Príncipe Marrón.

Capitulo 12

El castaño regreso a su lugar, sintiendo aun las mejillas sonrojadas por los aplausos que recibió por parte de algunas chicas, el rubio no pudo evitar sentirse celoso cuando Sophia, la zorrita de la clase, le grito guapo a Liam, al castaño no le importó, nada que no saliera de la boca del rubio le importaba. Niall odiaba a Sophia por muchas razones, la principal era porque siempre que podía le coqueteaba al chico de ojos marrones y aunque él no le prestaba atención, el rubio sentía ganas de golpearla cada que lo hacía, se controlaba ya que no quería armar un escándalo en todo el instituto, y la odiaba más ahora que Liam había cambiado su estilo, siempre que miraba al chico estaba babeando como, literalmente babeando y Niall quería acercase, decirle algo para que dejara de ver al castaño pero no podía, no tenía ningún derecho de decirle y hacerlo solo terminaría en problemas, estaba seguro de eso.

El turno del rubio llego después de Sophia, a la que empujo ligeramente con el hombro mientras se dirigía al frente, el rubio sonrió para sus adentros por el chillido de la chica; suspiró mirando lo escrito en su libreta, había memorizado cada palabra escrita y realmente no necesitaba la libreta pero sería una buena excusa si los nervios lo traicionaban. El rubio era bastante bueno escribiendo, se le daba muy bien desde los diez años y anqué al principio solo eran cuentos con demasiada imaginación, conforme fue creciendo abrió sus posibilidades a escribir otro tipo de cosas, obteniendo así poemas, historias que esperaba un día poder convertir en libros, entre otras cosas. El profesor carraspeó, dándole entender al rubio que debía comenzar, la clase estaba por concluir así que debía darse prisa para obtener la calificación y que los faltantes pudieran pasar también.

Niall: bueno, el poema no tiene título...espero que eso no sea problema-miró dudoso al profesor, este solo negó con la cabeza-bien, entonces comenzare-suspirando miro la libreta, lentamente llevó la mirada hacia sus compañeros-...de noche duermo con miedo, porque sé que sí miro a las estrellas en el firmamento, tus pupilas se clavaran en ese cielo.

Sus ojos se centraron en los marrones en la parte trasera del aula que lo miraban atentamente, sin perder ese toque que lo hacía lucir como un cachorrito, el rubio sonrió ligeramente y sin apartar la mirada continúo.

Y sí la tormenta arrasa con mis sentimientos, dejando desechos mis huesos, sé que te encargaras de recogerlos.

De día no veo más que tú sonrisa, es la dicha, la gloria, el ensueño.

El castaño sonrió nerviosamente, su corazón latía más rápido con cada segundo que pasaba y el chico rubio no apartaba la mirada de él, Niall se olvidó de su alrededor; los murmullos dejaron de escucharse para él, dejando solo el fuerte golpeteó de su corazón en su pecho.

Tocar tú mano...es la condena de todos mis deseos pero no quiero, no debo sentir lo que siento.

No debo mirarte con las pupilas dilatadas, al ver el trasfondo de tu iris reteniendo el tiempo.

Inconscientemente, Liam toco su mano, recordando las suaves caricias que el rubio le daba; frunció el ceño levemente cuando noto que el rubio hizo lo mismo. ¿Acaso habrá sentido el mismo cosquilleo que él sintió?

No soltare las alas de la locura, aunque sé que en mis soledades estas tú, en el frío e inhóspito océano también esta tú.

Arriesgando tus más preciados sueños, recogerás las preguntas mudas que calla mi boca, para luego pedirme las migajas de esta historia.

Louis observaba confundido y perdido la forma en la que su amigo movía su mano derecha sobre su izquierda; lentamente, recorría sus propios dedos como si los acariciara. Tomlinson volteó discretamente hacia atrás y se sintió aún más confundido al ver que Payne hacia lo mismo que su rubio amigo, miró al rizado y sonrió bajando la mirada; el chico comenzaba a gustarle y se sentía raro.