Luego de haber esperado a la grúa durante horas, por fin había llegado. Se llevaron el automóvil y el chofer se encargó de pedir un taxi que me llevará hacía mi casa.
Había llegado a mi casa, cansada; así que me bañé y me fui acostar. Mis padres no venían y estaba sola con la mucama. No tenía ganas de cenar sin mi familia. Subí a mi cuarto, leí un rato algunos de mis preciados libros y me fui acostar. Primero apagué la luz y me acosté en la cama, apoyé mi cabeza en la almohada, me tapé con la sabana. Comencé a reflexionar: sobre aquel judío, guapo, que había visto aquella tarde, él era un poco más alto que yo, de pelo oscuro, ojos negros, y con una mirada delicada y dulce, pero a la vez su mirada era con desagrado, como si le diera lástima lo que miraba. Él era bastante lindo, no sabía su nombre, ni quién era, dónde vivía, no sabía nada sobre él, simplemente sabía que sus ojos me habían enamorado.
¿Qué era lo que estaba diciendo? No podía fijarme en un judío, el cual nunca se fijaría en mí, y que era de cultura distinta, ni siquiera lo conocía. Solamente sabía que me encantaría volver a cruzarlo, así que me dormí.Al día siguiente, me despertó de nuevo la mucama, y me avisó que bajara a la mesa a desayunar con mis padres. Luego de haber desayunado, mis padres me dijeron que me llevarían a almorzar a un restaurante exquisito y elegante. Me di un baño de sales, y salí con mis padres hacia el automóvil, para ir almorzar a aquel restaurante.
Luego de una hora de viaje, llegamos y fuimos hacia el restaurante. Mientras caminamos un par de calles, hasta que un momento; vino de nuevo aquella familia de judíos que me había cruzado, donde se encontraba aquel joven, pasaron en frente de nosotros. Él mismo muchacho judío me volvió a mirar de la misma forma, hasta que mi padre se dio cuenta y rompió el silencio y le dijo:-¿Y usted quién se cree que es, para mirar de esa forma a mi hija? No la mire así, si usted le tiene lástima, pobre de usted. Evite esa mirada penosa, si no quiere tener serios problemas.
El judío estaba por decir algo, hasta que un hombre, también judío, lo interrumpió y le dijo a mi padre:
-¿Usted quién se cree que es, para hablarle así a mi hijo? Mi hijo la mira con lástima, por la pena que le tiene, por no ser judía.
Mi padre no respondió nada, seguimos nuestro camino hacia el restaurante. ¿Pero qué era lo que había dicho el hombre judío?, ¿Aquel joven y lindo judío me tenía pena por no ser judía? Simplemente eran formas de defenderse estúpidas. De todas maneras mi padre; se había quejado sin tener razón. La mirada del joven era su mirada, y punto.
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CAPÍTULO EDITADO WOW! REPITO NO ESTOY INSINUANDO NADA. Simplemente esa una novela ficticia y ta. Ahora si ustedes creen que estoy discriminando cierta religión se equivocan, esto es FICTICIO. Espero que les guste, me ayudan mucho compartiendo eaaaa
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El diario de Olivia
RomanceÉste es mi diario, el diario de una adolescente de diecisiete años. Mis confesiones, mis pensamientos, lo que me pasa, y cómo me pasa. El diario mío, de Olivia, una chica de clase alta. Porque ésa soy yo, una señorita cristiana que se enamora de un...