Capítulo 1

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[Yoongi]

Prefería mil veces estar en mi cómoda cama durmiendo que ir al colegio a hacer prácticamente nada en clases.
Lamentablemente es mi último año y tengo que ir sin excusa ni pretexto, o de lo contrario no terminaré la carrera y no conseguiré trabajo, la verdad es que no quiero que pase eso. Necesito el dinero.

Sonó el despertador a las 6:30 de la mañana, tallé mis ojos y me senté en la cama para apagarlo.

Se escuchaban pasos apresurados en las escaleras y golpes en mi puerta.

Joven Min — abrió la puerta — Oh ya despertó, buenos días — dijo Sunhae con una sonrisa amable.

— Hola Sunhae — estiré mis brazos y piernas — ¿Ya está listo el desayuno? — la miré con cara de muerto.

— Disculpe, estaba preparando el baño y olvide el desayuno — hizo una leve reverencia — En seguida voy a prepararlo — dió la media vuelta.

— No Sunhae — me dirigí hacia el armario — En un momento bajo a ayudarte — hice una mueca tratando de sonreír.

Sunhae ha hecho lo imposible para mantenerme vivo. Desde chico llegaba a casa y todo estaba ordenado, había comida y ya había preparado mi baño nocturno. A pesar de su edad ella sigue haciéndolo cada que me levanto para el colegio. Supongo que es a la única que ayudo en casa o en preparar la comida, es a la única a la que le debo prácticamente todo, cuidó y sigue cuidando de mi como si fuera su propio hijo, es lo menos que puedo hacer, creo.

Entré al cuarto de baño y, tal como dijo Sunhae, ya estaba preparado con el agua caliente y aromatizantes.
Me adentré en el agua dejando solo la mitad de mi cara fuera. Mis labios hacían burbujas en el agua y me daban ligeros escalofríos por el aire fresco que estaba haciendo fuera del agua.
Terminé el baño y vacíe la tina para que no hubieran accidentes después y dolores de espalda.

Salí con una toalla rodeando mi cintura y mi cabello escurriendo de agua perfumada.

Caminé por el pasillo hasta mi recámara y la casa ya olía a desayuno recién hecho. Lo ignoré y tome unos jeans negros con una polo blanca y mis zapatillas rojas, me miré al espejo y mi cuerpo cada vez era más delgado y mi piel mucho más blanca, mi cabello estaba en un tono menta muy claro, apenas visible, y mis ojos estaban llenos de bolsas de cansancio y ojeras.

— Soy hermoso — dije tocando el espejo.

Guardé mi celular en el bolsillo derecho del pantalón y bajé las escaleras hasta la cocina, donde estaba sentada Sunhae tomando té de hierbas.

— Te dije que te iba a ayudar Sunhae — me senté a su lado — ¿Por qué no me esperaste? — la miré.

— Porque su madre me dejó a cargo de usted hace muchos años — rió tomando mis manos — Además, así le ayudo a que no pierda tiempo y se encargue de la escuela— dijo tomando su taza de té.

Me quedé en silencio y sólo le di un sorbo a mi café cargado.

— Por cierto — interrumpió el silencio — Su madre llamó el día de ayer — se levantó de la mesa.

Mis padres se habían ido de viaje, nos habían dejado a Sunhae y a mí en casa por si llegaban recibos de pago y por la universidad.

•Renta de novio•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora