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Academia

Despierto en lo que se dice una habitación y desearía que fuera por causa de los rayos del sol o algún animal del bosque pero realmente, siento decir que fue un maldito infeliz con un balde de agua helada.

- ¡QUE RAYOS SUCEDE!

Una vez que me levanto y me exprimo un poco la ropa con la cual suelo cazar. Mi mirada se posa en unos leves moretones los cuales estaba a la vista de cualquiera que me pasara por al lado y con solo recodar al cadáver de Omar hace que mi piel se erice pero no solo por el frio que ahora y raramente siento si no también de ira la cual recorría cada parte de mi cuerpo. Mi cuerpo no suele sentir calor o frio es algo del cual mayormente mantiene en termino promedio que no me hace padecer de ninguna.

(Digo cadáver por que eso sera tan pronto lo encuentre y eso incluye hacerle tragar cada palabra y golpe.)

-Vaya veo que puedes hablar, vamos no tengo todo el dia para ti, ya vas tarde a la prueba.

Por un momento no me percate que el ser que estaba frente a mi lo cual no puedo distinguir bien su olor permanecia aun frente a mi sin exprecion alguna y con la cubeta en la mano. Deje de pensar en las mil maneras en las que lo haría sufrir al tal Omar y me fije en cada facción del cuerpo esbelto, trabajado y bastante inquietante frente a mi. Debo admitir que de alguna manera algo en mi sentía sierta atracción hacia el pero la verdad es la primera vez que veo a un chico hablarme sin querer asesinarme aunque no confiaba mucho en el.

-Vamos Bestia, levantate.

Dice el chico de cabello laceo no muy largo frente a mi. Lo mire mas de cerca y logre percatarme que era el mismo chico en la prisión. Aquel de ojos verdes con voz temblorosa pero firme y dulce.

Alejo cada pensamiento asesino para luego prestar atención en como me acaba de llamar.

- ¿Cómo me llamaste?

El chico me mira sin gota de humor y lo repite.

-Bestia, eso dije. No sabemos tu nombre y pensamos en uno mas fácil aparte te va como anillo al dedo.

-Y por eso pensaron que seria mejor darme el nombre de un...

No termino la oracion solo pensando en como todos suelen llamarme, Mounstro, eso si era horrible quizas ese apodo no era tan malo despues de todo.

Este bufa por mi silencio repentino y deja el balde en el suelo.

- Sí, vamos cambiate.

Miro a la cama y a mi lado veo un uniforme prácticamente. Era de cuero y negro. Acompañado de unas botas para caza negras por igual. Miro al chico nuevamente y como antes, recordé su nombre.

-Te llamas Dante, ¿Verdad?

-Si y que pasa con eso.

Dude unos minutos pero lo cierto era que gracias a el no me golpearon mas de lo que pensé que harían. Lo mire a los ojos y en su eja izquierda pude ver un golpe y en su cuello muy cerca de la clavícula barios rasguños al igual que en sus brazos.

Pero aun asi seguia siendo un idiota.

Mi cabeza daba vueltas pero algo de lo que mi guardián siempre me decía era que jamas dejara que otras razas supieran mi nombre por lo cual no proteste por el tal apodo. Aparte de que fuera agradecida pero desconfiada.

-Gracias.

Este me mira con asombro pero mis palabras no fueron dirigidas con sinceridad si no mas bien llenas de enojo y desconfianza. No soportaba pensar que lo lastimaron por ayudarme y eso me inquietaba. Esto era algo raro en mi y eso me asustaba mas. Aparte de que era dificil creer su parte buena es la que hay frente a mi.

Este se dio media vuelta para luego avisarme de que tenia cinco minutos para alistarme.

Me cambio y me hago una coleta alta. La ropa me queda a la medida y hace que mi piel palida resalte. Una duda muy sospechosa pasa por mi cabeza.

-Doom, como crees que la sabe. Seguro que no fue a medida de cinta verdad.

Dice una voz bastante irritante en mi cabeza y de alguna manera lograba asustarme un poco. Ni me moleste en preguntar quien era por que realmente no quería saber.

-Oh vamos no seas tan torpe o que te quedaras ahí parada mientra el piensa que malgasta su tiempo en saber si estas loca o no.

Miro a Dante y tal como decía la voz femenina en mi cabeza así estaba el chico. En su rostro pude notar confusión pero a la vez irritación. Quizás le molestaba mi presencia o algo parecido, solo se que le conviene estar lejos de mi por ahora.

La voz que una vez me hablaba dejo de sonar en mi cabeza pero aun así podía sentir su presencia y un leve escalofrió recorrió mi cuerpo al saberlo.

Me acerque a la salida de la habitación para encontrarme con el rostro de Dante el cual por alguna razón sonríe al verme. De alguna manera me molestaba por que era la primera vez que alguien me sonreía de la manera en la que el lo hacia pero no puedo confiar en el, debo mantenerme firme.

-Podrías dejar de sonreír y acabar de llevarme a la tal prueba esa.

Su rostro cambia a uno totalmente serio pero podía sentir el calor de su sangre subir a sus mejillas y hacer notar el rubor en ellas. En una gran parte me sentí mal por contestarle tan seca por que sabia que de algún modo lo hice molestar o hasta ofender. Sabia que se sentía ridículo y yo no hacia nada al respecto.

Caminamos un largo tramo y esto parecía mas una fortaleza estilo medieval. Ya después de tantas curvas y largos pasillos, llegamos a una puerta doble y grande de color ladrillo. Nos detenemos frente a ella y yo solo podía oler el aroma de muchas personas tras de ellas pero a la vez podía sentir el miedo de muchos. Miro a Dante y pareció notar el nerviosismo algo que nunca tenia pero hoy puedo experimentar por primera vez. Me sonríe y yo dude en devolverle el gesto pero al final lo hice. No se por que le sonreí pero me pongo seria al instante ignorando todo.

-Sabes, seré franco contigo.

Lo miro con curiosidad por que la verdad no me había dirigido la palabra en todo y largo camino. Solo un silencio bastante incomodo abundo el camino hasta aquí.

-No te diré que todo estara bien por que te mentiría.

-Lo entiendo.

Este se acerca a mi dudoso y me mira como si me pidiera permiso. Por alguna extraña razón deje que se me acercara. Este me deposito un collar en mi cuello. Parecía mas un amuleto pero me gustaba, era como un lobo pero a la vez debajo tenia un cuervo.

-Gracias Dante, es la primera vez que alguien me obsequia algo.

Este se sorprende pero en sus ojos pude ver ese brillo de ternura. En este caso me siento algo abergonzada, realmente es un obsequio lindo y raro.

-Bienvenida a la Academia Bestia, suerte. Se que no la necesitaras.

De un segundo a otro las puertas frente a nosotros se abrieron dejando un enorme campo a la vista. Era como la arena de batalla para gladiadores. Ahí fue cuando supe a lo que quiso decir con que las cosas no estarían bien.

A donde quieren llevar todo esto, ¿Que realmente quieren probar con esto?

En multimedia Dante.

Mi Vida Entre La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora