Capítulo 27

9 1 3
                                    

Había tomado un taxi para ir a la casa de Ashir, esperaba con todas mis esperanzas que el se encontrará. El viento me despeinaba toda, y el automóvil iba en velocidad alta, las ventanas estaban abiertas y me moría de frío. Tan sólo llevaba una remera y un short. Estaba temblando de frío.

De repente el carro comenzó a moverse más y más rápido haciéndome marear. Me empezaron agarrar náuseas así que le dije al taxista que frenará quería bajarme lo antes posible. Le pagué y bajé tambaleante, parecía ebria. Para mi suerte estaba tan sólo a tres calles de la casa de Ashir.

Caminé mareada hasta que me detuve en un parque a descansar, me senté en una banca y me relajé. Traté de arreglarme el cabello lo más que pude. Pasé por una vidriera para ver qué tan despeinada estaba; sólo tenía algunos pelos rebeldes parados pero lo "normal"

Llegué a la casa, respiré hondo y decidí tocar el timbre. En esos segundos de espera a que alguien me atienda; me hicieron temblar. Literalmente. Tenía miedo de que Ashir no me recibiera. O que su padre me atienda y me eché o peor llame a mi padre. Temblé un poquito pero me dije a mí misma que debía ser fuerte.

La puerta se abrió y estaba ALICIA. Aquella rubia hueca, bitch, taradúpida. Su mirada parecía sorprendida, no sabía sobre mi visita. Bueno Ashir tampoco lo sabía. Los ojos de la pelirubia se abrieron como platos. Casi grita. Parecía que había visto al fantasma de canterville.

-Olivia, ¿qué haces aquí?- preguntó riendo con su risa chillona.

-Lo mismo que tú. ¿de qué te reís?- pregunté cruzándome de brazos.

-¿Te has visto al espejo antes de salir?- dijo conteniendo la risa.

Corrí a la siguiente casa para verme en el reflejo de la ventana. No tenía nada, era sólo mentira.

-No tengo nada. Déjame entrar o llama Ashir.

-No te haré pasar.- dijo ella; poniéndose de guarda en la puerta

-Correte a un lado.- intenté empujarla

-Olvidalo.- rugió

Estaba claro que Alicia me había dicho eso para que yo me vaya. Quería hacerme creer que tenía algo en la cara o no sé, todo para que me vaya. Tonta

-¿qué sucede?- gritó Ashir desde adentro de su casa

-Nada, es sólo un perro de la calle que trato de echar.- bufó Alicia

-¿A quién llamas perro de la calle?- protesté enojada

-A ti.

-Ya verás.

Ashir fue a ver qué pasaba y por lo visto no sabía que yo estaba ahí.

-Olivia, no te esperaba aquí.

-Ashir

La cara de Alicia estaba pérdida como si no supiese en qué cuerpo estaba. Alicia estaba desconcertada.

-¿en qué puedo ayudarte?

-aaaa... yo... eeh... te estaba buscando.

-Yo también

-Así no parecía la última que me viste.

-Estaba enfadado, creí que estabas saliendo con otro chico.

-Eso no es cierto.

Alicia parecía ser invisible, parecía no estar ahí como si sólo fuese una pared que hablase.

-¿Qué es lo que querías decirme?- preguntó con el ceño fruncido

Quería gritarle en la cara a Alicia que se vaya pero quedaría descortés. -Olivia Meredith Smith siempre la educada. Siempre al top. Ashir recordó la presencia incómoda de Alicia y dijo:

-Yo quería decirte que... lamento que te haya tratado mal, no quiero caerte mal ni tener conflictos.-  tartamudeó

-¿Era sólo eso?- pregunté

-Si, ¿y tú que querías decirme?-

-Olvidalo.- dije en tono cortante

-Bueno, ya puedes irte Olivia.- gritó la rubia que parecía no estar ahí

-Al diablo, ¿sabes qué?, Lo diré. ¿Estás saliendo con Alicia?- dije firme y decidida

-Si.- respondió

Esperaba de verdad que Ashir dijera: "¿cómo crees que saldría con esta rubia oxigenada? Salí corriendo sin saludar, quedé como una patética pero rayos y centellas estaban saliendo. Omg omg omg OH MY GOD. POR DIOS. En el camino fui para cualquier lado, a cualquier sitio, literalmente corría sin césar; tropecé con una piedra haciéndome caer descaradamente en una calle. Me lastimé toda la rodilla y mi cara estaba estallada en el piso, toda con sangre y moretones. Mi cara sangraba, me había lastimado la nariz y un poco la pera. Mi rodilla de mi pierna derecha sangraba y la izquierda sólo me había golpeado el hueso de la rodilla (pero nada grave). Me quedé unos instantes tirada en la calle esperando a la típica pregunta: "¿te caíste? O a "¿te encuentras bien?"

Eran aproximadamente las 15:30 de la tarde (o eso calculé)  por un momento quise pararme y no pude (intento fallido) quedé acostada en la calle como por una hora (bueno no tanto, más o menos diez minutos) hasta que una chico de cabello castaño y ojos cafés con su mirada dulce y tierna decidió ayudarme a levantarme. Tardé aproximadamente un segundo para darme cuenta de que era Jack.

-Jack.- dije

-Olivia, ¿qué haces aquí?- interrogó

-No lo sé, ¿y tú? ¿vives por aquí?- pregunté

-Eso no importa, lo que importa es saber cómo estás.- dijo humilde

Oh Jack siempre tan caballeroso. Me senté en el cordón de la vereda, acto seguido de Jack.

Fuimos hasta su casa donde me dio hielo para mi cara y rodilla, algodón con iodo. 

Me senté en el sofá mientras el dolor de mi rodilla y cara iba pasando de a poco con el hielo.

-¿Es tu casa?- pregunté interrogando

-No, es la de mí hermana.- dijo sentándose a mí lado

-¿Vives con ella?- dije

-No.

-¿y con quién vives?- insistí

-A veces vivo aquí, a veces vivo solo, a veces con mis amigos, a veces, a veces... no lo sé.- respondió

-¿cómo que no sabes con quién vives?- reí

-¿cómo que no sabes que hacías aquí?- rió

Ninguno respondió. Decidí irme para mí casa, así que me despedí de Jack pero él me interrumpió:

-No sabes donde estás y piensas irte así como así.- dijo

-Tomaré un taxi.- respondí decidida

-Deja que te lleve en el automóvil.-

-De acuerdo.- dije

En el camino ninguno hablo, hubo un silencio admirable. Él insistió en que lo acompañe a la casa de sus amigos y como era temprano no me negué.

Bajamos del automóvil y llegamos a un lugar bastante vacío, no había mucha gente. Entramos en una casa pequeña y acogedora la cual era del amigo de Jack.

Entramos y en el living se encontraban tres chicos y una chica. Estaban jugando a las cartas.

-Jack, veo que tienes novia.- dijo golpeando su hombro.

Saludamos a todos, y en serio que todos me preguntaban si era la novia de Jack. Me senté a lado de la chica la cual tenía el pelo negro como la noche.

Nos invitaron a jugar con ellos a las cartas acepté y Jack también. Luego de unas horas, entre risas y chistes decidí que ya era hora de irme. Me caían todos bien, eran muy amables y simpáticos, la chica era súper amable y graciosa. Eran personas divertidas y inteligentes. Saludé a todos y Jack insistió en llevarme pero le dije que de quedará iría en taxi. Así que aceptó. Tomé un taxi y llegué a mi casa como a las 20:00 de la noche. Mis padres estaban mirando la televisión en el living. Los saludé y subí a mi cuarto.









El diario de OliviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora