el momento, y se enfocó en tratar de sacar una manera para resolver aquella apretada situación.

Era un buen mentiroso, y si Dios le había bridado tal don para las palabras agiles y las respuestas veloces, rogaba mentalmente que ahora mismo el señor no le castigara por querer usarlo para la mentira, y las palabras no fallaran en su boca.

—Oh, Dios bendito ¿Harry, realmente eres tú? —La expresión en el rostro del menor fue una llena de completa confusión, pero no fue nada comparada con la de los dos hombres a su lado.

—¿Qué has dicho? ¿Le conoces? —Cuestionó Daniel, sorprendido.

—¿Qué trato has tenido con este hereje, aprendiz Tomlinson? —Apresuró a preguntar Jonathan, alzando aquella ceja con soberbia.

Sin embargo, el semblante de Louis no mostró ninguna variación a la sorpresa, como si una inocente euforia e impresión hubiesen reinado su rostro por completo durante todo aquel espacio de tiempo. Se giró hacia su padre, y como si no entendía la razón para la forma en la que estos le cuestionaban movió los labios para hablar nuevamente:

—Padre, es Harry ¿Acaso no le recuerdas? Aquel muchacho del que te hablé hace un tiempo. El del pueblo vecino ¿Recuerdas? Fue él quien me ayudó a reparar tus botas de cuero luego de que el señor Darren se lesionara la mano y no pudiera hacerlo para ti, no las hubieses tenido listas para la misa especial del Obispo de no ser por eso. —Intentaba no observar la expresión de Harry, pues sabía que flaquearía en su improvisación si lo hacía.

La respuesta positiva en el rostro de su padre le dio un empujo para seguir adelante con su actuación. Daniel había lucido confundido, antes de que la expresión en su rostro mostrara señales de un vago recuerdo, tal vez porque ciertamente sí había existido un muchacho en el pueblo vecino quién ayudó a Louis a reparar las botas... aunque claramente este no había sido Harry.

—¿Fue él? Pero... me dijiste que un hombre era quien había finalizado la labor —Respondió la voz del sacerdote, observando a su hijo con confusión.

—Por supuesto, porque fue el padre de Harry. Luego de que él me encontrase intentando ubicar a alguien que pudiese ayudarme se ofreció a llevarme con su padre, para que pudiera hacerse cargo de las botas —Agregó rápidamente Louis, sintiendo como el nervio de equivocarse le pesaba en las manos tanto como podría pesarle la vida de Harry sobre las mismas.

Doncel Primaveral ❧ l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora