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Quisiera escribir que todo terminó aquí, Nat y April volvieron a estar juntas, lo que se abenizaba simplemente se había esfumado, que los niños Becker eran felices con sus madres, ningún acontecimiento extraño o perturbador les había alcanzado, ojala fuera cierto, pero los acontecimientos que se amenizaban eran mucho peores, es más lo que viene a continuación es un agrado escribirlo, pero tal y como dicta lo que mis ojos vieron, mentiría. 


-Mama. -Los niños gritan desesperados. -Mama. -Tiran de mi bata como si la vida les fuera en ello. 

-¿Que pasa? -Sus ojos están de un azul cristalino, a decir verdad mi preocupación aumenta. 

-La abuela... No, no... se mueve... Mama... 

Si alguna vez habéis perdido a un ser querido sabréis como nos sentimos en ese momento, si no... La sensación clava pequeñas punzadas en tu corazón, tus pies se tambalean mientras corren, corren y corren, ni siquiera piensas en otra cosa, lo peor entra en tu cerebro sin dejarte pensar, eres protagonista de una única acción que se repite en tu cabeza "Por favor que este bien", en lo mas profundo de ti sabes que es mentira, es solo una pequeña convicción, una suplica interior. 

Entonces tus pies paran en seco, el viento sopla despacio y tranquilo acariciando tus pómulos para limpiar tus lagrimas, las únicas que no se derraman por que ya no tienen sitio. 

-Mama... -Ni siquiera las palabras pueden salir de tus labios, simplemente se clavan en tu garganta. -Mama... por favor. -Nunca estas preparado. Dejar de sentir el corazón de la persona a la que mas quisiste, que el ultimo aliento sea en tus brazos hasta convertirse solo un cuerpo colgando entre tus manos. -Mama... -Gritar no sirve de nada, pero en ese momento solo intentas que todo el mundo sea consciente de tu agonía, de tu dolor... 

Si, perder a un ser querido es como perder el mundo que creaste de pequeño, ese mundo perfecto donde tu eras el protagonistas y los demás, simples espectadores, juzgando, quizás, durmiendo, tal vez, pero en esta historia la única que sin corazón consiguió romperlo aun mas fue April. Escuchar sus llantos y sus gritos era casi aterrador, ni siquiera la mismísima muerte fue capaz de, en ese momento, guiar a la madre de la joven a su lugar, a ese paraíso que con los brazos abiertos la esperaba. 

Debo explicar que por el contrario, las dos hermanas sujetaban a los pequeños Becker's, quienes reprimían su dolor. 

Fue una sensación horrible, y yo fui protagonista de ello, y quizás, por primera vez si sentí la culpa, el dolor, la agonía, sin pensar solo en mi. 

-Máximo... Llora... -Se que el pequeño reprime sus lagrimas. Acaricio su cabeza mientras por fin desahoga su mal estar contra mi pecho. 

-Abuela... 

-Esto es culpa tuya, no debiste estar aquí. 

-Lo dices tu, la que en vez de estar con su esposa y dejarme a mi a los niños, esta aquí intentando que las lagrimas salgan, aprieta con fuerza, con una te vale. -Sonrío. 

-Marion... -Su voz penetra en mi corazón. 

-Dime. 

-Trae a Máximo... Por favor. -Caminamos despacio, el pequeño esta en mis brazos escondiendo sus ojos en mi cuello. 

-Máximo... Hijo... Mírame. -Sigue escondido. 

-Máximo vamos mira a tu madre. -Intento quitarle de mi cuello, de nada sirve. 

-Esto es culpa tuya

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-Esto es culpa tuya. 

-Tu... abuela era mayor, por favor Máximo suelta a Marion. 

-No me toques, desde que volviste solo a habido desgracias, no te quiero, no soy tu hijo. 

-Máximo... -Abrazo a April, aprieta mi espalda con fuerza. -Iré por Máximo te dejare con Nat, cuidara de ti. -Beso su frente. 

Hay que entender al joven, perder a alguien siendo tan pequeño... Imaginaos el dolor que puede ocasionar, y mas de alguien tan cercano, que no solo cuido de el, le enseño. 

Sus llantos se escuchan por el pasillo. -¿Se puede? -No obtengo respuesta. -Máximo cariño no puedes culpar a tu madre... escucha. -El joven se sienta frente a mi limpiando con sus pequeñas manos las pocas lagrimas que consiguen salir. -No siempre tomamos las decisiones adecuadas, créeme es duro, y no me imagino el dolor que debes estar sufriendo, pero tu madre también... Tu madre tenia una vida fácil, sencilla, y entonces ocurrió todo esto, pero gracias a ello, vosotros dos, estáis aquí, gracias a ella... 

-¿Me abrazas?

-Por supuesto... 

NOVIA DE LAS SOMBRAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora