Doncel Primaveral ❧ l.s

5.Mal augurio

《Si miras, verás la marca de una casa en su descendencia. Estas marcas adoptan muchas formas, pero un cazador de brujas entrenado siempre las  puede descubrir. 》''Notas de un Siervo de Dios'', Hermano Paolo Frederico, 1693.

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''Miércoles, 24.

Le descubrí hace un par de noches, lo había ocultado demasiado bien como para que tardara tanto en pescarlo. Le he dicho que tiene que alejarse de él, pero no escucha razones, cree que estará bien. Él no puede hacer esto, nos pondría en riesgo a todos. Me ha pedido que le ayude a ocultarlo del resto, manteniéndolos alejados. Oh, Diosa ¿Qué debería hacer? Es tan terco.

He soñado con cuervos merodeando por el bosque. Ahora, en las mañanas, los pájaros han comenzado a volar hacia al Oeste, la izquierda... Tengo un muy mal presagio, que los Dioses nos ayuden.

Invocaré al agua y al aire, tal vez eso ayude.

Ese chico nos pondrá en peligro a todos. — H.N, sleamhain. ''

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El tiempo se hizo tan veloz como los pájaros que recorrían alegremente los alrededores del fresco bosque de Castle Combe. Tres meses desde aquel momento en que se reencontraron, y desde entonces, los encuentros nocturnos no se detuvieron. Louis intentaba tener un balance entre las horas, para poder descansar unas pocas en el día, cumplir sus labores y mantenerse despierto la mayoría de la noche. Sin embargo, no era una tarea que se le hiciera difícil, con Harry pocos cosas le daban menos que energía y una activadora curiosidad.

La confianza entre ambos había comenzado a tejer fuertes paredes en los dos, crecido; aunque faltaran las respuestas, y sobraran demasiadas preguntas. Al mayor aún le costaba un poco acostumbrarse a las extrovertidas muestras de amistad de Harry, pero cada vez lo llevaban mejor. Las cosas en el pueblo seguía siendo impredecibles, pero mientras Louis lograra guardar las apariencias y mantener a salvo por lo menos a las personas más importantes, las cosas podía mantenerse a un punto medio de la estabilidad.

No todo eran malas noticias en el pueblo, al menos finalmente –y después de muchísimo tiempo- Ed había pasado meses en completa tranquilidad: sin acusaciones, ni agresiones. El chico dormía mejor, Louis podía verlo por el semblante de su amigo y por esas sonrisas que ahora parecían hacerse más frecuentes; incluso el pelirrojo se había aventurado a acortejar a una de las señoritas solteras del pueblo.

Así era, las cosas estaban mucho mejor. Todo iba bien, como si finalmente los vientos quisieran darle un descanso a la mala vibra y la tristeza, y finalmente soplaran a favor de todos.

—¿Así que hasta ahora solo han dado una caminata juntos? —Preguntó, soltando en la pila los últimos troncos de la mañana; tronco que en mucho tiempo no eran usados para ninguna hoguera.

—Una caminata, sin su chaperona —Corrigió la voz del pelirrojo con triunfo, a lo que Louis soltaba una risa — Al menos no pensó como todos que la iba a hechizar o que estoy maldito, creo que es un progreso. —Se defendió ante las risas de su amigo.

—Lo reconozco, pero aún no sé si aprobarla, ya veremos. —Bromeó Louis. — ¿Ya pensaste en llevarle serenata? — Ed empujó suavemente el hombro de Louis, quien solo rió en respuesta.