Un desafortunado incidente a los diez años de edad, fue el mismo que llevó a Louis a conocer a aquel pequeño y extraño niño de ojos verdes que le ayudó a escapar del frondoso bosque en el cual se había perdido, pero aquella fue también la ultima vez...
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《Si quedas atrapado entre dos clanes enemigos, arrójate al piso y reza tu última plegaria.》Antiguo dicho escocés.
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La noche presenciaba la escena con una silenciosa tensión. Entre sus brazos Louis cargaba con una vida que se debilitaba, su mente estaba hecha un caos y la angustia se marcaba en cada una de las expresiones de su rostro. No podía apartar la culpa por lo que ocurría. Cada vez que Harry se removía dificultosamente en sus brazos y sollozaba a causa de una nueva cortada, Louis sentía como su pecho se encogía de dolor y la impotencia de no sentirse más útil le consumía el cuerpo rápidamente.
Desesperado, el cazador no sabía qué hacer. Harry lucia cada vez más pálido, las cortadas no se detenían y la sangre continuaba fluyendo fuera de las heridas. Él insistía en el agua del río, pero Louis solo podía pensar en sacarlo de allí, quizá de aquella manera las cortadas se detendrían y todo acabaría, podría llevarlo con Zayn, intentar detener la sangre... solo podía dejarse guiar por una situación lógica que realmente pudiera garantizarles un resultado.
—Louis, p-por favor... —Harry volvió a susurrar, su voz de nuevo mucho más débil. —E-El agua... p-por favor... —Suplicó. —l-la necesito...
—Harry... necesitas ayuda... n-no agua. Entiende, por favor, n-necesito sacarte de aquí.
—N-No... c-créeme esta vez... p-por favor. —Apretándose contra él, Harry jadeó adolorido, con las lágrimas ya bañando la piel de sus mejillas.
—H-Harry... Dios.
—¡D-Duele! —Se entrecortó el llanto del menor, pronunciando las palabras con desesperación mientras una nueva cortada le desgarraba la –ya demasiado lastimada- piel del brazo.
—Maldición...
No había otra solución aparentemente, aunque intentara llegar al pueblo no podría ser cuidadoso o silencioso para no ser visto, pues no había tiempo que desperdiciar cuando Harry comenzaba a perder tanta sangre. El río estaba cerca, tan solo tenía que devolverse y apresurar un poco el paso para encontrarlo, pero si lo que sea que Harry quería intentar allí no funcionaba... el problema se haría muchísimo más delicado. Sin embargo, el cazador no tuvo más opción que rendirse ante la petición de la bruja.
Tomándole con firmeza Louis apresuró el paso todo lo que pudo, rezando por no encontrarse ningún otro inconveniente en el camino. Harry había comenzado a temblar entre sus brazos, mientras la piel de este pasaba a tornarse ligeramente fría. El cazador estuvo muchas veces a pasos de caer al casi tropezarse con ramas por la desesperación, pero afortunadamente siempre encontraba una forma de recobrar el equilibrio y continuar protegiendo al ojiverde.
