Capítulo 2

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Luego de haber desayunado, haberme bañado, etcétera; vino el chofer a recogerme, subí al automóvil, y le dije:

-Disculpe, pero... ¿Hacía dónde me tiene que llevar?

-¿Sus padres no le han dicho? La llevaré a casa de los Thompson, los han invitado a comer a usted y a su familia; hoy temprano se fueron sus padres para allá, así también resolverían asuntos de negocio.- respondió el chofer.

No le respondí, estaba muy furiosa con mis padres, ellos sabían que odiaba a esa familia. Era muy irritante, el hijo mayor de mi edad, era muy insoportable, siempre tratándome de conquistar con flores horribles y con sus poemas que ni riman. La madre es muy fina, se queja de todo y grita todo el tiempo. El padre vive ocupado nunca esta sentado, siempre de acá para allá preocupado por sus negocios. Y finalmente...el hijo menor, caprichoso que llora por todo y siempre quiere hacer lo que quiere.

Fui todo el viaje con mala cara, mal diciendo a mis padres por haberme hecho eso; ir a comer a esa casa era como irse al infierno. Le rogaba a Dios que por favor pasara algo para impedir ir a esa casa.
Y justo en ese momento un ruido horrible interrumpió mis pensamientos, el automóvil se detuvo, el chofer bajó para ver que había pasado. El motor había estallado, ¡oh e wow!, el automóvil se había roto. Bajé rápidamente asustada. El chofer pidió ayuda a las personas que se encontraban allí. Una anciana que se encontraba allí llamó a la grúa y dijo que en unas horas vendrían. Mi preocupación se fue enseguida y le agradecí a Dios por haber escuchado mis plegarias. Eso significaba que me iba tardar y no llegaría a mi destino cruel. Aunque me dio pena ponerme tan feliz, podría haber pasado un accidente, pero no me importaba estaba victoriosa. Olvia Smith siempre tan educada. Por cierto soy cristiana, casi todos los domingos voy a la iglesia; soy evangélica.

Luego de estar unos minutos ahí parada; el chofer me dijo que se había intentado comunicar con mis padres, pero no había forma tenían los móviles apagados. Así que me dijo que esperáramos a que venga la grúa. Mientras tanto me senté en el cordón de la vereda a esperar.

Después de tanto observar a las personas ir y venir, entrar y salir de los negocios, detuve mi mirada cuando paso una familia de judíos parados delante mío. En esa familia se encontraba un judío de aproximadamente mi edad, que me miraba con una cara de desagrado, como si le diera lástima, el muchacho era lindo, pero ¿Quién se creía que era mirarme así?

-¡Arrogante!.- susurré en silencio, pero por lo visto me oyó.

-¿Eres cristiana?.- frunció el ceño.

-¿Acaso te importa?.- me paré enfrentandolo.

-Eres xenófobica, ¿verdad?.- susurró él, acercándose

Me alejé unos segundos y me contuve. ¿Qué insinuaba?, era un crédulo.

-¿qué dices?.- miré a todos lados pérdida. Me había perdido en sus ojos, lo siento, sé que está mal.

-Tú sabés, belleza.- dijo tomando mi barbilla.

Lo miré a los ojos, fruncí el ceño y se alejó sonriendo. Uff.

Habían pasado unos largos minutos de esperar a la grúa y ya tenía mucho apetito, así que le dije al chofer que me llevará a comer algún lugar de comida.

Luego de comer volvimos cerca del automóvil a esperar a la grúa que por cierto, había podido venir mientras nosotros estábamos almorzando, pero de todas formas fuimos a esperar. Me quedé reflexionando en aquel judío.

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Cabe aclarar que no tengo nada en contra de los judíos y menos de los cristianos. Soy cristiana y creo en Dios, él es me ayuda siempre y siempre está para mí. Dios si ves esto te amo 💜💜💜💜💜 gracias por todo my god. Así que tampoco insinuó que los cristianos son xenófobicos, sólo es una novela y es ficción. Si les gusta, pueden comentar y votar, se lo agradezco de todo corazón, Dios también, mí familia también, mis amigos, todos 💜💜💜💜💜💜💜

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