Capítulo 8

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Luego de estar una semana castigada, mi padre me sacó el castigo y me dejó quedarme a dormir en la casa de mi mejor amiga, Alicia. Pero, como sus padres no estaban en su casa, Alicia se quedaría a dormir en la casa de sus abuelos, donde se encontraría su abuelo (él que nos llevó a la casa del judío).

Llegué allí; almorzamos y pasamos toda la tarde mirando películas, tejiendo con su abuela, etcétera. Luego cenamos y nos fuimos a dormir. Mientras estábamos por dormir, Alicia me dijo:

-Olivia, mañana podemos ir a la casa de Ashir, sin que se enteré tu padre.

-Es mala idea, ¿Cómo iríamos? ¿Y se se entera?- respondí

-Le pedimos la dirección de su casa a mi abuelo y tomamos un taxi. No se tiene porque enterar.

Asentí con la cabeza y nos dormimos. Al siguiente día, tomamos el desayuno y le pedimos la dirección a su abuelo de la casa de Ashir. Nos dio la dirección, y dijo que tengamos cuidado en el camino.

Tomamos un taxi y en el camino, ambas íbamos nerviosas, por ver la reacción del padre de Ashir. Llegamos   y golpeamos la puerta, Ashir nos abrió la puerta y le dije:

-Hola, quería preguntarte algo, quiero saber ¿por qué tu padre me odia?

Ashir frunció el ceño, y me dijo:

-No eres judía, es simplemente eso. Lo lamento.

-Ashir ¿tú piensas lo mismo qué tu padre?-pregunté

-No.-me respondió

-Hasta luego.- le dije dándole un beso en su mejilla.

El me sonrió, y cerró la puerta.

El diario de OliviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora