Un desafortunado incidente a los diez años de edad, fue el mismo que llevó a Louis a conocer a aquel pequeño y extraño niño de ojos verdes que le ayudó a escapar del frondoso bosque en el cual se había perdido, pero aquella fue también la ultima vez...
Dedicado a todas las linduras que pidieron este extra con un comentario en el capi pasado. ❤
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《Una vez en la vida, todo simplemente está bien; no comentemos ningún error.
Ni siquiera un derrumbe, o las corrientes embravecidas podrían llevárselo todo. De alguna forma, se siente como si nada hubiera cambiado, ahora mismo, mi corazón está latiendo como siempre. En voz alta, alguien está llamando mi nombre, y se escucha como tú.
Una vez en la vida, todo está bien, siempre estamos a salvo. Ni siquiera los chicos malos, en la noche oscura, pueden llevárselo todo.
Cuando cierro mis ojos, todas las estrellas se alinean, y tú estás a mi lado.
Una vez en la vida, fuiste mío. 》
Siendo honesto consigo mismo, Niall se sentía un poco nervioso de haber dejado ir a Harry solo con Louis por el bosque para buscarle un Dragón Enano al ex-cazador, como líder del aquelarre esa sería su responsabilidad, pero... las situaciones escapaban de sus manos, y esta vez, su deber había tenido una dura lucha contra su corazón. Finalmente, Harry acabó convenciéndole de que todo estaría bien. Se trataba de su Deartháir Síoraí, por supuesto que confiaba en él, era Louis quien le preocupaba, pero esperaba que Harry supiera manejarlo bien, después de todo, era uno de sus mejores aprendices.
Cuando trajo a Zayn y a Louis a esa zona de su territorio, sabía que tomaba un riego enorme, muchos aquelarres del Clan usaban ese lugar para descansar ocasionalmente, y quedarían en completa desventaja si alguno de los otros dos Clanes llegase a saberlo. Se trataba de un pequeño pueblo rural, había sido abandonado, quizá en el momento donde se popularizó la idea del bosque como un lugar maldito; cuando lo encontraron, les pareció un lugar perfecto, alejado y lo bastante olvidado como para no ser buscado.
Lo habían llamado ''Retorno''. Dado que cualquier Hijo de la Luna, podría volver allí, fuese del aquelarre que fuese, y llamar ese su hogar.
La presencia de hechiceros no era muy bien recibida en Retorno, pero no había otra opción, y Niall estaba dispuesto a cargar con cualquier sanción si algún otro Absoluto se enfadaba por aquello.
La pequeña casa en la que le había dejado no estaba tan lejos de la que visitaba un momento atrás, solo ocupó dos minutos de su tiempo llegar a la misma. Niall entró, como siempre, con un nudo en la garganta que pretendía ocultar muy bien. Habían pasado casi dos días, y él aún no despertaba. Lo primero que captó su mirada al entrar a la habitación, fueron aquellas peludas motas negras acurrucadas contra uno de los costados del moreno. La bruja sonrió sin poder evitarlo.
—¿No les dije que debían tener cuidado con esas heridas, niños? —Preguntó cariñosamente, teniendo enseguida la atención de los mininos que se estiraron con pereza. —No se recuesten muy cerca de las cortaduras, ¿De cuerdo? Su pelaje puede hacerle daño. —Murmuró, acercándose y acariciando con su mano la cabeza de ambos.
