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         Interrogatorio Ⅱ

Aún estoy aquí atada de manos sin lograr zafarme debido a lo débil que me siento. Desde que llegue a este lugar he sentido muchas cosas que anterior mente no habían ocurrido. No sé si pensar que este lugar este maldito o realmente me está pasando algo. Ni siquiera sé que pensar, no se quien es esa maldita voz en mi cabeza y no sé por qué no recuerdo de dónde vengo o que soy. Mis últimos recuerdos son los del bosque en el que me emboscaron y secuestraron. Desde entonces cosas extrañas me pasan; no tengo certeza si es de día o de noche. Lo único que me mantiene de pie y estable es aquella oscuridad y fría neblina que me acompaña a donde sea que valla. Aquella que me hace sentir en casa.

Will permanecía en su lugar con aquella irritante sonrisa en su rostro y mientras más me azotaban más sonreía, en cambio, aquel chico de ojos verdes parecía molesto podía ir su corazón latir con rapidez, aunque intentaba con todas sus fuerzas calmarlo, pero le era imposible.

-Steve detente- dice haciendo que los golpes cesaran- valla no pensé que aguantarías tanto, ni siquiera tu amiga la rubia soporto tanto- se burla y eso fue la gota que derramo el vaso.

Comienzo a reírme sin poder parar, de verdad que eran más estúpidos de lo que se ven. Omar se acerca más hasta quedar frente a mí. Este enreda sus asquerosos dedos en mi cabello y levanta mi rostro para que lo viera a los ojos.

- ¿De qué te ríes maldita perra? - escupe con enojo y yo solo sonrío.

No le contesto, permanecí en silencio viéndolo a los ojos mientras sonrío. La verdad es que no sabe lo que acaba de hacer.

-Omar déjala- dice  una voz profunda, observo de reojo y era el chico de ojos verdes quien nos miraba con enojo, pero era curioso ya que la mirada que le daba a Omar era una llena de repulsión y odio, pero sabía ocultarla bien de los demás, pero yo si lograba ver la realidad de aquellos ojos que intenta escapar de sus propios demonio- El torneo está por comenzar- dice para ver como Omar asiente y sonríe para soltarme.

-Espero que puedas realmente sobrevivir linda porque yo mismo me asegurare de torturarte hasta que ya no puedas más y me supliques que te mate- dice con la sonrisa aun en su rostro y yo solo lo observaba mientras sonreía.

Lo que él no sabe es que quien suplicará porque lo mate será él y cada uno de los que están en este lugar. Yo misma me encargare de verlos sufrir hasta su último aliento.

Después de esas cortas palabras todos se retiran de la celda, pero solo el chico de ojos verdes se queda y los demas no parecen notarlo. Después de que se asegura de que todos se fueran se acerca a mí y puedo volver a oír su corazón latir con rapidez y hasta puedo sentir su nerviosismo al acercarse a mí. Este levanta su mano para acercarla a mi rostro a lo que yo rechazo.

-No te quiero lastimar- dice suave y entonces levanto el rostro para verlo.

Este me observa de una forma extraña y entonces decide volver a intentar tocarme el rostro y solo esta vez lo dejo. Sus manos acarician mis mejillas con ternura y delicadeza como si temiera lastimarme.

Vuelvo a ese lugar en su mirada y recuerdos llenos de dolor. Percibo un gran muro en sus recuerdos y mientras me aventuro ese muro se desase dejándome ver como el verde de sus ojos se intensifican. De nuevo esa imagen de la chica de cabello negro y ojos azules como el océano mismo aparece con una sonrisa inigualable que para él le brindaba paz y le daba lo que cada día anhelaba; amor y fuerza. Entonces otras imágenes aterradoras aparecen y ahí entiendo el porqué de su dolor y su ira.

Este se aleja un poco sacándome de ese lugar y me mira sorprendido y con los ojos rojos llenos de lágrimas acumuladas que no estaba dispuesto a derramar frente a mí. Como lose, pues dicen que los ojos son las ventanas del alma y la de este chico estaba bastante lastimada. Quizás otros no ven lo que realmente pasa por su mente o lo que oculta en su mirada, pero de alguna forma yo sí puedo y el parece darse cuenta ya que intentaba decir algo, pero, así como abre su boca para hacerlo las palabras simplemente no salían.

-No fue tu culpa-  es lo único que digo antes de ver como el retrocedía aun sin creer lo que pasaba.

- ¿Como es que? - la pregunta se queda en el aire debido a un ruido que provenía de donde hace un par de minutos se fue Omar y sus seguidores.

Este se aleja rápido de mí y un hombre alto, con aspecto intimidante para cualquiera que lo viera, pero para mí solo era otro blanco el cual sufrirá las mismas consecuencias que su Alpha.

-Señor el Alpha solicita su presencia de inmediato- dice con el rostro inexpresivo.

- ¿Y que pasara con ella? - pregunta el.

-La llevare con nosotros a la arena- dice para acercarse a mí, pero el chico se interpone.

-Están locos, acaso no ven lo mal herida que esta y aun así pretenden llevarla a la arena- dice furioso.

-Lo siento señor, pero solo recibo ordenes- responde aun si mostrar expresión alguna.

El hombre rodea al chico y quita las cadenas de mis brazos. Yo permanezco en mi sitio hasta aún me libera completamente para esposarme las manos a mis espaldas nuevamente y empujarme para que avance.

El chico aun con su mala cara se hace a un lado y nos sigue de cerca, pero una voz familiar me hace detenerme y escuchar con atención.

- ¡Marina no dejes que me lleven por favor!

Espera es la niña. Cierro los ojos y puedo sentir la mirada de ojos verdes en mí. Pero lo ignoro totalmente y busco entre todos los sonidos a mi alrededor la voz de la niña. El hombre que me tiene encadenada me empuja, pero solo me quedo en mi sitio y gruño.

Dejo todo de lado y comienzo a guiar mi oído hacia ella y por fin la escucho, pero esta estaba llorando desesperadamente. Puedo escuchar el retumbar de pisadas a su alrededor debe estar siento arrastrada por dos hombres e iban acompañado por uno más, pero estos se detienen.

-¿Qué hacemos con la niña señor? - pregunta uno de ellos.

-El Alpha dijo claramente que se desasieran de ella, ya no nos sirve y por su parecer piensa que esta niña tiene cierto vínculo con Bestia- dije con autoridad- llévenla arriba ella será la carnada esta noche- termina para luego retirarse. Los demás hombres siguieron su camino y la niña solo lloraraba intentando safarse del agarre de aquel que la arrastraba.

Abro los ojos para encontrarme con la mirada del chico sobre mí. Parecía estudiarme, intentaba saber que era lo que pasaba por mi mente.

Pero en estos momentos no me importaba, el sentimiento que tuve allá arriba en la arena de querer proteger a Titana vuelve a mi como un parpadear, pero esta vez no es por la chica rubia que ahora se con certeza que está a salvo sino por la niña que pensaban usar de carnada, pero eso no pasara.

-Y ahora piensas protegerla una vez más, ahí vamos que aburrida eres déjala que la maten. Sera divertido te lo aseguro-dice aquella voz de nuevo.

No sé qué es lo que me ocurre, solo sé que desde que llegue aquí mi mundo comenzó a cambiar y con el parte de mi también. Quizás no sabía que ocurría conmigo y el por qué la falta de mis recuerdos, pero de lo que si estaba segura era que si ellos pensaban destruirme no lo lograran porque tan siquiera el infierno mismo era obstáculo para mí y ellos no serían la excepción.

Mi Vida Entre La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora