Sarada ~ (Sasusaku)

Capítulo 47.♡

Sasuke le alcanzó el pañal limpio.

- Esto es horrible.

- Esto es porque Serilda tampoco sabe cuidar de los niños. – Sasuke se pasó una mano por el pelo, viendo la enredadera que tenía Naruto con el jodido pañal. – Esto es porque ni uno ni el otro sabía que a partir de un cierto tiempo un niño ya debe aprender a ir al váter. Y que con cuatro años, es una barbaridad ponerle pañal.

- ¿Es que Sarada ya va al lavabo sola?

- Desde hace más de dos años.

- Joder. – terminó de pegar las cintas y levantó a Bruno. - ¿Y bien?

El niño rió.

- Oh, idiota. Oh no, ¡la puta mesa! – dijo Sasuke saliendo del despacho. Volvió
corriendo con una fregona en mano. La mesa había quedado bien bonita. Llena de pis. – Si, vamos, se lo has puesto perfecto. Tanto, que se mea fuera.

Sasuke tumbó a Bruno y le sacó el pañal. Le colocó unos calzoncillos limpios. Del Snoopy. Y le subió los pantalones.

- Bruno, ahora, cuando tengas que hacer pipi o… popo. – Naruto rió a sus
espaldas, Sasuke lo miró mal. – vas a ir al baño ¿vale?

Lo cogió de la mano y lo llevó hasta el baño de su despacho.

- Aquí es ¿de acuerdo?

Bruno asintió con la cabeza.

- Te bajas los pantalones y los calzoncillos… - dijo – y bueno… te coges la manguera y apuntas bien ¿sí?

- ¿Qué manguera? – preguntó el niño. – papá, yo tengo un carro de bomberos en casa. – dijo sonriendo a Naruto.

Él paró de reír y miró a su hijo. Sin saber porque, sentía una alegría inmensa
dentro.

Sasuke lo miró y sonrió.

- ¿Qué te pasa Naruto? – dijo alzando una ceja - ¿Quizás la ñoñería también está entrando en ti?

- Que va… sabes que siempre he sido…

- Has sido. Tú lo has dicho. Cuando tienes hijos, la cosa cambia. Ya no eres rudo como siempre, sientes orgullo, pero no de ti. Si no de él. – dijo mirando a Bruno. - ¿Sabes? Cuando lo he visto por primera vez, he pensado ‘joder, un Naruto2’. Es igual que tu. Este pelo rubio, estos ojos azules…

- ¿Tú crees? – Naruto tenía un destello de alegría en sus ojos. Cogió a Bruno en brazos y lo abrazó. Ahora, perfecto. Le besó la frente. – Mi vida, la manguera es la pichilla que tienes ahí abajo.